Historias de tucumanos en el Día de los Enamorados, o cómo el amor nos pone locos

Las siguientes historias de amor son relatos de lectores de LA GACETA que cambiaron para siempre la vida de sus protagonistas. ¿Con cuál te quedás?

Historias de tucumanos en el Día de los Enamorados, o cómo el amor nos pone locos

“Decí que sí”: bailaron en el boliche hasta que salió el sol

Esta historia comenzó hace 35 años, una madrugada del Día de Reyes Magos en un boliche muy conocido de El Mollar. “Recuerdo que yo bailaba en las gradas del lugar cuando se acercó un joven muy alto. Sus palabras fueron: “Decí que sí”. Yo no respondí, sólo lo tomé de los hombros, lo hice girar y nos fuimos a bailar”, relata Martha Salazar sobre cómo conoció a Sergio Agudo.

Los jóvenes bailaron hasta que el sol salió y les marcó el fin de la fiesta. Una semana después, Sergio, se presentó en su casa y el baile fue protagonista de nuevo.

“Nos habíamos prometido que el romance sería solo durante el verano”, dice la mujer. Pero el plan no fue lo que esperaban y ese romance continúa hasta hoy. “Luego de 32 años de casados y tres hijos maravillosos, seguimos hablando de nuestro verano en El Mollar, lugar al que volvemos siempre”.

En secreto: se enamoró del hermano de su compañera

Martín Cerra cuenta que su historia de amor surgió en medio de otro romance, hace cinco años atrás. “Todo comenzó cuando me puse de novio por primera vez a los 18 años. Salía con una compañera del colegio y todos los días la iba a visitar a su casa”, rememora y dice que, con el tiempo, forjó una amistad con el hermano mayor de la adolescente. Eventualmente comenzaron a compartir salidas y mucho tiempo juntos. “Una noche en la que estábamos envalentonados por el alcohol, él me confiesa que se enamoró de mí el día que me vio por primera vez y yo me di cuenta que sentía lo mismo por él. Terminé con su hermana y comencé a salir oficialmente con quien era mi amigo y cuñado. Somos muy felices”, cierra Martín.

En el Mundial 78: reencuentro en la plaza Independencia

“Conocí a mi señora en el casamiento de un íntimo amigo. La saqué a bailar y no la vi más”, cuenta Hugo Rezzónico. El reencuentro entre ambos no fue sino hasta el mundial del ‘78. “Salí a la plaza Independencia a festejar y en medio de la gran masa de gente que había, la encontré”, dice Hugo. La joven estaba ayudando a una amiga a entregar panfletos cuando él la vio. Fue a partir de ese festejo mundialista que comenzaron las citas y tres años después, sellaron su amor con el matrimonio.

Hugo y su esposa cuentan más de cuatro décadas juntos, tres hijos, seis nietos y 21 mudanzas por Sudamérica y Argentina. “Vamos a cumplir 44 años de casados y con ganas de muchos más”, dice.

Madrid - Tucumán: se conocieron en el Mundial de la Juventud

Año 2011, Madrid. Leonardo Crespo participaba en la Jornada Mundial de la Juventud cuando conoció a la joven que luego sería su esposa. Él vivía en Buenos Aires y ella en Tucumán, pero el amor entre los dos fue más fuerte que los kilómetros que los separaban. “Al tiempo nos volvimos a ver. Nuestro punto de encuentro fue en la Catedral, y en presencia de Dios nos pusimos de novios”, recuerda.

Al cabo de dos años, Leonardo dejó su trabajo, familia y amigos, y decidió mudarse a vivir a Tucumán para estar con su amada.

Pasaron 20 años: en la pandemia reanudaron su relación; casamiento en puerta

El amor puede manifestarse en cualquier momento. “A Claudia ya la conocía hace casi 20 años, pero fue en 2019 que empecé a verla con otros ojos”, anticipa Fabián Guerrero.

Esos ojos de amor de Fabián, buscaron la excusa para pasar tiempo con ella y la invitó a viajar a Salta con sus ex compañeros de colegio. “En 2019, en la cena de aniversario de egreso de secundaria, mis amigos y yo ganamos un viaje de ida y vuelta a Salta, solo teníamos que completar el total de los pasajeros. La pasamos genial y nos escribimos todos los días, después de eso”, relata.

No pasó mucho tiempo hasta que la relación se formalizó. “El 29 de septiembre de 2019 le pedí que sea mi novia. Durante la pandemia estuvimos juntos y no se fue más, hasta hoy que estamos próximos a casarnos, con la bendición de Dios. Ella tiene 52, yo 48 y juntos, llevamos cinco años y medio”, concluye Fabián.

App de citas: “Fue amor a primer mensaje”

“Fue amor a primera vista… o, mejor dicho, a primer mensaje”, aclara Jaime Ledesma sobre cómo inició el contacto con Noelia, luego del “match” en una aplicación de citas. Recuerdo que hablamos toda la noche, de nuestro color favorito, de la comida preferida, del lugar que más queríamos visitar. Compartimos risas y sueños, hasta que el sol comenzó a salir”, dice. Sin perder el tiempo, Jaime le propuso conocerse personalmente y la cita fue en la plaza Independencia. “Era más hermosa que en las fotos y con un beso sellamos nuestro destino, porque desde ese día nuestro amor creció. Hace cinco años, el 18 de diciembre, nos casamos en una hermosa fiesta en Tafí del Valle”, cuenta.

En un cumple: se concieron en la infancia y se redescubrieron de grandes

Hace 20 años, en la infancia, cuando el amor aún era un concepto lejano fue que los protagonistas se conocieron. “Éramos dos niños en un cumpleaños que compartían el mismo espacio pero no muchas palabras”, dice Franco Genaro Albornoz.

