Septiembre Musical: tango en estado puro y joyas de la música que se ponen tangueras

Esteban Morgado Cuarteto ofrece su calidad musical en la sala Caviglia. Canta Mariela Acotto

SONIDO PROPIO. El tango y la belleza de su lenguaje son las claves en la música del cuarteto desde hace 25 años. SONIDO PROPIO. El tango y la belleza de su lenguaje son las claves en la música del cuarteto desde hace 25 años.

“Vamos a tocar parte de nuestro repertorio más algunas músicas nuevas, y Mariela Acotto va a cantar seis temas con nosotros”. Esta es la propuesta que trae al Septiembre Musical Esteban Morgado junto a su cuarteto -Diego Pojomovsky en bajo, Walter Castro en bandoneón, Miguel Enrique Condomí en violín y el músico líder en guitarra y dirección musical-.

La pondrán en consideración a las 21, en el teatro Orestes Caviglia (San Martín 251) con entrada libre y gratuita en el Septiembre Musical. Intervendrán los bailarines Delia Agüero y Carlos López.

“Dentro de lo nuevo hay una milonguita que vamos casi a estrenar. Hay ‘Responso”, de Aníbal Troilo, una de las últimas incorporaciones. Además hay clásicos, temas de Ástor Piazzolla y míos”, arranca la oferta. “Como siempre están joyas de la música que originalmente no son tangos y que llevamos al tango -agrega-. Por ejemplo, temas de la película ‘Cinema Paradiso’, o un enganche de temas de Queen que llamamos ‘Queen tanguera’, o la milonga hecha con ‘Blackbird’, de Paul McCartney”, enumera.

El maestro Morgado cumple 25 años al frente de su cuarteto. “Desde los inicios siempre me gustó llevar al tango composiciones que originalmente no vienen de la música ciudadana, como para que sean también puertas de entrada para la gente que por ahí no es tan afín al tango. Entonces escuchan un arreglo de ‘Every breath you take’, de Sting, y terminan escuchando y/o bailando con Juan D’Arienzo”, sintetiza su expertise. Es que Morgado ha bebido y ha profundizado en las diversas fuentes de las seis cuerdas, tanto en la guitarra académica como en la popular.

Trabajo de cuarteto

Acerca de la actividad del grupo, cuenta que están tocando en “Cátulo Tango”, en Buenos Aires los fines de semana. “Hacemos un show con tres parejas de bailarines y dos cantantes, como para argentinos donde viene el turista. Es una gran tranquilidad tener esta agenda fija”, asegura. Acerca de los planes mediatos, se aprestan a grabar material nuevo a fin de año. “Y también nos planteamos volver a hacer las giras por Europa el año que viene -anuncia-. Tenemos algunas propuestas; hay que armar la logística, lo más difícil, como para no hacer 15 shows en 20 días, cuando llega un momento en que ya no sabés dónde estás cada mañana al despertar”.

En cuanto al tango puro, le consultamos si la interpretación difiere en algo según toquen en Buenos Aires, Copenhague o Tucumán. “No -responde categórico-, porque la música tiene vida y entidad propia. Y el público, si vos sos auténtico y tratás de que le llegue al alma, la recibe. Es igual para un europeo, que incluso hasta puede no conocer la música rioplatense. Pero se conmueve por la manera de tocar y por la música en sí. Hay música muy bella que tratamos de recrear, como la de Ástor, con Adiós Nonino, Oblivion, Libertango, Verano Porteño, Milonga del Ángel... Por otro lado está el tema de ‘Cinema Paradiso’: donde lo toqués, la gente reacciona. Tanto quien vio la película como quien no la vio, se mete en un arreglo tanguero de la música de Ennio Morricone”, explica, al tiempo que revela: “tuve la posibilidad de mandarle a Morricone el arreglo y la grabación, y recibimos muy buena respuesta de su parte. A tal punto que nos invitó a tocar como teloneros de él en la Arena de Verona. Y si bien no pudimos hacerlo, en definitiva lo importante fue que él aprobó el arreglo tanguero. Nosotros hacemos tres temas de la película enganchados con un puente tanguero”.

Otra faceta del hacer de Morgado es la docencia, desde hace casi 50 años, con método propio y en su estudio. “Sigo enseñando. Y tengo cientos de arreglos de folclore, tango, música brasileña, jazz, rock”, enumera, y da la clave de su enseñanza: “lo que los alumnos quieran tocar yo lo arreglo para que puedan hacerlo”.

“El concepto es que no tengan que seguir las lecciones de un libro, sino que puedan leer en el pentagrama lo que tengan ganas de tocar, sea cumbia, cuarteto, folclore o tango, cualquier género. Ya hay muchos alumnos a quienes he acompañado en su formación y ahora hora trabajan de guitarristas. Tengo ese orgullo y esa alegría”, concluye.

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