Un crimen incrementa el temor en zonas rurales

El sereno de una avícola fue asesinado en un intento de robo. Referentes del campo señalan que el miedo a la inseguridad genera problemas.

BIEN SEGURO. La avícola está protegida por muros de por lo menos dos metros y además le agregaron alambres electrificados, según los Policías. BIEN SEGURO. La avícola está protegida por muros de por lo menos dos metros y además le agregaron alambres electrificados, según los Policías.

“La inseguridad en el campo no se incrementó. Pero este tipo de lamentables episodios complican la actividad, porque cada vez son menos las personas que quieren quedarse en el campo”, señaló Sebastián Murga, presidente de la Sociedad Rural de Tucumán. “Lamentablemente ya estamos habituados a los robos, pero que ocurran estos hechos, complica el panorama”, sentenció Roberto Palomo, dirigente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor) al hacerse eco del crimen del sereno en San Pablo.

Avinoa es una avícola que está ubicada en el ex Camino a Java, en la zona rural de esa localidad. El establecimiento tiene las máximas medidas de seguridad: está rodeado de muros de más de dos metros de altura y, en su parte superior, una cerca electrificada. “Más medidas de seguridad no le pueden pedir. La pusieron porque estaban cansados de que les roben los animales”, dijo Graciela, una vecina de la zona que se acercó al lugar para ver qué ocurría, ya que no hay casas en las inmediaciones.

Ayer, pasada la medianoche, al menos tres desconocidos hicieron un boquete en el muro para ingresar al lugar. Al parecer, el sereno Raúl Rubén Caínzo (68 años) sintió el ruido y se aproximó a ver lo que sucedía. Todo parece indicar que al escuchar el ruido, el cuidador se aproximó y uno de los delincuentes efectuó un disparo que impactó en la axila de la víctima, provocándole la muerte en el acto.

Al escuchar el disparo, el hijo del sereno. Samuel Alejandro Caínzo (34), que realizaba tareas de mantenimiento en el lugar, fue hasta donde había sido mortalmente herido. Los delincuentes, que según dijo estaban encapuchados, lo redujeron, lo golpearon y le robaron el celular. Después de ese ataque, los desconocidos huyeron por los montes que rodean al establecimiento.

LA PRUEBA. Los delincuentes hicieron un boquete para ingresar. LA PRUEBA. Los delincuentes hicieron un boquete para ingresar.

Agentes de Homicidios, al mando de los comisarios José Monteros, Susana Montero y Miguel Carabajal, dirigidos por el fiscal Carlos Sale, comenzaron a investigar el caso. El primer indicio que analizaron es el conocimiento que tenían los delincuentes para ingresar a la avícola. Lo hicieron realizando un boquete en el muro en el sector más alejado. “Sabían por dónde podían entrar. Pero se confiaron en que no los escucharía nadie”, explicó una fuente judicial.

A los pesquisas les llama la atención otro detalle: en la avícola no había dinero y tampoco realizaban transacciones de importancia. “También es llamativo que no hayan buscado un botín mayor, ya que tenían reducidas a las dos personas que estaban en el lugar”, explicó uno de los investigadores.

Un golpe

Tanto Murga como Palomo reconocieron que pese a una mayor presencia policial en las zonas rurales, la inseguridad no disminuyó. “Esto tiene una razón de ser: todo lo que manejan los productores tiene un alto valor económico. Desde los productos químicos, pasando por las maquinarias y repuestos, hasta la producción de la época son una tentación para los delincuentes”, comentó el titular de la SRT.

El referente de Apronor, por su parte, agregó: “estamos ante una situación que se está dando a nivel nacional. Por la inseguridad, la falta de conectividad y los problemas económicos, las zonas rurales se están despoblando, por lo que no hay quién avise”.

“Hoy, cuando ingresan a un campo, y el dueño o el cuidador no se da cuenta de que hubo un robo, decimos menos mal que no se enteró porque lo podrían haber matado”, destacó Palomo.

