Sol, lluvia, estadías más cortas y baja ocupación hotelera: así arrancó la temporada en Tafí del Valle

En los albores del año aún la ocupación en hoteles es menor a un 50%; comerciantes confían, sin embargo, en que la villa será más visitada con el correr de los días.

FOTO MATÍAS QUINTANA/DIEGO ARÁOZ FOTO MATÍAS QUINTANA/DIEGO ARÁOZ
Matías Auad
Por Matías Auad 03 Enero 2025

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Laura Zequeida está de pie detrás del mostrador de una panadería ubicada en el corazón del centro de Tafí del Valle. El calendario en los celulares refleja que es 2 de enero, pero parece que miente. “En esta época vos ya no tenías estacionamiento por la avenida Perón. A esta hora (13.20) escuchabas los bocinazos de los autos y no se podía pasar en los semáforos, pero ha estado muy tranquilo”, dice la tafinista, que trabaja hace 22 años en el local.

Las cifras que manejan los empresarios de la Cámara de Hoteles y Afines Destino Tafí del Valle parecen darle la razón. Con suerte, la ocupación rozará un 50% este fin de semana. “Son números bajos. Si bien estamos en temporada alta, hay lugar en casi todos los establecimientos”, dice Jorge Elías, presidente de la entidad. El intendente de la ciudad, Francisco Caliva, y otros comerciantes consultados por LA GACETA coincidieron en que otros años se podía ver más movimiento, pero confían que aumentará. Sobre todo, los fines de semana.

El relevamiento de la cámara empresarial abarca alrededor de 200 camas de un total de 2.200 que Elías calcula que hay entre Tafí y El Mollar. Si se suman las casas registradas y no registradas en inmobiliarias, se estima que la villa veraniega puede llegar a recibir entre 6.000 y 8.000 personas.

La panadera ofrece otra prueba de sus dichos: cuando Tafí se llena, la señal de los celulares escasea y, por ejemplo, cuesta hacer transferencias bancarias. Aún eso no sucede.

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No es una novedad, plantea. La temporada pasada fue similar. “Ahora se ve más gente entre el viernes y el lunes. Muchos vienen por un día. Incluso el que tiene casa: un cliente me acaba de contar que se quedará el mes, como todos los años, pero bajará a trabajar a la ciudad durante la semana”, dice.

Marcelo Norte coincide con la panadera. Afirma que desde hace dos años la tendencia es que Tafí se llene sólo los fines de semana. Tiene dos termómetros para medir el movimiento: un hospedaje con cinco dúplex y la venta de empanadas y pizzas al horno de barro para llevar.

“Es la misma gente la que venía antes que la que viene hoy. La diferencia radica en la cantidad de días que se toman de vacaciones. Los que venían a pasar el mes, hoy alquilan 15 días. Los que venían dos semanas, hoy vienen siete o 10 días. Y los que venían una semana, ahora vienen solo el fin de semana. No pueden vacacionar el tiempo que quisieran por el tema económico”, analiza Marcelo, que vende alojamiento y comida hace 13 años, pero tiene su casa ubicada frente a la YPF de la villa hace 20 años. Mientras controla que las empanadas no se quemen cuenta que el 70% de sus clientes tiene casa en el valle, mientras que el 30% restante es turista ocasional.

Sol, lluvia, estadías más cortas y baja ocupación hotelera: así arrancó la temporada en Tafí del Valle

Las últimas “buenas temporadas” estuvieron marcadas por las restricciones pandémicas, analiza el comerciante. “Veías todo 100% cubierto cada día de la semana. Llegué a vender entre 2.500 y 3.000 docenas de empanadas entre enero y mitad de febrero”, recuerda. Desde hace dos años que se trabaja un 30% menos, calcula.

Una consulta interrumpe el diálogo. “¿A cuánto vende la docena?”, preguntan tres vecinas de Lules. “$14.000”, les responde y detalla a LA GACETA que no sabe cuánto tiempo más costará eso. “Depende de que no me suban la grasa y la leña, que me sale $40.000 el metro”, explica.

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Las clientas que se acercaron a preguntar deciden comprar empanadas. Mientras Marisa, Victoria y Micaela esperan el trabajo del horno, le cuentan a LA GACETA que tienen una casa en Tafí. No vienen todos los fines de semana, como antes, sino solo algunas fechas puntuales para no gastar tanto. Viajaron con sus familias (alrededor de 20 integrantes) a recibir el año nuevo. Volvían hoy.

¿Precios altos?

El presidente de la cámara de hoteleros dice que las estadías en una habitación doble para este fin de semana pueden llegar a costar entre $50.000 y $150.000 en hoteles con spa. “Para mantener estos números que de por sí son bajos, tuvimos que resignar tarifas. Actualmente somos uno de los destinos más económicos de la Argentina. Los márgenes de la actividad se vieron comprometidos y eso genera muy poca reinversión”, lamenta.

En diálogo con LA GACETA, Caliva dice que la expectativa para esta temporada es que todo salga de la mejor manera posible, aunque advierte que hay que ser “realistas”. “La economía no está bien, pero estamos saliendo adelante. No es que la gente no quiera venir, sino que no tiene. Hoy veo que propietarios andan cortando el pasto, cuando antes contrataban a lugareños. O hacen trabajar a las casas alquilándolas”, dice y adelanta que se intentará legislar para que esas transacciones tributen al municipio.

Si bien el panorama parece poco alentador, todos los consultados confían en que esta historia recién empieza. Incluso algunos se mostraron satisfechos. “Nosotros venimos trabajando bastante bien desde el fin de semana pasado. La gente no falla”, dice Marcelo Ulises, propietario de un restaurante muy concurrido en Tafí.

“La gente está buscando muchísimo precio, opciones, si sale, si no sale… Está muy especuladora, pero se está empezando a mover. Esperamos que esta recuperación que se ve a nivel nacional desde hace unos meses, con superávit fiscal y crecimiento económico, haga un efecto rebote”, se esperanza el hotelero Elías.

Empresarios, comerciantes y autoridades se ilusionan al pensar que a partir de la segunda quincena de enero se verá el movimiento esperado por el Seven de Rugby (26 de enero) y el Festival del Queso (21 al 23 de febrero). Mientras, el corazón de la villa parece latir a un compás más pausado, como un reflejo de los tiempos que corren para el bolsillo.

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