Un código distinto, clave en la venta de tierras fiscales en El Cadillal

En la investigación del “Loteo Gaucho Castro” surgieron indicios sobre cómo habría sido la comercialización de terrenos fiscales.

ZONA CRÍTICA. Sigue la investigación de las usurpaciones en El Cadillal. ZONA CRÍTICA. Sigue la investigación de las usurpaciones en El Cadillal. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

Son dos causas diferentes, pero no sólo se relacionan, sino que terminarán aportando pruebas que serán de gran utilidad para el desarrollo de ambas investigaciones. En las últimas horas, el fiscal Miguel Varela escuchó los testimonios de varias personas que declararon por el caso “Loteo Gaucho Castro” terminaron aportando indicios que servirán para la pesquisa que se inició por la venta de tierras fiscales en El Cadillal y las que pudieran surgir. A saber:

1- Análisis previo

Los emprendedores, ante la falta de controles, tomaban tierras fiscales y las cercaban. Esperaban un tiempo prudencial y, si no surgía ningún inconveniente, las dividían en parcelas para comercializarlas.

2- La venta

Los loteadores citaban a los compradores a diferentes escribanías para concretar la operación. En algunos casos habrían recurrido a terceros para figurar en las ventas. Entregaban boletos de compraventa, que no son documentos válidos para demostrar la titularización de un bien.

3- Ilegales

El “Loteo Gaucho Castro” y por lo menos 16 barrios de El Cadillal no cumplieron con la ley que impide comercializar parcelas si no cuenta con informes de factibilidad. Se trata de trabajos en los que se debe dejar en claro que los terrenos no afectan el medio ambiente, que la zona es segura de desastres naturales y que sus habitantes podrán acceder a los servicios de agua potable y energía.

4- Diligencias

Después de comercializar los lotes, los vendedores comenzaban a realizar gestiones para conseguir que los barrios contasen con ese servicio. Se comprobó que utilizaban constancias truchas de se estaba tramitando la escrituración de los terrenos (expedida por la ex subsecretaría de Regularización Dominial y Hábitat) o los comisionados rurales otorgaban esos informes con posterioridad.

5- Maniobra

En las últimas horas se habría descubierto cuál era la maniobra que realizaban los loteadores para conseguir un plano que supuestamente era legal. A través de Regularización Dominial, iniciaban el expediente presentando un plano de mensura que era sellado como recibido por la Dirección General de Catastro y que era el que utilizaban para engañar a los compradores. Internamente, ingresaban el trámite con un código distinto al que está establecido para esta diligencia. Cuando el personal DGC descubría la irregularidad, citaba a los empleados que habían iniciado el trámite y a los titulares de los proyectos para aclarar la situación. Pero como nunca lo hacían, se anulaba el procedimiento. Hasta que eso ocurría, ya se habían vendido las tierras.

6- Intento fallido

En 2022 se reformó la ley de 2015 que autorizaba al Poder Ejecutivo a enajenar tierras en El Cadillal y así poder venderlas a los que estaban ocupando de manera ilegal. Era una propuesta bastante generosa, ya que no tenía en cuenta algunas zonas protegidas y, en los casos en los que no se podía construir, existía un proyecto para ubicarlos en otros sectores. Para acceder a este plan, los interesados debían realizar una licitación, es decir, hacer una oferta por el terreno que estaban ocupando. Tenían la opción de pagarlo de contado o a través de un plan de pago. A cambio, una vez que cancelaban la deuda con el Estado, recibían la escritura y asumían el compromiso de no vender el bien. Sólo 400 de los más de 3.000 propietarios se acogieron a la oferta.

7- El lobo y las ovejas

El período de recepción de ofertas se inició en abril de 2023 y, supuestamente, debería haber concluido en julio de ese año, pero el cierre de recepción de ofertas se extendió hasta el 30 de diciembre de 2023. Según la norma, Regularización Dominial debía encargarse de los terrenos de hasta 500 metros cuadrados y el Ente Turismo de los que tenían hasta 3.000 metros cuadrados. “Le dieron al lobo a que cuidara las ovejas”, resumió Marina Espeche, que fue víctima de un segundo engaño.

8- Por izquierda

Rafael Trujillo, empleado y no funcionario de Regularización Dominial, se presentó en El Cadillal para ofrecer a los vecinos hacer el trámite. Para ello, tenían que presentar las mensuras que realizarían sus compañeros de trabajo Maximiliano Barreiro y Domingo Zossi, tarea que tenía un valor de entre $180.000 y $240.000. Luego, supuestamente, debían presentarse ante los agentes de la repartición Gustavo Lagarrigue y Norma Silva, que habrían realizado la carga de los expedientes, también podrían haber utilizado otro código que no era el que correspondía. “Si pasaba, pasaba. Me la jugué yendo por izquierda”, reconoció Mario Coronel que, como otros miles, recurrieron a esta alternativa para no tener que comprarle los terrenos al Estado.

9- Suspensión

Cuando en Catastro descubrieron la irregularidad, su titular Alejandro Navarro dictó una resolución suspendiendo el trámite de regularización de El Cadillal. Citó a varias de las personas que no sólo le confirmaron la versión, sino que además entregaron varias pruebas para confirmar sus dichos. Entre otras, videos en los que se observa a empleado de Regularización dominial en su oficina contando el dinero que recibían por el trámite. Por eso la semana pasada denunciaron en el Ministerio Público a los cinco empleados. Trujillo y Barreiro, al igual que el ex titular de Regularización Dominial, Fernando Rogel Chaler, están siendo investigados en la causa del “Loteo Gaucho Castro”.

10- Sospechas

Los comisionados Jorge Cruz (El Mollar) y Dante Delgado (El Cadillal) quedaron en la mira de los investigadores. Se sospecha que ambos tuvieron algún tipo de participación en estas maniobras. El primero es el que más complicado está, ya que él firmó la nota de factibilidad de brindar el servicio de agua potable tres años después de que comenzaran a venderse los lotes. Además, en las últimas horas se confirmó que la comuna que él dirigía había firmado un convenio con Catastro para vigilar que no se ocupen las tierras fiscales. No sólo no cumplió con su deber, sino que compró y luego vendió dos lotes en ese barrio. La situación de Delgado se estaría complicando con el correr de los días. Si bien es cierto que reconoció haber realizado gestiones para la regularización, se apuró en aclarar que lo hizo durante la campaña electoral. Sin embargo, un vecino dijo que el funcionario le recomendó visitar a Trujillo cuando él ya era comisionado. Además, se sospecha que con las maquinarias de la comuna se abrió un camino de dos kilómetros que supuestamente estaba destinado al uso de los pescadores, pero se cree que llevaba a un futuro loteo y por eso fue bloqueado.

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