Por Benjamín Papaterra y Alejandra Casas Cau 03 Mayo 2024
En 1971, Ringo visitó la cárcel de Villa Urquiza. (FOTO: BANCO DE IMÁGENES DEL ARCHIVO DE LA GACETA)
Las anécdotas de Oscar “Ringo” Bonavena parecen no tener fin. Con gran carisma y una personalidad atrapante, el pugilista se ganó el cariño de los tucumanos dentro y fuera del ring. Claro, la provincia parecía tener un lugar especial dentro de la agenda del pugilista y mucho tucumanos tuvieron la oportunidad de compartir un momento con el ídolo nacional. Una de las visitas más recordadas se dio en enero de 1971. Sí, la gran muchedumbre que se agolpaba en el aeropuerto Benjamín Matienzo y la visita al penal de Villa Urquiza dieron un tinte especial a esta historia. Pero, ¿cómo llegó el oriundo de Parques Patricios a Tucumán?
Para 1971, “Ringo” ya se había consolidado como una de las grandes figuras de los pesos pesados. Sí, en diciembre del año anterior, había enfrentado a Cassius Clay –luego fue conocido como Muhammad Ali- con una notable actuación que lo convirtió en una leyenda boxística. Así, el 7 de enero llegó a la provincia para realizar una serie de visitas a distintos puntos de la provincia.
El arribo fue digno de una escena de ficción. Una multitud de 2.000 personas se agolpó en el aeropuerto para recibir al boxeador, que llegó en un avión del Aerolíneas Argentinas. Tal era la emoción por ver a “Ringo” que las puertas de los jardines del aeropuerto no soportaron la gran presión de la gente, que ingresó a la pista y rodeó al avión. “¡Ringo! ¡Ringo!”, era el cántico elegido por los fanáticos ubicados en la terraza.
Vestido con una camisa negra calada, un pantalón beige y un saco verde tornasolado, el oriundo de Parque Patricios apareció en la puerta del avión y levantó los brazos a modo de agradecimiento por la ovación. En diálogo con LA GACETA, Bonavena expresó su sorpresa por el recibimiento y habló sobre su rivalidad con Clay. “Es un tipo que se las sabe todas”, decía en medio de la muchedumbre. “Como habrá interesado mi pelea que obtuvo el mismo rating que la llegada del hombre a la luna”, bromeaba.
Pero, en ese instante, aparecieron las primeras complicaciones para el boxeador que tuvo una salida demasiado caótica. En principio, el cordón policial fue impotente para la marea de gente que estuvo presente y, durante varios minutos, el boxeador tuvo que estar al pie del avión entre abrazos, autógrafos y saludos. Vale mencionar que, en su visita a la provincia, fue acompañado por su hermano Vicente y el relator deportivo Osvaldo Cafarelli. Una vez que logró ingresar al hall de la estación aérea empezaron los disturbios con los presentes. Así, la Policía empezó a reprimir los desbordes con los bastones lo que provocó corridas y puertas de vidrios destrozadas.
En medio de todo el disturbio, “Ringo” saludo a su amigo René Villafañe. Con el médico famaillense, se dio un prolongado abrazo y el boxeador logró salir del aeropuerto para subirse a un auto policial. El vehículo lo trasladó al edificio de LV12, donde fue parte de un programa, y luego tuvo un breve descanso en un hotel céntrico. Luego, el boxeador tuvo que recorrer la calle 9 de Julio para llegar a la Casa de Gobierno, donde tuvo una entrevista con el gobernador Carlos Imbaud.
El 8 de enero también estuvo cargado de actividades entre las que se destacó su visita al penal de Villa Urquiza. Sin estar programado en su agenda y con el aval de las autoridades de la cárcel, el boxeador organizó una visita para saludar y charlar con los presidiarios, que en más de una ocasión le habían enviado cartas de agradecimiento. Al salir por la calle México, el boxeador volvió a sentir el calor de los vecinos que se acercaron a saludarlo.
Luego estuvo en el Salón Blanco donde recibió al periodismo. Ese día confirmó que participaría de un festival boxístico a beneficio que se desarrollaría en Villa Luján. Incluso, el evento contaría con la participación de varios tucumanos como Emilio Ale Alí, quien lucharía un round contra Bonavena. Una comisión mixta definiría el destino de lo recaudado y el gobierno se había comprometido en donar el mismo monto total.
En una conferencia de prensa, el pugilista opinó sobre el avance de la medicina deportiva. “A mí me visitaron dos médicos norteamericanos en el camarín y como no tenía consecuencias visibles de la lucha, me dijeron que estaba en libertad de acción. Además, tenía mis dos médicos particulares y grandes amigos: los doctores Paladino y Villafañe. Pero en Norteamérica no son tan severos como aquí”, describía.
Además, opinó sobre el potencial de Horacio Saldaño, uno de los grandes boxeadores tucumanos. “Es un gran púgil. Sus manos tienen al mundo permanentemente bailoteando. Y cualquier día se lo sacarán al mundo y seguirá bailoteando. Pienso que vive su vida y que es un bohemio”, decía. También dejó en claro cuál es su opinión sobre el boxeo. “Pienso que es un deporte de hombres y como tales actúan en el ring. Además, dada su violencia, necesitan estimular tales actitudes”, expresaba.
En referencia a la pelea con Cassius Clay, Bonavena criticó el accionar del referí en dicha pelea. “Creo que el referí se atolondró en mi pelea con Clay y no atinó a proceder como marcan las reglas del boxeo. No solo en Norteamérica, sino en el mundo entero ya que en todas partes las reglas son iguales”, indicó. “He recibido la propuesta de combatir con Floyd Potterson el 12 de febrero en el Madison Square Garden. Tiene como condición básica que el ganador peleará por el título de campeón mundial con el vencedor de Frazler-Clay, de manera que se me presenta una gran oportunidad y no la voy a desaprovechar”, anticipaba.
Además reveló el método que se debía utilizar para afrontar peleas de esa magnitud. “Como lo hice anteriormente: siempre adelante. Buscando la pelea, de frente como me gusta a mí. De esta manera cuando recibo una treta y doy yo otra y otra. Ese es mi estimulante; la lucha”, explicaba.
En la noche, Bonavena asistió a una cena en un restaurante cercano al Casino Provincial, donde asistieron grandes figuras del deporte tucumano de la década de 1970 como Héctor Corvalan, Juan Carlos Carol, Martín Vera, entre otros. Así, “Ringo” se despidió de la provincia el 9 de enero, a las 8.30, cuando subió al avión que lo hizo retornar a Capital Federal.