La convivencia urbana está hecha de una mezcla de asuntos personales y comunitarios que se acomodan con normas de conducta y el razonable arbitrio de la autoridad. En ella los primeros actores son los agentes de seguridad y municipales, que muchas veces salen a ordenar el caos urbano, que normalmente tiende a la distensión y al relajamiento cuanto más lejos se está del centro o en fines de semana o feriados. Allí, en esos instantes de relajamiento, tiene mucho peso el vínculo que los individuos sienten con su comunidad y estimular una relación amistosa y familiar es uno de los objetivos de la autoridad, porque eso ayuda a hacer más armónica la convivencia y a disminuir acciones agresivas y vandálicas. En este sentido son importantes las campañas de concientización, pero también medidas concretas que tiendan a esa mejora de la convivencia mediante la prédica con el ejemplo.
La propaganda institucional de Yerba Buena invita a reflexionar sobre el lugar donde viven sus habitantes. No sólo su casa, sino su esquina, su barrio, sus avenidas, sus parques, es decir los lugares que inciden en su movimiento y también en su humor. Solemos criticar lo que observamos que está mal pero rara vez apreciamos lo que está bien diseñado y ejecutado y nos hace bien. Esa propaganda de la “ciudad jardín” ayuda en ese sentido.
En la Municipalidad capitalina se ha avanzado en los últimos tiempos con la distribución de macetas con arbustos por las veredas, con la idea de dar más verde, más oxígeno y más fresco a la ardiente urbe. También se ha llevado a cabo un proyecto para pintar 100 murales, con la idea de resaltar estéticamente los lugares que estaban apagados con la pátina del tiempo y el abandono. Hay ciudades que se destacan en el mundo por sus murales y edificios pintados –como Lyon, en Francia- y en nuestro medio se pueden citar Monteros con sus murales y hasta Santa Ana con una iniciativa vecinal para colorear sus barrios. San Miguel de Tucumán ha llevado adelante una campaña titulada “Enamorate de tu ciudad” en estos pasados días de febrero y con eso ha invitado a reflexionar sobre el lugar donde sus ciudadanos viven. En una reciente limpieza de un basural crónico junto al club Central Norte en Marcos Paz y Thames, se hizo una campaña de concientización con 540 familias para cuidar el nuevo espacio verde en el que se plantaron árboles y se pintó un mural.
Todo esto se da más allá de los baches, las pérdidas cloacales, los bocinazos, los microbasurales o las luminarias que se rompen o son vandalizadas. Se da además mientras la convivencia va cambiando según se van dictando y aplicando nuevas normas en las ciudades, que generan cimbronazos a los vecindarios hasta que son incorporadas.
Lo que se propone con estas miradas de reflexión es aceitar el vínculo de cada uno con su espacio vital. Obliga a pensar por qué vive uno en este lugar, cómo vivirá en los próximos 10 o 20 años y qué puede hacer desde hoy para mejorarlo y disfrutarlo.