Cuenta también que, un año después y sin saberlo, la vida los puso en el mismo colegio y misma aula, pero ambos estaban aún distantes por la inocencia de la niñez.

En secundaria, todo cambió. La amistad nació entre risas y bromas. En el último año, lo que sentían dejó de ser solo amistad, pero la vida los separó al egresar en 2013. “Nuestros caminos tomaron rumbos distintos y creí que yo ya no le interesaba. Sin embargo, el amor verdadero espera. Después de dos años, decidí intentarlo una vez más y volví a buscarla, nos redescubrimos y el amor renació”.

El 6 de mayo de 2015, decidieron ser pareja. “Este año, nuestro amor dará un nuevo paso porque he decidido pedirle que sea mi esposa. La amo como el primer día”, dice Franco.

Ella, mayor: le declaró a él su amor con un poema

“Es muy común que el hombre dé el primer paso; pero, ese no fue nuestro caso”, anticipa Basilio Sergio Ruiz. Cuenta que el domingo 25 de junio del año 2006, él salía de la iglesia y allí estaba ella, esperando sonriente. “Nos acompañamos unas cuadras, la charla fue amena y divertida. Luego de ese encuentro empecé a fantasear”, confiesa el hombre.

El domingo siguiente volvió a encontrarla en el mismo lugar. “Ella adelantó unos pasos, como queriendo irse; pero, esta vez, fui yo el que fue detrás y la alcancé”, recuerda Basilio. Una semana después, y con un sentido poema que hizo para ella, le declaró su amor. “Mi amada estaba flotando en una nube”, dice sobre su reacción.

Para Basilio, el amor no tiene edad o tiempo y dice: “Ella era mayor que yo y ambos ya éramos maduros pero me aceptó”. A partir de allí vivieron momentos duros como el cáncer de ella, cuenta. “Con la gracia divina y el amor que siempre hemos tenido, logramos superarlos. Nuestro amor se hizo más profundo, fuerte. Y, por ello, la felicidad nunca nos ha abandonado”, aclara.

Otras épocas: las primeras citas, escoltados por el futuro cuñado

Cuenta Fabián Rivet que el “flechazo” se dio de casualidad. La vio cuando iba a entrenar atletismo en el mismo club que el hermano de ella, a quién acompañaba en ese momento.

Fabián recuerda las primeras citas escoltados por el muchacho que después sería su cuñado: “En esa época, si no la acompañaba el hermano, no había salida”, dice y agrega que el noviazgo duró poco, ya que se casaron. Desde ese momento pasaron 61 años.

Sobre el amor que se tienen el uno al otro, el hombre dice: “Seguimos como al principio. Formamos una hermosa familia junto a nuestros hijos, que continuó con la llegada de los nietos y, muy pronto, el bisnieto”, cuenta.

Entre docentes: la conoció en la vieja terminal

En la vieja terminal, hace 35 años, Marcos Ormachea conoció el amor. “Ella estaba con su papá. Había sido nombrada maestra de grado en la escuela de mi pago natal”, relata. Los colegas fueron compañeros de trabajo hasta que Marcos fue reubicado en otra escuela. Eso no impidió que el contacto entre los dos perdure. Tiempo después, se pusieron de novios y, finalmente, se casaron al cabo de un año. “La vida nos regaló dos bellos hijos”, dice Ormachea.

Clase de inglés: impacto al entrar al aula

Martín Valdez llegaba a su clase de inglés luego de un día caótico. “Un auténtico ‘día de furia’, mientras subíamos el ascensor al departamento, con mi carácter siempre altivo y extrovertido, le comentaba a mi profesor lo que había acontecido. Abrí la puerta y quedé mudo, contuve la respiración, hasta que pude reaccionar y “salvar la ropa”, porque quedé en apnea sensorial absoluta”, recuerda detalladamente.

Dice, además que la reconoció inmediatamente de varias vidas anteriores y recuerda de aquella vez, sus ojos azules. Cuando llegó el momento de la despedida, otra compañera le contó que esa chica que lo había impactado, tenía novio. Martín decidió esa misma noche hacer lo posible para acercarse a ella y conseguir su amistad. “Quería volverme indispensable en su vida, hacer que me eligiera y, así, poder declararme”, admite con sinceridad.

Y así fue, varios meses después formalizaron su amor en un noviazgo que duró un verano tucumano. “Le ofrecí matrimonio, de rodillas y a solas. Llevamos 12 años, tenemos una hija y no hay día que no agradezca al Creador”, remarca.

De película: la excusa fue ver “Sahrknado” en televisión

Victoria Evangelista cuenta que tomó la iniciativa. Conoció a Matías en una sesión de fotos en donde el fotógrafo era justamente él. Ella lo habló pero la charla, en aquel momento, no prosperó. “Él no me dio mucha bola”, admite Victoria. Hablaron sobre ‘Sharknado’, una película que a Matías le gustaba mucho y ella le comentó que también le gustaba aunque nunca la había visto.

Semanas después, la misma película en la televisión, fue la excusa perfecta para que Victoria le escribiera y comenzara su historia de amor. “Nunca más dejamos de hablar después de eso y ya llevamos seis años y medio juntos”, dice.

Elegí una historia

Votá la historia que más te guste. La más elegida por nuestros lectores tendrá premio para los protagonistas: una cena especial en el Howard Johnson Hotel Yerba Buena para festejar el amor como se merece. El lunes daremos a conocer al ganador en LG Play.

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