Transporte público: entre la calma y la cautela

04 Mayo 2024

El transporte público de la provincia se encuentra en un período de incertidumbre y de relativa calma. Al mismo tiempo, hay situaciones inquietantes, como la crisis de la empresa que realiza el recorrido por San Pedro de Colalao o el conato de paro que hubo en Buenos Aires en medio de negociaciones salariales, que siempre tienen impacto también en nuestro medio.

La relativa calma ha coincidido con los cambios en el sistema de transporte en San Miguel de Tucumán, con el lanzamiento del Programa Integral de Movilidad Urbana, con los carriles exclusivos para colectivos en cuatro arterias, que tiende a aliviar la circulación de los ómnibus y a dar previsiones a los usuarios sobre viajes y horarios. “Es un poco prematuro para hacer una evaluación. Pero debo destacar y valorar que ha mejorado el servicio del transporte público, por la fluidez y por lo que se puede cumplir horarios”, dijo un referente de los empresarios de transporte. La intendenta, por su parte, en el ciclo “Panorama tucumano” trazó una perspectiva positiva con respecto a lo que se espera del servicio de transporte público y, pese a que reconoció que en el marco de la crisis no se avizora inmediatos cambios de modelos o grandes mejoras de las unidades, dijo que se espera que haya colectivos limpios y que se puedan seguir sus recorridos mediante GPS.

En ese sentido, bien se ha señalado que una arista importante para que los cambios que se están promoviendo es la presencia de inspectores y agentes municipales en las calles, que ayudan a la fluidez de los recorridos de los colectivos. Por otro lado está la compleja ecuación entre costos del servicio y salarios, vinculada a la regulación que hace el Estado (provincial y municipal) de tarifas y subsidios. Esta ecuación entró en una pendiente en los últimos seis años, que derivó en paros constantes y que ahora está en la incertidumbre, dada la decisión del Gobierno nacional de eliminar los subsidios para el transporte del interior. Esto ha derivado en la necesidad de que se aumente el costo del viaje para los usuarios, por un lado, y en la decisión del Gobierno provincial de cargar con la totalidad de los subsidios. Sin embargo, esto no es suficiente para corregir el desfasaje que tiene la actividad en general: apenas se mantiene tranquilo el escenario salarial y no hay -o hay muy pocas- inversiones o renovación de flota, mejora del parque automotor. Por otra parte, la situación puede complicarse, como ha ocurrido en CABA, donde la protesta pende de un hilo. Se ha prometido a los empleados entregar una suma fija de $ 500.000 en dos partes y la situación se tensará además cuando llegue el aguinaldo, y será entonces cuando los empresarios volverán a pedir auxilio.

El Gobierno, que ha asumido una fuerte carga, depende también de los cambios que se vienen suscitando en el país. Convendría, en este sentido, que todos los sectores vinculados a esta actividad estudien estrategias para lograr cambios para mejorar integralmente el sistema de transporte, que en ningún momento ha dejado de estar en crisis.

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