

El año pasado fue “Japón secreto: Tesoros de lo cotidiano”, ahora será “Recuerdos de Japón”, cuando esta tarde a las 19 se inaugure una nueva exposición en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).
Más allá de las cerámicas, muñecas, esculturas e indumentaria, importa destacar algunos datos sobre la inmigración a esta provincia, que según archivos de época comenzó entre 1910 y 1915. “La mayoría optó por el rubro de las cafeterías y tintorerías, instaladas en 1933. El Café Imperial, por ejemplo, se abrió en calle Laprida 47”, se lee en un texto de presentación. “Luego en el 667 de calle Las Heras (que después se llamará San Martín), se instaló el Café Japonés”.
En la década del 70 el impulso comercial estuvo en los viveros, principalmente.
Dicho esto, en las vidrieras del Virla se pueden observar las teteras y chawanes, cerámicas de Christian Centurión. Y decenas de esculturas, dibujos y la caligrafía shodo, cuyos caracteres se trazan con pinceles de bambú o madera de distintos grosores y tinta china.
(PD: el lector más avisado podrá apreciar esta caligrafía en la película “Escrito en el cuerpo” del director Peter Greenaway).
“La exposición es una puerta de acceso para explorar la cultura japonesa mediante una selección de indumentarias tradicionales, objetos de uso cotidiano, registros fotográficos y diversas expresiones artísticas que han alcanzado reconocimiento internacional. La cerámica raku, la caligrafía shodô, el origami, el bordado sashiko y el calado en hojas de papel kiri-e, son ejemplos de esto”, explica Renzo Strada, responsable del área de muestras del centro cultural.
Los sashiko de Maby Romero exhiben paños de cocina elaborados con determinadas costuras. Y en la vidriera de ingreso (a la derecha) están los shogi, un juego de mesa milenario ideado para dos participantes (Atención: se dice que sus raíces son iguales que la del ajedrez occidental).
Las muñecas ornamentales, y las estilizadas con kimono como las ryukyu ocupan un espacio relevante en la exposición.
Porque claro, los kimonos no pueden estar ausentes en esta cultura siendo un emblema.
Nexo
“Más allá de su valor utilitario, las piezas cedidas para la exhibición se ofrecen como un nexo hacia la memoria colectiva. Es una gran oportunidad para conocer y rememorar la inmigración japonesa en Tucumán”, dice el director del Virla, Iván Alarcón.
En una nota anterior (“Cerámicas, origamis, kimonos y un sable samurai, en el Centro Cultural Virla”, 03/06/24), citamos a Roland Barthes (que escribió textos sobre Japón, su arquitectura y su descentramiento) que sostenía “todo significa aunque no esté puesto en función de significar”. Pero aquí no es el caso de esta cultura, donde hasta el más pequeño gesto, o una inocente línea representa algo, significa y está puesto para significar.
En su libro “El imperio de los signos” Barthes intentó descifrar Japón, y se detuvo en el saludo, los haikus, bunraku (teatro de marionetas), la comida y el descentramiento arquitectónico ya mencionado.
Un tema distinto que se puede observar en esta exposición son las muñecas y las técnicas de estampado; los muñecos hino.
También se exhiben postales y tarjetas realizadas a mano y fotografías “Raíces Nikkei”.
Origami
Cabe destacar que habrá un espacio dedicado al origami para que los visitantes armen figuras básicas de papel y otro para aprender palabras en japonés.
La muestra podrá visitarse de lunes a viernes de 9 a 13 y de 17 a 21; sábados y domingo de 18 a 21, con entrada gratuita.
Organizada por la Asociación Japonesa de Tucumán (AJT), se propone acortar la distancia que separa a esta provincia de Japón gracias al legado material dejado por las familias inmigrantes y sus descendientes, se puede leer en la presentación.