Caso “Benja”: acusados de matar a su hijo y de lesionar a tres hermanos de este

El fiscal Varela les agravó la imputación al sumar pruebas de que golpeaban a otros tres pequeños, uno de los cuales murió en junio de 2018

EL HALLAZGO. Los peritos del ECIF donde encontraron el cuerpo del niño. EL HALLAZGO. Los peritos del ECIF donde encontraron el cuerpo del niño.

“Benja” fue el niño de tres años que murió asesinado a golpes y su cuerpo enterrado en un paraje de Atahona. Sus padres fueron acusados del aberrante caso. Por una investigación desarrollada por el fiscal Miguel Varela, descubrieron que los procesados también habrían maltratado a los tres hermanos de la víctima, uno de los cuales falleció en 2018. Ahora, además de afrontar el cargo de homicidio agravado, les imputaron otro delito: lesiones graves agravadas por el vínculo.

Romina Vanesa Gutiérrez (30) y Jorge Luis Lucero (43) vivieron en concubinato desde hace aproximadamente nueve años y, producto de esa relación, tuvieron cuatro hijos. Deambularon por distintas localidades hasta que en 2021 se instalaron en el paraje conocido como La Ensenada, en Atahona. “Durante los años de convivencia, los imputados de manera habitual proporcionaron malos tratos a sus hijos, golpeándolos en distintas partes del cuerpo, utilizando hierros, botellas, machetes, látigos y también golpes de puño provocándoles lesiones”, describió la auxiliar Emilia López Delgado, que fue dirigida por Varela.

En febrero pasado, una abuela de los chicos denunció ante la fiscala Mariana Rivadeneira que no sabía nada de uno de sus nietos desde hacía bastante tiempo. Denunció además que algo malo podría haberle pasado porque sus progenitores nunca le habían dado una explicación sobre su paradero. Inmediatamente se inició un expediente y a los días, la investigadora comentó lo que estaba sucediendo a su par Miguel Varela que por jurisdicción debía intervenir.

El desenlace

La peor de las sospechas terminó de confirmarse a fines de marzo. Los restos de “Benja” fueron encontrados enterrados en un monte cercano a la humilde vivienda en la que habitaban. Eso fue suficiente para que se los acusara del filicidio y se les dictara la prisión preventiva a él por seis meses y a ella, por cuatro. Con el correr de las semanas, Varela fue sumando indicios sobre lo que había ocurrido y la mecánica del caso.

López Delgado, en una audiencia realizada el martes, informó los avances de la investigación. Según la teoría del fiscal, entre julio y diciembre de 2023, la pareja estaba arreglando el techo de la vivienda con la colaboración de sus hijos. “En esas circunstancias, Lucero se enojó con el pequeño y, con claras intenciones de causarle la muerte, le pegó en la cabeza con un bloque de cemento que estaba utilizando para arreglar el techo, provocando que el niño se desvaneciera en el piso y falleciera minutos después”, relató.

“Gutiérrez ayudó a su pareja a ocultar su cuerpo. Procedió a envolverlo en un toallón, luego en dos sábanas y lo colocó en una funda de almohada y, por último, en una bolsa de plástico. Luego lo entregó a Lucero para que lo enterrara en un monte ubicado en el fondo de la propiedad”, relató la auxiliar durante el debate.

La otra imputación

En medio de la pesquisa por el crimen de “Benja” surgió un preocupante dato. Un hermanito de la víctima de 18 meses había fallecido en junio de 2018. En esa oportunidad los acusados trasladaron al pequeño al hospital de Monteros, donde falleció. El informe autópsico determinó que el niño había fallecido por una broncoaspiración, pero reveló que tenía signos de haber recibido castigos físicos.

Por esa razón se dio intervención a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia para que actuara. No trascendieron los detalles de la tarea que realizaron los especialistas del organismo, pero sí coincide con dos situaciones registradas en esos días. El mayor de los hijos se fue a vivir con una de sus abuelas y toda la familia se mudó de Simoca a Atahona.

Según la teoría del caso, desde el 20 de junio del año 2017 (fecha de nacimiento del niño) hasta el 12 de junio de 2018 (fecha de su muerte), en la casa en la que habitaban en Simoca, de manera habitual le aplicaron malos tratos físicos causándole múltiples lesiones”, explicó López Delgado.

Cabe aclarar que no se le imputó el crimen porque la causa de su muerte no fue por los golpes que habría recibido, pero sí se determinó que sufría de una bronquitis que no fue atendida y por eso terminó en una broncoaspiración.

La representante del MPF solicitó que la causa sea declarada como asunto complejo para tener mayor tiempo en la pesquisa. “Estamos hablando de cuatro niños víctimas, dos de ellos fallecidos, lo que dificulta la recolección de pruebas para un plazo ordinario de una investigación penal preparatoria”, argumentó López Delgado.

La auxiliar además pidió que se prorrogue la prisión preventiva que viene cumpliendo la madre de los niños por dos meses más y que la pareja sea acusada de otro delito. Todos los pedidos realizados por la auxiliar fueron aceptados por el juez Sergio Dante Altamirano.

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