Después de seis meses, el dólar "blue", que se comercializa en el mercado informal, volvió a ser atractivo para hacer negocios con la brecha cambiaria, al ubicarse en $ 1.230 por unidad. Esta mecánica es conocida como “dólar puré”, que aprovecha la diferencia frente al tipo de cambio MEP o Bolsa.
¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a una nueva escalada en la cotización del dólar “blue”? Las respuestas son múltiples y tienen que ver, otra vez, con el grado de incertidumbre cambiaria y política en la Argentina.
• Ley Bases. Las reformas planteadas por la administración del presidente Javier Milei no terminan de alumbrar en el Congreso. Desde hace varios meses, los inversores aguardan las nuevas reglas de juego que, entre otras cuestiones, desregulará la economía y significará el pilar fundamental para el plan económico. Esto lleva a que una franja de esos inversores se refugie en la divisa estadounidense hasta tanto se calme el clima político o haya “humo blanco” en el Parlamento Nacional.
• La baja de las tasas por parte del Banco Central. Ese es otro de los motivos del repunte de las cotizaciones alternativas del dólar. Quedarse en depósitos a plazo fijo ya no es tentador para los ahorristas que vuelven a mirar al billete verde como opción de privilegio.
• El atraso cambiario. Pese a que el presidente de la Nación, Javier Milei, negó tal situación y embistió contra los economistas que advertían sobre este fenómeno, en el mercado sigue existiendo ese pensamiento. Durante su disertación en el Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el ministro de Economía, Luis Caputo, insistió con que es absurdo hablar de atraso cambiario. “Los economistas tenemos algunas visiones diferentes. Bienvenido el disenso. Yo no suscribo ni medio párrafo a eso. Coincido 100% con el presidente. Primero, no tenemos una meta de tipo de cambio real. Segundo, es absurdo. Son absurdas las comparaciones. ¿Cuál es el tipo de cambio? ¿Cuál es la referencia? Algunos comparan con el tipo de cambio de Alberto Fernández, del último gobierno. O sea, el precio de una variable como el tipo de cambio refleja la situación actual y las expectativas futuras”, enfatizó.
Según el economista Gustavo Ber, los agentes económicos siguen en especial atentos a las señales políticas por estos días, tanto en lo que refiere a la marcha legislativa de la Ley Bases y el paquete fiscal, como a la posibilidad de alcanzar acuerdos, y el conflicto con España que aún escala.
También viene concentrando las miradas el reacomodamiento de los dólares financieros y libre de las últimas ruedas, un movimiento previsible y habitual tras cada recorte en las tasas. Acota que, en esta ocasión, está siendo más acelerado, “posiblemente ante una mayor dolarización de agentes luego de la fuerte apreciación cambiaria de los últimos tiempos”.
Asimismo, estarían contribuyendo las menores liquidaciones registradas en las últimas ruedas, lo cual condiciona el ritmo de compras del Banco Central, más allá de que dicha dinámica debería ser transitoria en medio de la etapa de mayor estacionalidad. “Aún cuando el reacomodamiento de los dólares financieros viene siendo más intenso que en los anteriores recortes de tasas, en el actual contexto económico-financiero debería pronto encontrar un respiro”, advierte. Y agrega que una cotización cercana a los $ 1.200 -con una brecha ya próxima al 35%- es un nivel importante a monitorear con el fin de evitar que más agentes se inclinen por cerrar colocaciones en pesos y busquen cobertura a raíz de las implicancias en las expectativas.
La escalada del “blue” llegó a los $ 50 y, con ese valor, redondeó un aumento de $ 190 (18,27%) en lo que va de este mes. El Contado con Liquidación siguió prácticamente la misma tendencia y terminó en $ 1.193, mientras que el MEP subió en una jornada $ 63 hasta cerrar en los $1.170.
Con un ajuste del dólar mayorista de 50 centavos hasta los $ 889, las brechas cambiarias ya quedaron todas arriba del 30%, lo que aleja la posibilidad de alcanzar el fin del cepo.
Caputo insistió en que no habrá sobresaltos cambiarios. “A todos lo que dicen por qué no sacamos el cepo el día uno. Requiere una cirugía mayor”, indicó. “Si hubiéramos sacado el cepo el día uno, hubiera sido una calamidad; si lo hubiéramos sacado en enero, hubiera sido un desastre; si lo hubiéramos sacado en febrero hubiera sido bastante desastre; si lo hubiéramos sacado en marzo hubiera estado mal; si lo hubiéramos sacado en abril hubiera estado mal; y si lo sacáramos hoy, sería inapropiado. Pasamos de una calamidad a algo inapropiado, una mejora sustancial”, detalló durante el congreso del IAEF.