03 Junio 2025
La sorprendente elección del papa Francisco que pocos conocen y su millonario costo
Tras la muerte del papa Francisco, comienzan a aparecer detalles hasta ahora desconocidos sobre su papado. Una reciente investigación reveló una decisión del pontífice argentino que, aunque fue símbolo de austeridad para muchos, implicó un gasto millonario que generó sorpresa e incluso polémica dentro del Vaticano y entre los fieles católicos.
El impacto del regreso al Palacio Apostólico
Con la elección del papa León XIV como nuevo líder de la Iglesia Católica, se reactivaron estancias del Vaticano que habían permanecido cerradas desde 2013. Uno de los primeros movimientos del nuevo pontífice fue romper los sellos del histórico apartamento pontificio en el Palacio Apostólico, que había sido abandonado tras la renuncia de Benedicto XVI y la llegada de Jorge Bergoglio al papado.
A diferencia de sus predecesores, el papa Francisco decidió no habitar ese espacio tradicional. En cambio, optó por residir en la Casa Santa Marta, un hotel dentro del Vaticano, con el argumento de que quería “vivir entre la gente” y evitar el aislamiento del poder.
El costo oculto de una decisión austera
Aunque la elección de Francisco fue vista como un gesto de humildad y cercanía, el medio italiano Il Tempo sacó a la luz un dato que relativiza esa imagen: mantener al papa en la residencia de Santa Marta costó al Vaticano alrededor de 200.000 euros mensuales.
Teniendo en cuenta que su papado se extendió durante 145 meses, los gastos acumulados ascienden a más de 30 millones de euros. Esta cifra causó sorpresa y reavivó el debate sobre el verdadero impacto económico de algunas decisiones simbólicas dentro de la Iglesia.
Una elección que marcó una época
Más allá del costo, la decisión del papa Francisco de no habitar el Palacio Apostólico representó una ruptura histórica con la tradición papal. Fue una declaración de principios que definió el tono de su papado: cercano a los pobres, crítico del lujo y comprometido con una Iglesia más accesible.
Sin embargo, la reciente revelación deja entrever que incluso las elecciones más humildes pueden tener un alto precio, especialmente dentro de una institución tan estructurada como el Vaticano.
Con la llegada de León XIV y su regreso a las antiguas residencias, el Vaticano parece retomar algunas costumbres del pasado, aunque bajo una nueva mirada. La era de Francisco deja muchas enseñanzas, pero también preguntas abiertas sobre el equilibrio entre los símbolos de austeridad y los costos reales que implican.
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