Secretos del Cementerio y un cafecito en La Biela

Los restos de una veintena de presidentes y de figuras históricas reposan en ese lugar, rodeados de leyendas urbanas.

UN CLÁSICO DE BUENOS AIRES. En la confitería La Biela se rinde homenaje a Borges y a Bioy Casares. UN CLÁSICO DE BUENOS AIRES. En la confitería La Biela se rinde homenaje a Borges y a Bioy Casares.
26 Marzo 2024

Recoleta atesora dos joyas del turismo religioso. En el mismo conjunto arquitectónico están la Basílica del Pilar y el afamado Cementerio. Las construcciones están sobre tierras que eran de los monjes recoletos y de allí el nombre de la zona.

La necrópolis funciona desde 1822 y aún se realizan uno o dos sepelios semanales, de familias que cuentan con bóvedas (hay 4.000). La guía Mariel Di Prisco, del equipo de la Ciudad, conoce todos los secretos. El camposanto está repleto de monumentos y de leyendas urbanas. Se guardan allí los restos de una veintena de presidentes y de figuras históricas.

Evita, la más visitada

La tumba más visitada es la de Eva Duarte. El peregrinar hacia el pasillo en el que está es permanente. “Le dejan flores y las mujeres, troqueles de votos. Es en agradecimiento por su rol en el voto femenino”, relata Di Prisco. La especialista comenta el derrotero del cadáver de “Evita” ante los ojos foráneos.

Entre los puntos más visitados por los extranjeros están, además, los sepulcros del Nobel Luis Federico Leloir, del boxeador Luis Ángel Firpo y de los escritores Adolfo Bioy Casares y Victoria Ocampo.

La que murió dos veces

Di Prisco cuenta una de las historias más trágicas. La de la joven que murió dos veces, en 1902. El mausoleo de Rufina Cambaceres, de 19 años, es de los más llamativos. Su figura reproducida en mármol está abriendo una puerta hacia “la otra vida”.

La leyenda cuenta que la enterraron tras un síncope y que, por la noche, se escucharon ruidos. Su madre, Luisa Baccichi, fue al día siguiente y encontró el cadáver con marcas. La creencia dice que habría sufrido de catalepsia, un fenómeno que reproduce la muerte, y que despertó en su ataúd. Los rumores que trascendieron siglos dicen que, en realidad, no superó su corazón roto: se habría enamorado de Hipólito Yrigoyen y se habría enterado que era el amante de su madre.

Liliana y su perro

El mito en torno a otra mujer que descansa en el lugar ha llamado la atención. La figura de bronce de Liliana Crociati al lado de su perro Sabú es un emblema. La mujer de 26 años falleció en 1970. Había ido a esquiar con su esposo a Austria cuando su hotel fue sepultado por un alud. Trascendió que daba buena suerte tocar el hocico del perro. La historia se viralizó en TikTok y la estatua sufrió daños. Actualmente es resguardada con cintas.

En la Biela

A metros del cementerio, está el tradicional bar La Biela. Tomar un café o comer allí es un paso obligado. Visitado por presidentes y figuras internacionales, trascendió generaciones y está en el listado de bares notables. Carlos Gutiérrez, dueño del lugar, recordó que fue un reducto de figuras de la literatura como Jorge Luis Borges o Adolfo Bioy Casares, que escribían en el lugar. Relató que Bioy Casares vivía cerca y comía allí todos los mediodías. “Entraba a la cocina a hablar con el chef para elegir”, memoró.

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