El caso Iñaki Gutiérrez: errores que cuestan caro

El caso Iñaki Gutiérrez: errores que cuestan caro

Los primeros días del gobierno de Javier Milei dejaron al descubierto los problemas del equipo presidencial a la hora de comunicar. La falta de experiencia quedó en evidencia con los desaciertos de Iñaki Gutiérrez, el encargado de gestionar las redes sociales de la Casa Rosada. Nada más y nada menos. El influencer generó controversias, siendo criticado por compartir una selfie junto a su novia, Eugenia Rolón, en Año Nuevo desde la cuenta oficial y por errores anteriores, como un video incorrecto sobre el estado del emblemático edificio. Esto provocó el desplazamiento del militante libertario. No fue un despido, sino un “corrimiento” para el joven de 22 años, según el Gobierno.

Hoy, las redes sociales se han convertido en el principal canal de comunicación de los políticos. Les permiten conectarse directamente a la ciudadanía, sin depender de los grandes medios de comunicación, pero además pueden medir en tiempo real la popularidad de sus mensajes y políticas, lo que utilizan luego en la toma de decisiones. En cuestión de segundos sus posteos aparecen en millones de dispositivos móviles. Con la misma velocidad llegan las respuestas, que no suelen halagadoras en momentos en el que el país se encuentra sumergido en una crisis económica profunda.

Por eso es de fundamental importancia la gestión de estas “nuevas tecnologías”. Manejar las redes sociales de una institución implica una gran responsabilidad. Cada publicación representa la imagen y el mensaje que se quiere transmitir al público. Es esencial actuar con prudencia y coherencia para mantener la confianza de la audiencia.

Las fallas a la hora de comunicar llaman la atención sobre todo porque La Libertad Avanza (LLA) supo hacerse fuerte en Twitter, Instagram, Facebook y TikTok durante los años previos que marcaron el imponente ascenso de Milei hasta el sillón de Rivadavia. “Es joven y se mandó muchas macanas. Nunca tuvo un rol preponderante, sino perfil alto”, fue la versión de una de las personas que conoce el funcionamiento de LLA cuando se le consultó por el traspié del estudiante de Economía en la Universidad de Belgrano. “Es un tema de índole muy menor”, indicaron para ponerle un punto final a una situación incómoda.

Sin embargo, las redes sociales institucionales son vitales para la reputación, por lo que quienes las gestionan deben comprender el impacto de sus acciones. Un error puede pagarse caro, como le sucedió a Gutiérrez. La transparencia, la veracidad y la sensibilidad son fundamentales para evitar crisis y construir una presencia en línea sólida.

El caso más exitoso de una buena (o excelente) gestión de estas herramientas fue el de la recordada campaña que a Barack Obama le permitió llegar a la presidencia de Estados Unidos en 2008, algo que marcó un precedente a nivel mundial. El equipo del líder del Partido Demócrata se destacó por su capacidad para aprovechar las redes sociales como herramienta integral para la movilización, la recaudación de fondos y la conexión personal. Su enfoque innovador estableció un precedente para el uso estratégico de las redes sociales en campañas políticas.

Fueron apenas cinco publicaciones las que hizo Casa Rosada en X desde que Milei se puso la banda presidencial, dos de ellas del acto de asunción. En menos de un mes, tuvo que cambiar de community manager por una irresponsabilidad o un simple error.

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