Según el ADN, el cuerpo hallado en Famaillá sería el del guardiacárcel

Con esta prueba la Fiscalía avanzó con la pesquisa y ordenó hacer una nueva autopsia, pero la familia de la víctima planteó sus dudas.

PROTESTAS. Familiares de la víctima cortaron la ruta 38 para exigir que les dejen ver el cuerpo encontrado el 2 de diciembre. Plantearon sus dudas. LA GACETA / FOTOs DE INÉS QUINTEROS ORIO PROTESTAS. Familiares de la víctima cortaron la ruta 38 para exigir que les dejen ver el cuerpo encontrado el 2 de diciembre. Plantearon sus dudas. LA GACETA / FOTOs DE INÉS QUINTEROS ORIO

Una pericia genética confirmó que el cuerpo encontrado el 2 de diciembre en un cañaveral de Famaillá pertenece al guardiacárcel Ángel Nicolás Molina (28 años), quien había sido visto por última vez el 29 de noviembre. Todos los indicios apuntaban a esa hipótesis, pero por la acción de la naturaleza, el cuerpo no estaba en condiciones de ser reconocido y se requirió de un estudio genético para tener una certeza científica. Con esta información, la causa podría tener nuevos avances esta semana.

Según explicó Jorge Lobo Aragón, el abogado de la familia Molina, tras recibir el informe de ADN positivo, la fiscalía I de Monteros, a cargo de Mónica García de Targa, solicitó que se realice una nueva autopsia al cuerpo de Molina, en busca de más evidencias. El cuerpo permaneció conservado en la morgue judicial, pero la madre de Molina, Milena Herrera, señaló que el resultado genético la sorprendió, porque según su apreciación, la fisonomía del cuerpo encontrado no coincide con la de su hijo, por lo que planteó sus dudas.

“Actuaron mal”

“A mí me informaron sobre el resultado del ADN y me pidieron que pase a retirar el cuerpo en las próximas horas, no me avisaron que iban a hacer una nueva autopsia”, señaló Herrera, que se comunicó con nuestro diario para plantear su malestar.

EL HALLAZGO. El cuerpo fue encontrado en un campo de Famaillá. LA GACETA / FOTO DE Analía Jaramillo EL HALLAZGO. El cuerpo fue encontrado en un campo de Famaillá. LA GACETA / FOTO DE Analía Jaramillo

La mujer se mostró dolida por el hecho de que no le hayan dejado ver el cuerpo al momento del hallazgo (fuentes judiciales explicaron que eso se debió a que no había posibilidad de que fuera reconocido a simple vista). “Desde el primer momento actuaron mal ¿por qué no nos dejaron verlo? Nos mostraron unas fotos nada más, y ahí parecía que se trataba de mi hijo, pero no me dejaron constatarlo. Tuvimos que manifestarnos y nos dejaron verlo varios días después para que dejemos de cortar la ruta 38. Ese día me mostraron un cuerpo que no coincidía con la fisonomía de Nicolás. No era él, el rostro podía apreciarse y no eran sus rasgos”, aseveró.

Herrera sostuvo que, o no fue el cuerpo de su hijo el que le mostraron ese día (6 de diciembre) o bien el cadáver no fue bien conservado en esos días. Esa apreciación la llevó incluso a desconfiar del resultado genético.

Más allá de ese descargo, el abogado de la familia les pidió calma a los familiares y les explicó que los estudios genéticos son pruebas contundentes. También les recomendó que, para mayor tranquilidad, exijan poder ver nuevamente el cuerpo antes de gestionar el traslado de la morgue y la exhumación. Muchas de las dudas que tiene Herrera podrían disiparse cuando se cuente con el informe autópsico y mediante una reunión entre la Fiscalía y la familia damnificada.

“ACTUARON MAL”. La familia de Molina hizo reclamos a la Justicia. “ACTUARON MAL”. La familia de Molina hizo reclamos a la Justicia.

Lobo Aragón también les remarcó a los familiares de la víctima que esta prueba reimpulsó la causa y que posiblemente la Fiscalía ordenará nuevas medidas, algo que la madre de Molina también reclamaba. “Nosotros aportamos datos sobre las personas que podrían estar implicadas en el hecho, serían los últimos que vieron a mi hijo con vida. Dimos los nombres de los sospechosos, pero hasta ahora no hay ningún detenido”, reclamó la mujer.

En contraposición al reclamo, por un lado, el ministerio Público Fiscal recaratuló la causa como homicidio, descartando así una muerte dudosa; pero además hay por lo menos un sospechoso que -si bien no fue aprehendido- fue notificado de que está siendo investigado y sus movimientos son monitoreados. Le secuestraron un automóvil y un celular para realizarle pericias.

Investigación

Molina era empleado del Servicio Penitenciario y cumplía funciones en el penal de Villa Urquiza. El martes 28 de noviembre fue a trabajar por última vez. El miércoles sus allegados lo vieron salir de casa, pero el hombre no se presentó en su trabajo.

Sus amigos contaron que en el pasado Molina tenía problemas de consumo, pero que logró rehabilitarse, al punto de que muchos compañeros del penal declararon que no sabían de esa situación. Ese dato es uno de los más considerados en la investigación, porque, si bien hasta el momento no se descarta ninguna línea, la principal teoría apunta a que el guardiacárcel podría haber sufrido una recaída y haber tenido algún problema con algún proveedor de droga.

ADN POSITIVO. La pericia confirmó que el cuerpo es de Nicolás Molina. ADN POSITIVO. La pericia confirmó que el cuerpo es de Nicolás Molina.

Basándose en la información que aportaron sus allegados, los investigadores recogieron indicios para sospechar que antes de su desaparición, Molina habría mantenido contactos con un transa de Famaillá. El vendedor trabajaría para un hombre que es investigado porque dirigiría una red de narcomenudeo en esa ciudad. Fue entonces que allanaron la casa del sospechoso del crimen, donde no se informó que hayan encontrado droga, pero sí incautaron un celular, prendas de vestir de interés para la causa y un automóvil Fiat Uno negro. El procedimiento fue encabezado por los comisarios Ariel López, Pedro Medina, Félix Bordón y Miguel Carabajal.

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