Se formó en Natación y Gimnasia, fue convocado por Los Pumitas y ahora juega la Liga Tucumana para Atlético Concepción

Después de una vida dedicada al rugby, Mariano Agüero se calzó los botines y se animó a empezar de cero.

Mariano Agüero llegó a la Liga Tucumana en diciembre. Mariano Agüero llegó a la Liga Tucumana en diciembre. OSVALDO RIPOLL/LA GACETA.

Mariano Agüero guardó el protector bucal, las camisetas y la ovalada en el ropero. Cada uno de esos objetos le pianta un lagrimón: el rugby fue el deporte al que le dedicó la vida y con el que vivió sus mejores momentos. Desde las convocatorias a los Naranjas y los campeonatos con Natación y Gimnasia hasta los entrenamientos con Los Pumitas, todas imágenes que quedaron grabadas en su memoria y que hoy forman parte de su historia deportiva. Pero Agüero sabía que era hora de cerrar ese capítulo. El momento justo para salir de la zona de confort y apostar por su otra pasión: el fútbol. Por eso no se desató los cordones: se calzó la camiseta de Atlético Concepción y salió a jugar la Liga Tucumana.

Había tomado la decisión a principios de este año, después de casi 24 años en las canchas de Natación. Creció ahí: primero como un chico que soñaba con llegar a Primera, aunque también disfrutaba del fútbol. Recuerda que tenía un conjunto de Boca con el “9” de Palermo en la espalda y jugaba los torneos barriales en Villa Urquiza.

“A los 12 años dudé de seguir en el rugby. Jugué un torneo intercolegial de fútbol y se me pasó por la cabeza cambiar de deporte. Pero mi viejo, que tiene una historia con el rugby, ni me dio bola”, cuenta. Así fue como siguió dentro del mundo de la ovalada.

En 2013, su carrera empezó a despegar. Fue convocado por los Naranjitas para el Campeonato Argentino Juvenil M-18. En ese entonces jugaba de fullback. La citación fue una sorpresa: estaba desentrenado, había sido papá hacía poco y trabajaba en un local de ropa. Su foco estaba lejos del deporte. Y, sin embargo, el rugby volvió a golpearle la puerta.

“De los 90 citados quedamos 25. Jugué titular todo el torneo en Santiago del Estero y salimos campeones. Fue mi primera experiencia ‘semiprofesional’: concentraciones en hoteles, análisis de video, cosas que uno no vivía en el día a día. Fue hermoso porque, para nosotros, jugar en el seleccionado Naranja era lo máximo. Yo iba a verlos al Lawn Tennis cuando tenía 8 o 9 años. Siempre soñé con esa camiseta. Cuando nos dieron el bolso con la ropa fue una locura. Todos estábamos felices”, recuerda.

RECUERDO DE LA ÚLTIMA FINAL. Agüero jugó el partido decisivo frente a Lawn Tennis para conquistar el Anual 2024. RECUERDO DE LA ÚLTIMA FINAL. Agüero jugó el partido decisivo frente a Lawn Tennis para conquistar el Anual 2024. Gentileza Mariano Agüero.

Casi en simultáneo, Agüero fue convocado a la Primera de Natación. Máximo Ledesma, apertura de los “Blancos”, había sufrido una lesión, y él fue llamado a cubrir ese hueco. No tenía una gran habilidad con la patada, pero cumplió y se consolidó como un habitué en la Primera. A partir de allí pasó por diferentes posiciones hasta que se asentó como centro.

Esa convocatoria también le permitió formar parte del PlaDAR (Plan de Alto Rendimiento) de Los Pumas, dentro de las categorías M18, M19 y M20.

“En 2015 quedé de reserva para el Mundial. No llegué a jugarlo porque tuve un golpe y llegué con lo justo. Fue mi primera gran frustración deportiva. Fue duro, porque me venía yendo bien, iba a todas las concentraciones. En ese momento pequé de tímido. Tenía dolor en la pierna, pero no lo dije por miedo a perder el lugar. Seguí entrenando dolorido, bajé el nivel, y ahí empecé a quedar afuera. Con los años entendí que tendría que haber frenado, tratado la lesión y vuelto bien. Lo lamento, pero por algo pasan las cosas. Tenía una pubalgia fuerte. Cada vez que me enfriaba, volvía el dolor. No podía rendir al 100 por ciento”, contó.

Ese golpe no frenó sus aspiraciones. Al contrario, volvió más fuerte. El Campeonato Regional de 2017, según Agüero, fue su conquista más preciada. El título significó el final de una sequía de 21 años sin títulos. Luego, ganó también el Torneo Anual de 2024.

“El rugby no es un capítulo cerrado. Siento que si me cuido, puedo jugar muchos años más. Estoy bien físicamente y no tengo lesiones graves. Tal vez vuelva para retirarme en Natación y Gimnasia”, dice.

Mariano Agüero integró varios planteles de los Naranjas. Mariano Agüero integró varios planteles de los Naranjas.

Un camino de superación

Agüero fue padre joven y, desde chico, trabajó en distintos roles. La crianza de su hijo lo llevó a posponer, por un tiempo, sus estudios universitarios y a buscar con constancia la estabilidad económica. En 2017, la vida le sonrió: entró a trabajar como ordenanza en el Tribunal de Cuentas.

Sus compañeros, al notar su juventud y su potencial, lo alentaron a estudiar una carrera. Así comenzó su camino en la contabilidad. Apenas se recibió, empezó a trabajar dentro de la institución pública. Hoy siente que todo el esfuerzo valió la pena. “Pasé de limpiar a tener una oficina”, dice con orgullo.

Del tackle al área rival

Hoy es uno de los centrodelanteros de los “Leones” de la Banda de Río Salí. Los cambios fueron muchos: no es la misma preparación física y ahora no debe tacklear, sino hacer goles. Pasó de ser centro a ser “9”. De los tackles a los goles.

¿Cómo surgió la oportunidad de jugar al fútbol? En su relato, Agüero cuenta que un amigo le vio condiciones y le sugirió que se probara en el club bandeño. Participó de un entrenamiento, dejó buenas sensaciones y lo sumaron al plantel de Primera.

“Cambia mucho el ambiente. A los Leones los sigue mucha gente, cantan y es diferente con respecto al rugby. A mi familia no les gusta mucho, pero a mí me encanta”, dice.

Así, Agüero está escribiendo una nueva página de su historia deportiva. ¿Podrá brillar en el fútbol? Su sueño es salir campeón de la Liga Tucumana. Y no va a escatimar esfuerzo para lograrlo.

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