El Pacto de Mayo, la trampa del ajuste jubilatorio y los zurditos del FMI

Por Hugo E.Grimaldi

El Pacto de Mayo, la trampa del ajuste jubilatorio y los zurditos del FMI
09 Marzo 2024

El Fondo Monetario Internacional, nada menos que el tan odiado FMI, según muchos el símbolo más repudiable del capitalismo recalcitrante y factótum de los males del mundo habla ahora de proteger a la población vulnerable y a los jubilados de la Argentina. ¿Por convicción? ¿Por ideología? ¿Por altruismo quizás? Se puede especular, con mucho de certeza, que quizás el organismo lo ha hecho por miedo a que un apretón ultrasalvaje del gobierno de Javier Milei se lleve puestos a los que menos tienen y que el consenso social que aún mantiene el Presidente se desmorone.   

Es seguro que sus funcionarios piensan que, en un escenario de alta inflación, consumo acotado, desplome productivo y mayor desempleo, los opositores le van a hacer sentir al Gobierno la falta de apoyo legislativo y que tanto esfuerzo hecho hasta ahora por la población se habrá ido a la basura, con lo cual el volver a empezar estará a la vuelta de la esquina. Este escenario, que el populismo K bien podría aprovechar para reivindicar ideas, los pondría nuevamente a ellos a lidiar con algo que no querrían repetir.

En el Fondo Monetario tienen en claro que la Argentina es gastomaníaca por naturaleza, pero saben también que Milei es quien más cerca se acomoda a su sentir en materia fiscal. En Washington, le temen también a sus eventuales desequilibrios y no solamente a los emocionales que disparan demonios o a los verbales que rompen puentes y retrasan las decisiones, sino que le han hecho saber al Gobierno que tampoco están dispuestos a que los desbordes en el torniquete del ajuste les escupa el asado. 

En esa lógica de interesado acercamiento es que tiene sentido que quizás haya sido el Fondo quien también sugirió avanzar políticamente hacia el Pacto de Mayo. En pos de esa convergencia, con la que el Presidente sorprendió en su discurso ante el Congreso, se dio la reunión de ayer entre la Nación y las provincias, un primer encuentro que operativamente sólo ha servido para hacer una lista corta de los pedidos de ambas partes. De momento, hay muchos recelos, producto de la desconfianza mutua y por ahora, los acuerdos están algo lejanos debido al toma y daca de reclamos cruzados que se ha generado. 

El Gobierno ofreció mandar al Congreso una nueva Ley Ómnibus más acotada, cuyos puntos más relevantes son que se revierte Ganancias sobre los ingresos personales más altos, se le dan al Presidente ciertas facultades extraordinarias, se flexibilizan las relaciones laborales y se cambia la fórmula de ajuste de los jubilados. En general, los gobernadores necesitan fondos, pero no quieren recibir solamente dinero obtenido del primer punto para no pagar costos con sus comprovincianos y recelan del último porque tiene sus trampas, ya que le come al haber jubilatorio todo un trimestre. 

El camino de la cooperación política para mejorar a los que menos tienen ya se lo había aconsejado al Presidente, con buenos modales, Kristalina Georgieva, interlocutora preferente del Papa, cuando viajó a la sede del organismo por primera vez. Es especulación, pero es casi seguro que Francisco le pidió lo mismo a Milei cuando se vieron a solas en enero. En aquella charla de presentación en Washington sobrevoló la prédica humanista de la búlgara, alineada con Roma, algo que a la ortodoxia fondomonetarista le gusta poco. De hecho, Georgieva tiene mandato hasta setiembre y hay quienes dicen que le costará renovarlo. Por supuesto, que encarrilar a la Argentina sería para ella una gran cucarda, la que podría asegurarle la continuidad, otra razón para tratar de llevar a Milei paso a paso. 

Más allá de los sentimientos y ambiciones de la mujer, al fin y al cabo, los acreedores quieren cobrar y un gobierno de tinte capitalista como el de Milei, con miras en la creación de riqueza del sector privado como nunca antes han tenido del otro lado de la mesa en la Argentina, podría asegurárselo. Por eso, entonces, primordialmente por interés, las autoridades del organismo de crédito se han desgañitado para frenar al libertario no sólo en su verborragia rupturista, sino en la profundidad que pretende darle al ajuste. Parece mentira, pero hoy es el mismísimo FMI uien juega más al gradualismo que al shock. 

Ya se había dejado trascender la política que prefería seguir Georgieva a través de la misión que llegó a la Argentina hace un par de meses y también lo ha dicho en su reciente viaje, sin pelos en la lengua, su número dos, Gita Gopinath, una funcionaria nacida en la India que representa al Tesoro de los Estados Unidos, el accionista número 1 del Fondo.  
Si no se le da crédito a todas las señales que indican que éste es el actual escenario con el FMI, no se logra entender por qué Julie Kozack, su vocera principal, dijo hace dos días que la Argentina debe asegurar que el ajuste “no recaiga desproporcionadamente sobre las familias pobres y trabajadoras” y que “se deben preservar” los ingresos de los jubilados, quienes han sufrido de un año a esta parte una fuerte pérdida de su poder adquisitivo, en el caso de los beneficiarios de “la mínima” de más o menos 33% debido a la inyección de las sumas fijas. Entre las mayores jubilaciones el agujero del bolsillo fue más grande y está por arriba de 50%.  
La explícita mención que hizo Kozack sobre los jubilados llega justo cuando está sobre la mesa la necesidad de recomponer los haberes, descartando una fórmula que lleva atraso trimestral y que hace que la carrera de los precios en relación al ingreso de los pasivos sea inalcanzable. 

El cambio, que estaba previsto en la primera Ley de Bases, planteaba ajustar todos los meses directamente por la suba de precios del último (o penúltimo) mes, pero llevaba implícita una trampa que se comía a favor del Fisco el período de más alta inflación del último año (por ahora, enero, febrero y marzo de 2024).  

Por ese motivo, en el proyecto de fórmula de actualización jubilatoria que quiere tratar el próximo miércoles Hacemos Coalición Federal, el bloque que preside Miguel Angel Pichetto, se incluye como novedad el pago de un complemento de 20,6% para hacer un empalme más equilibrado que le permita a los jubilados cubrir al menos los aumentos de enero. Ya se verá si esto avanza o si ahora se va a esperar la opinión de los gobernadores.  

El Fondo también insistió con la cuestión inflacionaria y marcó la decisión de cerrar las cuentas fiscales para bajar la inflación. “¿Por qué es tan importante reducirla?” se preguntó la vocera, quien expresó una vez más la idea de la directora gerente: “se trata de proteger a los más vulnerables, porque todos sabemos que la inflación es un impuesto a los pobres. Dada la delicada situación social, junto con las ya muy altas tasas de pobreza en la Argentina, será importante asegurar asistencia social adicional y preservar el valor real de las jubilaciones”, volvió a insistir. Bajada de línea se llama. 
Para mayores afinidades, solía decir Cristina Kirchner que a su izquierda sólo estaba “la pared” y otro tanto se puede señalar de Milei en la punta opuesta. Ahora, el radical posicionamiento presidencial deja nada menos que al FMI expuesto a su izquierda y hasta quizás el Presidente piense que son comunistas. “Cosas vederes, Sancho”.  

 

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