Milei y los gobernadores comparten necesidades; no la agenda

El Presidente intenta obtener respaldos a la Ley Bases, mientras los mandatarios quieren consolidar la tranquilidad financiera.

Imagen ilustrativa.   Imagen ilustrativa.

Las promesas se diluyen en tiempos de ajuste. La realidad cuenta. Javier Milei ha decidido avanzar sobre las administraciones provinciales, en su afán de alcanzar el déficit cero para encarrilar la economía, y el descontento se evidenció la semana pasada en la cumbre de mandatarios del Norte Grande en Salta. Los mandatarios de esta parte del país -no todos- expresaron su descontento con las políticas de la Casa Rosada. Los reproches fueron exteriorizados hacia el ministro del Interior de la Nación, Guillermo Francos. En el medio, se conoció que las transferencias coparticipables siguen cayendo -en marzo fue de un 28% en términos reales- y que no hay demasiado margen financiero para encarar trabajos con fondos propios.

Las provincias siguen en el ojo de la tormenta. El último incidente, referido al financiamiento de algunas cajas previsionales subnacionales, fue otro foco de conflicto, que Milei trató de desactivar negando tal recorte. La desconfianza sigue merodeando. “La Nación tiene el poder de ajustar a las provincias, vía control de transferencias y otras formas de manejar sus ingresos; y las provincias tienen la llave del Congreso que aprueba leyes y rechaza decretos”, afirma Julio Burdman, doctor en Ciencia Política. “Los gobernadores le proponen que ajuste menos a cambio de gobernabilidad para reformar y desregular; Milei por ahora no da el brazo a torcer; y quizá tiene un as en la manga para el Pacto de Mayo por venir”, acota, respecto de la convocatoria que el libertario ha hecho para el 25 de mayo en Córdoba. Antes de esa cumbre, quiere poner sobre la mesa la Ley Bases y sondear las voluntades de cada distrito para votar el conjunto de acciones reformistas en el Congreso.

Burdman entiende que si las provincias con más recursos propios empiezan a reclamar en función de sí mismas, entonces los aliados naturales de Milei son las más dependientes de un buen diálogo con el Gobierno central. “Y esas provincias están en el Norte, una geografía con todos los colores políticos, pero donde el denominador común es la consciencia de sus gobernadores de que el ahogo financiero se paga caro”, sustenta. El tucumano Osvaldo Jaldo conserva su postura de gobernador opositor, pero dialoguista. En Buenos Aires se lo considera un “aliado táctico”; y la Casa Rosada ha dado muestras de que la lealtad con tranquilidad financiera se paga. El mandatario provincial, en ese sentido, transita estos meses con cierto alivio fiscal, pero esperando que la Nación cumpla parte de sus promesas, traducidas en reactivación de la obra pública.

En la configuración geopolítica, las provincias del norte tienen cierta afinidad electoral con Milei, debido a la buena cosecha de votos que el líder de la Libertad Avanza ha obtenido en las elecciones pasadas. Salvo en Santiago del Estero o Formosa, distritos comandados por Gerardo Zamora, un aliado histórico del peronismo, y Gildo Insfrán, uno de los referentes más avezados del PJ nacional. A los mandatarios de la región no le queda otra que entablar diálogo con la Rosada, porque siempre han sido las provincias más castigadas desde el punto de vista fiscal y las más postergadas con aquello de la reparación federalista.

Distinto es el caso de Córdoba, de Santa Fe o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tres jurisdicciones que cuentan con agenda propia, con objetivos que exceden las transferencias coparticipables, y con litigios judiciales pendientes contra la Nación. En la provincia de Buenos Aires está claro que su gobernador, Axel Kicillof, está lanzado a dar batalla a la actual administración nacional hasta 2027. El economista que fue cercano a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene aspiraciones presidenciales y, desde esa orientación, está obligado a enfrentar, no sólo ideológicamente, a Milei.

Ser y parecer

En principio, el Gobierno nacional tiene previsto convocar a Buenos Aires a los gobernadores para el jueves, una cumbre que había sido postergada la semana pasada por cuestiones de agenda. La convocatoria aún no ha sido realizada oficialmente. No se cursaron las invitaciones antes y durante el fin de semana largo. Milei quiere acelerar el paquete de medidas para que en abril ya estén en plena vigencia.

Según Cristian Buttié, director de CB Consultora de Opinión Pública, más allá de sus posiciones disruptivas, el pragmatismo siempre está presente en la Casa Rosada. Claro que el Presidente lo aplica de una manera diferenciada. “Hay un ser y parecer constante, en el que Milei acerca posiciones, pero al mismo tiempo recorta recursos. Los gobernadores tratan de estudiarlo y no son más duros porque algunos de ellos especularon que, a estas alturas, debía visibilizarse la apatía a raíz de las medidas que adoptó. Pero eso no ocurrió hasta ahora”, indica el analista a LA GACETA. Por esa razón, los mandatarios bajaron un cambio en sus críticas y comenzaron a negociar cuestiones regionales. En este mapa se observa que la agenda de los patagónicos es una; la de los gobernadores del centro del país, otra, y la de los del norte va por cuerdas separadas. “En esto hay que destacar que el bloque patagónico se asuma como el más sólido porque, transversalmente, han construido una agenda común, cosa que el cordobés Martín Llaryora no podría hacer con el santafesino Maximiliano Pullaro. Me imagino que en el norte pasa lo mismo, porque la agenda de Jaldo no es la misma que la de sus pares de otras provincias y eso quedó claro”, fundamenta el consultor.

En definitiva, el día a día marcará cómo será la construcción de alianzas circunstanciales y cuánta intensidad tendrán las críticas cruzadas en tanto y en cuanto Milei siga teniendo altos niveles de aceptación popular. Ningún gobernador está dispuesto a disociarse con la realidad de su electorado, porque, como se dice políticamente, la primera estrategia de cualquier mandatario es “cuidar el pago chico”. En este aspecto, Buttié expone que hasta ahora entre la Nación y las provincias solo se construyeron pequeños senderos y no puentes de comunicación sólidos que sustenten políticas de coordinación institucional, política, económica y financiera a lo largo y a lo ancho de la Argentina.

Comentarios