Murga insistió que es necesario que los tres poderes del Estado se involucren en combatir la inseguridad. “Todos tienen que aportar su granito de arena para mejorar. Es cierto que el Poder Ejecutivo reforzó a Delitos Rurales, pero no alcanzó. El Legislativo debe sentarse a pensar qué herramientas se necesitan para acabar con estos hechos. Y el Judicial aplicar el máximo de las penas para tratar de recomponer el orden”, enfatizó. Murga reconoció que los planteos de los productores fueron escuchados por las autoridades del Ministerio de Seguridad, pero aclaró que aún queda mucho camino por recorrer. “Creo que es hora de comenzar a analizar las estructuras, porque está a la vista que no funciona del todo bien”, argumentó. “Hay que recurrir a la gente del campo que está sufriendo por la inseguridad. Son los que más saben de los problemas y cuáles pueden ser las soluciones. Entre todos, podremos conseguir grandes resultados”, finalizó el presidente de la SRT.

Tribunales: dos condenados por el crimen de un sereno pidieron que se revise el fallo en su contra

Horas antes de que se registrara el crimen en San Pablo, en Tribunales dos condenados a 15 años de prisión por el homicidio de un sereno, solicitaron que se revisara la sentencia. En noviembre de 2020, cinco hombres ingresaron a una finca de Taruca Pampa (Burruyacu) y asesinaron de un balazo al sereno Ramón Alberto Ovejero. Los autores fueron identificados, detenidos por la Policía y luego condenados por la Justicia.

Un crimen incrementa el temor en zonas rurales

En una audiencia de Impugnación, dos profesionales pidieron que se revisara la pena que le habían aplicado. Humberto Castaldo, representante de Héctor Fabían Ibarra pidió que fuera absuelto. En tanto que Florencia Esper, que representa a Franco Páez, que se cambie la calificación legal para que la condena sea menor a la que recibió durante el juicio que se realizó el año pasado.

El auxiliar Miguel Fernández, siguiendo las instrucciones del fiscal Carlos Sale, rechazó el pedido de los defensores. Álvaro Zelarayán, que representa a la familia de la víctima, pidió exactamente lo mismo. Después de haber escuchado a todas las partes, el tribunal integrado por Eudoro Albo (presidente), María Jimena Suárez y Agustín Puppio analizará el caso y luego emitirá el fallo.

Pedido: “La sociedad también debe colaborar: no tienen que comprar productos robados”

“El mayor problema que tenemos es el robo de nuestros productos. En esta época, por ejemplo, desconocidos ingresan a las fincas y cortan paltas y limones. Se acerca Semana Santa y comenzarán a sufrir los productores de maíz”, comentó el presidente de la Sociedad Rural de Tucumán. “Por la crisis económica y social estimamos que estos casos se pueden incrementar considerablemente”, añadió en una entrevista con LA GACETA.

Un crimen incrementa el temor en zonas rurales

Roberto Palomo, referente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor) coincidió con el análisis de su colega. “Hay muchas personas que se quedaron sin recibir algún tipo de ayuda social por el recorte que está haciendo la Nación. Están buscando la manera de subsistir y la venta de nuestros productos es una de las alternativas a las que están recurriendo”, destacó el productor.

“Se nota mayor presencia policial en la zona rural, pero con eso no alcanza. Hay que incrementar y pedirle a la sociedad que tome conciencia de lo que está comprando. Si le ofrecen una bolsa con palta o con limones en un semáforo, lo más probable es que sean robados, concluyó.

Postura: “Hay que reforzar las medidas de seguridad en el interior de la provincia”

“Este nuevo episodio de inseguridad nos conmueve profundamente, pero también nos alerta sobre la urgente necesidad de reforzar las medidas de seguridad en el interior de nuestra provincia”, declaró la legisladora Silvia Elías de Pérez.

Un crimen incrementa el temor en zonas rurales

La legisladora también hizo hincapié en que “aunque pueda parecer un caso aislado, los productores rurales vienen advirtiendo desde hace tiempo sobre el avance de los actos delictivos. No hay familia que no haya sido afectada por robos, ya sea de herramientas, agroquímicos o incluso dentro de sus propios hogares”.

Elías de Pérez enfatizó que este suceso es un recordatorio de que poco ha cambiado desde la trágica muerte del agricultor Jpsé “Pepe” Porcel. “Los robos, cada vez más violentos, demuestran una escalada preocupante en la delincuencia, donde la vida de las personas parece tener poco valor para los criminales”, razonó.

Además la legisladora subrayó la necesidad de que el sistema de justicia brinde respuestas concretas y efectivas a quienes denuncian estos actos delictivos. Finalmente, Elías de Pérez hizo un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas inmediatas y contundentes para garantizar la seguridad de todos los tucumanos.

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