¿Taxi o Uber? Los tucumanos optan por otros medios para llegar a destino por la crisis en el transporte

Hay quienes prefieren esperar en las paradas. Sin embargo, otros se suben a un auto o moto de alquiler para sortear la falta de colectivos.

CUESTIÓN DE COSTOS. La medida de los empresarios trastoca la economía hogareña. Una verdadera odisea para las usuarios en tiempos de inflación. la gaceta / foto de analía jaramillo CUESTIÓN DE COSTOS. La medida de los empresarios trastoca la economía hogareña. Una verdadera odisea para las usuarios en tiempos de inflación. la gaceta / foto de analía jaramillo

Las restricciones del transporte público de pasajeros continúan y para los tucumanos cada vez se hace más tedioso realizar sus actividades diarias, como hacer trámites en el centro, llegar a trabajar o simplemente trasladarse de un lugar a otro. En este escenario, se cruzan comentarios acerca de la utilización de Uber y su más reciente alternativa: Uber moto.

La decisión de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat) de recortar en hasta un 70% las unidades en funcionamiento rige desde el viernes pasado. Los usuarios dijeron a LA GACETA que, para algunos, en horas pico las unidades llegan a tiempo; pero una sola vez.

“Justo cuando salgo de trabajar, (los colectivos) pasan a los 10 minutos; y cuando vengo de mi casa para acá, también”, contó Benjamín Palomino, que esperaba el colectivo 1 o el 10 en la Crisóstomo Álvarez y Buenos Aires.

El hombre mencionó que cerca de las 8:10 u 8:15 llega la unidad que lo traslada a su lugar de trabajo. En cambio, cuando necesita hacer viajes hacia otros destinos, cuenta que demora unos 20 o 30 minutos en conseguir un colectivo que lo lleve.

Lo mismo dijo Paula V. que salía de un comercio camino a la parada de colectivos. Aseguró que no está teniendo problemas de traslado a partir de las restricciones, aunque enumeró algunas de sus alternativas. “A veces mi esposo, que trabaja también aquí en el centro, viene en la moto y vengo con él. O cuando hay paro mi jefe me busca y me trae”, dijo.

La mujer que vive en Villa Urquiza, pasando la cárcel, se refirió al reclamo de los comerciantes de implementar el trabajo de horario corrido en el centro y remarcó: “No sé. Ya lo intentamos una vez y la gente no se acostumbró; hace mucho calor, nadie va a salir a comprar a las tres de la tarde”.

La empleada de un local de la galería Mendoza reconoció que a los trabajadores “les conviene” por la reducción de viajes que tendrían, pero repitió que no sería un buen negocio.

Una hora antes

Mientras José esperaba el 7 en el horario del mediodía, comentó su experiencia con el transporte público tucumano. “Si no lo encontrás ‘justito’, perdés y te queda esperar una hora más. Yo vengo todos los días desde Villa 9 de Julio y si me demoro cinco minutos de la hora pico, me tengo que quedar a esperar”, dijo.

Descartó completamente la alternativa de los taxis, ya que aseguró que “no está la economía para gastar en taxis, teniendo un servicio de ómnibus que debería funcionar”. “Si además de gastar en mi día a día tengo que separar un poco de plata para moverme en taxi, se me hace un montón y no llego a fin de mes”, señaló.

Llegando a la peatonal estaba Magalí Moyano, que comentó que caminaba a pasos apresurados porque se acercaba su horario de ingreso al trabajo -eran casi las 13,30- a causa de la demora en los colectivos. “Tengo que salir, por lo menos, una hora antes. En verano no suelo tener problemas, pero ahora sí”, se quejó.

José Ocaranza y Cristina Pacífico también fueron consultados por la problemática. La mujer reconoció que cada vez son mayores los plazos de espera entre un colectivo y otro. “A la mañana, al mediodía, a la noche. Cuando sea, pero vienen mucho menos”, remarcó. Pacífico realiza cuatro viajes diarios para ir y volver del trabajo desde El Manantial, por lo que le parece “imposible” trasladarse en taxi. “Son como $ 3.000 por vez. Lo único que me queda es venir en bicicleta”, comentó; aunque automáticamente descartó esa posibilidad por las altas temperaturas de Tucumán.

En tanto, Ocaranza se quejó del estado de las unidades y soltó quejas a los empresarios. “¿Qué hicieron con los millones de pesos que les mandó el kirchnerismo, el macrismo, Alberto Fernández y también el Gobierno provincial?”, cuestionó.

¿Taxi o Uber moto?

Karen Segovia, que toma el 19, aseguró que prefiere llegar tarde a su puesto de trabajo antes que gastar dinero en un taxi. “Para tomarme un taxi me sale muy caro, prefiero llegar tarde. Y Uber es lo mismo, porque en ese horario sube la tarifa por la demanda”, dijo.

En cuanto a la frecuencia de las unidades, contó que sale todas las mañanas a las 8 para poder subirse al colectivo que pasa a las 8,30. “El tema es que a veces pasa después, se demora más tiempo. Por eso siempre trato de llegar más temprano, porque últimamente se están demorando un montón”, mencionó Segovia. Sin embargo, hay un sector joven que sí utiliza la alternativa de taxis o de Uber moto para llegar a destino. Por lo general no se trata de trabajadores en horario comercial, sino de gente que se acerca al centro a realizar algún trámite o comprar algo específico en los locales de la zona.

“Por lo general uso Uber moto, porque es más económico”, dijo Vanina González. La joven resaltó, además de la diferencia de precio, la rapidez con la que se llega a los destinos. De noche, sin embargo, usa Uber taxi; lo prefiere antes que los taxis comunes -pese a su ilegalidad- porque defiende que es más cómodo y seguro.

Esteban, que caminaba en dirección a la plaza Independencia, comentó que se acostumbró a usar Uber desde que la aplicación llegó a Tucumán. “Es mejor. Muchos dicen que los autos están en mejor estado y es verdad, salvo que te lleve uno que sea taxi también”, diferenció.

El adolescente de 18 años dijo que también probó Uber moto, pero que lo usa “sólo cuando son distancias más largas”. “Depende también a qué hora sea; hay veces que todos están usando la aplicación y no conviene ninguna de las dos”, dijo.

Entre las personas consultadas, se detectó un importante sector de la población que prefiere seguir con los transportes tradicionales: colectivos o taxis. “La verdad no me siento cómodo. A veces -como ahora- tengo la bici y puedo usarla, pero si no, voy en colectivo. Rara vez, en taxi”, comentó Juan José Ríos.

“No me llama la atención. Sí puede ser que sea más barato, pero me frena mucho el tema de la ilegalidad”, añadió.

En tanto, Daniela Chirre explicó que utiliza más el servicio de Uber, pero que según el horario decide si es en moto o en auto. “Hay veces que te sale casi lo mismo, dependiendo de la franja horaria, pero últimamente uso más moto, es más barato”, destacó.

La joven contó que sólo una vez tuvo una mala experiencia con un chofer, pero el resto fueron igual que en cualquier transporte. “La pasé mal porque el tipo manejaba como loco, no me dio casco y era medio desubicado”, dijo.

Chirre remarcó que no dejó de usar el servicio de taxis común pero que “por lo general, todos están en pésimas condiciones”.

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