El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue a la Iglesia de la Santa Cruz para rendirles homenaje a los desaparecidos de origen francés. La parroquia es emblemática porque allí Alfredo Astiz marcó a las monjas francesas y a las Madres de Plaza de Mayo para ser secuestradas, llevadas a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y arrojadas vivas al mar.
Desde temprano, familiares de desaparecidos franceses esperaron en la parroquia. Uno de los primeros en llegar fue el premio nobel Adolfo Pérez Esquivel.
La llegada de Macron se demoró casi una hora. Una vez que el presidente galo ingresó por la calle Estados Unidos, a los minutos apareció saludando por la calle el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Entre los familiares circulaba la versión de que Macron le expresará su preocupación por la política de derechos humanos a Milei cuando lo vea en la Casa Rosada antes de seguir viaje hacia Brasil.
La visita de Macron a la Iglesia de la Santa Cruz fue organizada por el embajador francés en la Argentina, Romain Nadal. La presencia de Macron en ese lugar es un mensaje en favor de la memoria, la verdad y la justicia –pilares que vienen siendo atacados por el gobierno de Javier Milei.
Durante los primeros meses de la dictadura, Astiz solía asistir a la iglesia de la Santa Cruz, donde se presentaba como Gustavo Niño. Decía que era un hermano de un desaparecido. Así, fue ganando la confianza de los familiares que se reunían en el lugar.