El estado deplorable de los caminos rurales

La producción de Tucumán -grosso modo, 1,5 millón de toneladas de limón; 16 millones de toneladas de caña, y 2 millones de toneladas de granos, entre otros- y toda la logística para que se produzca debe moverse por vías internas que se encuentran intransitables. El productor debe hacer su parte. Pero el Gobierno es responsable del mantenimiento. Y hoy no es una prioridad

En el programa del viernes pasado en LA GACETA TV y en el diario del domingo se mostraron videos y fotos del estado actual de los caminos rurales en la provincia. Las imágenes muestran que el mantenimiento de estas vías es tan malo que debería preocupar a toda la sociedad. Pero, principalmente, a las autoridades responsables de accionar para que los caminos estén mejor.

Los caminos rurales resultan vitales para que cualquier sistema productivo agropecuario funcione adecuadamente. Son las vías de acceso de todo lo que el campo necesita para producir, y la salida de todos los bienes que se producen.

Tiempo atrás, cuando el sistema de caminos rurales estaba más o menos conservado, los problemas de entrada o de salida de camiones y de maquinaria solían aparecer después de algunas lluvias torrenciales que se daban durante los veranos. Y los cortes ocasionados por las escorrentías eran rápidamente solucionados, en cuanto el fenómeno meteorológico cesaba.

Pero desde hace varios años hasta la fecha, el estado de los caminos es tan malo que basta una pequeña llovizna para que algunos se tornen intransitables. Y en ocasiones, adquieren esta condición sin que suceda ningún fenómeno climático.

Dirigentes de entidades como la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor) y la Sociedad Rural de Tucumán (SRT) de manera permanente manifiestan públicamente esta situación. Y hacen todo lo necesario para pedir a las autoridades que accionen en este sentido. Pero la realidad es que estas vías no son hoy una prioridad para las autoridades.

Los caminos son necesarios para que cualquier economía funcione adecuadamente. Empezando por la necesidad de que toda la logística y los insumos de producción lleguen a los campos; y, por supuesto, para que luego puedan salir de ellos la gran cantidad de toneladas de todo lo producido.

A raíz de ello, hay que tener en cuenta la importancia de la producción agropecuaria provincial. Una producción de limón de más de 40.000 hectáreas con más de 300.000 toneladas de fruta fresca destinada a la exportación y al mercado interno, y más de 1,2 millón de toneladas de fruta destinada a la industria.

La producción cañera -la actividad agroindustrial más importante en Tucumán, económicamente hablando-, con más de 270.000 hectáreas que producen 1,6 millón de toneladas de azúcar -para lo cual se deben transportar por esas rutas y caminos más de 16 millones de toneladas de caña con destino a los trapiches de los ingenios-.

En granos se alcanzan casi las 180.000 hectáreas en soja; unas 80.000 hectáreas en maíz, y alrededor de 20.000 hectáreas de poroto, en lo que se refiere a cultivos de verano. A esto se suman unas 80.000 hectáreas de trigo y más o menos unas 20.000 de garbanzo. Generalmente, con los rendimientos promedios logrados se puede hablar de casi unas 2 millones de toneladas de grano al año.

Todo esto debería dar una idea de la gran necesidad de que camiones, maquinarias y vehículos se muevan por esas rutas.

Todos los años Tucumán enfrenta veranos lluviosos, que ponen de manifiesto la fragilidad de los caminos. En especial, los rurales, por los cuales no se pueden circular mientras dura el período de lluvias. Lo peor es que muchos caminos del campo tucumano funcionan como verdaderos ríos, que sacan toda el agua caída.

Cuando el período lluvioso termina se vuelve necesario que ingresen maquinarias para reparar los caminos, con el fin de que estos estén en condiciones de que sean transitados por producciones y por personas.

El área productiva provincial necesita unos 3.000 kilómetros de caminos rurales en condiciones para tener una perfecta conectividad; sumada otras obras que también necesitan reparaciones, como puentes y alcantarillas.

Resulta primordial que los caminos reciban un mantenimiento adecuado. Eso hoy no ocurre, debido a los escasos fondos con que cuenta la Dirección Provincial de Vialidad, según admitió el propio titular de la repartición.

Los caminos y rutas deberían tener pavimento en condiciones o un adecuado enripiado, según el caso. Y a esto se debe sumar que tengan un ancho que permita que el agua que corre sobre ellos no los dañe de manera importante. En paralelo, se deben hacer las obras de infraestructura necesarias, y el mantenimiento en el cauce de los ríos. Estas tareas deben ser prioritarias para el Estado.

No debemos dejar de lado la responsabilidad del productor. Este debe manejar sus campos en forma adecuada, para minimizar el daño que produce el agua dentro de sus predios.

El trabajo en conjunto entre Estado y productores resulta indispensable para mantener las vías de comunicación de acuerdo a las necesidades.

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