Epidemia de dengue: cada vez hay más “supermosquitos” resistentes a insecticidas

Cientificos hallaron en el noroeste del país poblaciones de Aedes aegypti con mutaciones genéticas que les permiten sobrevivir a las fumigaciones. Por el mal uso de químicos, hay menos herramientas contra los insectos.

HERRAMIENTA ÚTIL. Cuando hay epidemias de dengue, la fumigación permite disminuir la cantidad de Aedes. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll HERRAMIENTA ÚTIL. Cuando hay epidemias de dengue, la fumigación permite disminuir la cantidad de Aedes. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll

Las enormes nubes blancas que cubren las calles, las avenidas, las plazas y los parques se convirtieron en parte del paisaje cotidiano. Desde hace tres meses es lo que más piden los vecinos: que fumiguen sus barrios para exterminar al Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue, una enfermedad que ya suma oficialmente este año casi 30.000 contagios y nueve muertes en la provincia.

Aunque confiamos demasiado en los químicos, la realidad es que cada vez las fumigaciones matan menos mosquitos. O lo que es peor, por el efecto masivo y muchas veces descontrolado de los tóxicos, hoy tenemos más presencia de “supermosquitos” a prueba de balas.

Esto es lo que ha estudiado un grupo de investigadores del Conicet, que realizó un trabajo en el país, donde hallaron ejemplares de Aedes aegypti con mutaciones genéticas que los hacen resistentes a dosis normalmente letales de insecticidas.

La investigación se desarrolló en el marco de la Red Argentina de Vigilancia de la Resistencia a los Plaguicidas de uso en Salud Pública (RAReP). Entrevistamos a Sheila Ons, investigadora del Conicet e integrante principal del estudio.

Según explicó, desde el punto de vista genético se sabe que hay determinados cambios en los mosquitos que los hacen resistentes a los insecticidas. “Lo que hicimos fue buscar si esas mutaciones estaban presentes en las poblaciones de Aedes en nuestro país y encontramos que sí las hay. Es un dato fundamental para tener en cuenta a la hora de evaluar qué tipo de control se debe hacer”, señaló.

Hay tres tipos de variedades genéticas: el mosquito sensible al insecticida, el que tiene una mutación que los hace resistentes pero en un nivel bajo y el que presenta dos mutaciones y se asocia a una resistencia alta. Este último fue el que hallaron en el noroeste argentino.

- ¿Cómo hace el mosquito para volverse resistente al insecticida?

- Es un proceso de evolución. Los organismos se adaptan al ambiente mediante mutaciones que se dan de manera espontánea. Y esos cambios que se dan en un determinado contexto les dan una ventaja adaptativa que hace que pueda dejar más descendencia, y esos hijos van a heredar probablemente la resistencia. Y así a lo largo de algunas generaciones vamos encontrando que esa resistencia es cada vez más frecuente dentro de la población de mosquitos.

- ¿Qué factores favorecen ese proceso?

- El uso de insecticidas, pero sobre todo el mal uso de insecticidas. Porque no siempre son utilizado por profesionales, que saben cómo funcionan estos pesticidas, en qué dosis y horarios. El insecticida es más que necesario; es una herramienta muy útil en el marco de una epidemia. El problema es cuando se usa mal porque, lejos de controlar una situación, favorece a que aparezca resistencia y a que cada vez sea más difícil controlar los brotes de dengue. Por eso, hay que tener mucho cuidado y recurrir a gente capacitada, que pueda conocer sobre insecticidas y sobre la biología del mosquito.

- La confirmación de que cada vez hay más “súpermosquitos” resistentes a los insecticidas nos debe poner en alerta?¿Por qué?

- Nos tiene que poner en alerta, sobre todo al sistema de salud, que haya poblaciones resistentes porque esto nos quiere decir que las herramientas que contábamos para fumigar ya no están siendo útiles como se pensaba. El uso de insecticidas llegó a una situación preocupante, porque va bajando su eficiencia y hay que tratar de encontrar otros productos que tengan un bajo impacto ambiental. Los piretroides, que son insecticidas muy utilizados porque son tóxicos para insectos pero no tanto par otros tipos de organismos, ya han generado resistencia tanto en los Aedes como en otros insectos. Por eso es importante tener alternativas. En Argentina no se aprobaron otros tipos de compuestos para uso domisanitario; es decir, para el control de insectos dentro de los domicilios. La situación es grave porque nos quedamos sin otras opciones.

- ¿ Qué otras cosas se pueden hacer para disminuir las poblaciones de Aedes aegypti?

- Para reducir las presencia de mosquitos es necesario descacharrar: no dejar en nuestras casas reservorios de agua porque en ellos les encanta poner huevos a las mosquitas. Si uno ve en su vivienda un mosquito de patitas blancas y negras es muy probable que tenga un criadero. Claro que todos tenemos que involucrarnos, no solo el vecino. Los gobiernos tienen un rol fundamental para planificar las campañas y concientizar; también es importante la vigilancia epidemiológica y las investigaciones sobre resistencia a los insecticidas.

- ¿Es preocupante lo que está ocurriendo actualmente con la epidemia de dengue? ¿Por qué?

- Es preocupante porque vemos que año tras año la situación empeora ya que hay más cantidad de casos de una enfermedad grave y potencialmente mortal. Se trata de una patología que tiene que ver con el cambio climático; que nos está afectando porque tenemos una mayor presencia de mosquitos. Las autoridades no pueden negarlo.

la gaceta / foto de osvaldo ripoll la gaceta / foto de osvaldo ripoll

Informe oficial: ya son nueve los fallecidos por dengue

El Ministerio de Salud provincial confirmó ayer que tres tucumanos murieron de dengue. El informe de la Dirección de Epidemiología dice que se trata de dos mujeres y un hombre que fallecieron la semana pasada por complicaciones agudas relacionadas con la enfermedad que transmite el Aedes aegypti. Oficialmente, ya suman nueve los tucumanos (cuatro hombres y cinco mujeres) que perdieron la vida por el virus, superando así la cifra de ocho muertos que se había registrado en 2023. Este año, los contagios suman 29.160, aunque se estima que por cada caso reportado hay otras tres personas que contraen el virus y cursan la infección sin síntomas o sin ir al médico.

Comentarios