La celiaquía es una enfermedad autoinmune desencadenada por la ingestión de gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada, la espelta y la avena.
Esta afección provoca una reacción del sistema inmunitario que daña el revestimiento del intestino delgado, interfiriendo en la absorción de nutrientes esenciales. Es más frecuente en mujeres que en hombres, con una relación de dos mujeres celíacas por cada hombre afectado.
La celiaquía no es solo cosa de niños
Aunque comúnmente se asocia la celiaquía con la infancia, es importante destacar que esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad. De hecho, el 20% de los diagnósticos se realizan en personas mayores de 60 años, lo que subraya que no es exclusiva de los niños.
El gluten: el culpable de la celiaquía
El gluten se encuentra en varios cereales, entre ellos:
Trigo
Cebada
Espelta
Avena (aunque existen variedades certificadas sin gluten)
A pesar de su prevalencia, la celiaquía sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada. Se estima que entre un 80 y un 85% de los celíacos no saben que lo son.
Enfermedades asociadas a la celiaquía
El diagnóstico tardío de la celiaquía puede llevar al desarrollo de otras patologías asociadas, como:
Tiroides autoinmune (Enfermedad de Hashimoto): una afección en la que el sistema inmunitario ataca la glándula tiroides.
Diabetes tipo I: se estima que entre un 3 y un 8% de las personas con diabetes tipo I también son celíacas.
Deficiencia selectiva de IgA: una enfermedad caracterizada por la ausencia de inmunoglobulina A, esencial en la lucha contra infecciones.
Síntomas de la celiaquía
Según Frances Casellas Jordá, responsable del comité de nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la celiaquía puede manifestarse de múltiples formas. Los síntomas más comunes incluyen:
Pérdida de peso
Fatiga
Náuseas y vómitos
Diarrea
Dolores abdominales
Anemia
Distensión abdominal
Osteoporosis (en adultos)
Pérdida de apetito
Irritabilidad, apatía o tristeza
Aunque la celiaquía puede no producir síntomas evidentes, siempre causa daño al revestimiento del intestino delgado.
Tratamiento de la celiaquía
El único tratamiento eficaz para la celiaquía es una dieta estricta y de por vida sin gluten. Es crucial vigilar todo lo que se consume, ya que el gluten está presente en muchos alimentos y aditivos. Algunos aditivos aptos para celíacos incluyen:
E-100: Común en manteca
E-101: Encontrado en purés ultraprocesados
E-140: Presente en bebidas energéticas
E-260: En productos cárnicos
E-202: En conservas de pescado
E-300: En masas de pizza frescas y congeladas
Celiaquía refractaria: una forma grave de la enfermedad
Un pequeño porcentaje de celíacos (aproximadamente el 5%) padece celiaquía refractaria, una forma más grave de la enfermedad. Esta se caracteriza por una falta de respuesta a la dieta sin gluten, generalmente debido a la ingestión inadvertida de gluten. Además, es esencial descartar otras causas como fármacos o sustancias que contengan gluten.
Diagnóstico de la celiaquía
El diagnóstico de la celiaquía se basa en varios pasos:
Sospecha clínica: basada en la presencia de síntomas o antecedentes familiares.
Serología: marcadores serológicos que indican la probabilidad de la enfermedad.
Biopsia: confirmación mediante biopsia del duodeno proximal.
Pruebas genéticas: positividad en HLA-DQ2, común en la mayoría de los pacientes celíacos.
El diagnóstico debe ser realizado por un médico especialista en gastroenterología.