
Tanto el déficit de sueño como el exceso de horas de descanso se asocian a alteraciones que afectan la calidad del descanso y pueden aumentar la predisposición a diversas afecciones.
Una investigación realizada por el University College de Londres reveló que los adultos que dormían seis horas o menos a partir de los 50 años tenían un 30% más de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con aquellos que dormían al menos siete horas.
Estos hallazgos refuerzan la importancia de establecer hábitos de sueño adecuados para proteger el cerebro y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas en el futuro.
¿Cuándo es el momento ideal para dormir?
Una de las grandes dudas es cuál es el horario más adecuado para irse a la cama.
Si bien el estudio no estableció un horario exacto, los especialistas recomendaron no retrasar el inicio del sueño más allá de la 12 a.m. para favorecer un envejecimiento saludable.
Asimismo, la cena también juega un papel clave en la calidad del descanso. Se recomienda ingerir alimentos livianos y naturales al menos tres horas antes de dormir, ya que el proceso digestivo se ralentiza por la noche. Es importante encontrar un equilibrio: comer lo suficiente para no sentir hambre, pero evitando los excesos de grasas y comidas pesadas.
Los efectos negativos de dormir poco
Los expertos explican que la relación entre pocas horas de sueño y demencia se debe a que la reducción del tiempo de descanso también disminuye la profundidad del sueño.
Si bien muchas personas intentan compensar la falta de descanso durante la semana durmiendo más los fines de semana, los especialistas advierten que la "deuda de sueño" acumulada no se recupera de manera efectiva.
Por ello, priorizar el descanso diario es fundamental para el buen funcionamiento del cerebro y el organismo. Mantener una rutina de sueño regular ayuda a equilibrar el ritmo circadiano, lo que influye en la memoria, el sistema inmunológico y la regulación hormonal. Aunque dormir más los fines de semana puede aliviar ciertos efectos del mal descanso, no sustituye el impacto positivo de un sueño reparador y constante a lo largo de la semana.