Las 15 copas de Argentina: entonces, ¿somos los mejores del mundo?

Capítulo 10: 1955

Las 15 copas de Argentina: entonces, ¿somos los mejores del mundo?

Un océano corrió bajo el puente tras el tricampeonato conquistado por la Selección en 1947. Concluida la guerra, volvieron los Mundiales y el Campeonato Sudamericano (así se llamaba la Copa América) resignó periodicidad -había llegado a disputarse casi en forma anual-. Es así que Argentina llevaba ocho años sin vueltas olímpicas cuando acudió a la cita de 1955, organizada en Chile. Además, cargaba con la autoimpuesta ausencia en los Mundiales de 1950 (ganado por Uruguay en el Maracaná) y 1954 (conquistado por Alemania Federal en Suiza). Demasiado para un fútbol que se consideraba (a sí mismo) “el mejor del planeta”. El problema es que ese relato se sostenía en el brillo de la competencia local, ajeno al roce internacional. El título obtenido en Santiago en 1955, el décimo en el historial, sirvió para reforzar esa idea de la superioridad argentina sobre el resto; el problema vendría poco tiempo después.

Sin Brasil, que desistió de participar, y con Uruguay en pleno recambio, el gran rival fue el dueño de casa, que tenía un gran equipo y ambicionaba coronarse por primera vez. Hubo seis participantes que jugaron todos contra todos, y fue así que Argentina y Chile llegaron a la última fecha igualados en puntos y en la diferencia de gol. El fixture había determinado una verdadero final.

El camino de la Selección había registrado victorias sobre Paraguay (5-3), Ecuador (4-0) y Uruguay (6-1, la mayor goleada en el historial del clásico rioplatense, con un triplete de Ángel Labruna), más un empate con Perú (2-2). La seguridad de Juan Elías Musimesi (“el arquero cantor”) y de los zagueros Pedro Dellacha y Federico Vairo combinaba a la perfección con el potencial ofensivo, basado en la delantera de Independiente (Micheli, Cecconato, Grillo y Cruz). El único que faltó del ataque del “rojo” fue el centrodelantero Lacasia, relegado por Labruna y por el ídolo boquense “Pepino” Borrello.

El partido con los chilenos, el 29 de marzo en el estadio Nacional, incluye un costado trágico. La organización, pésima, no reguló la avalancha de público en el ingreso. Se produjo una estampida, murieron siete personas y los heridos se contaron por cientos. Aún así el juego no se suspendió y Argentina venció 1-0 en un choque muy parejo, con gol de Rodolfo Micheli (foto), máximo artillero del campeonato con ocho conquistas. 

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