20 Junio 2025

Cuántos 20 de Junio vienen a nuestra memoria y cuánto se agigantan las postreras palabras de Manuel Belgrano, su amor y su dolor por la nación y su “Ay patria mía” impregnando las páginas de la historia como una profecía y un clamor extemporáneo. Leer todo lo que fue capaz de hacer en una vida nos interpela, como si hubiera reunido la fuerza de muchos hombres en uno solo, la fuerza de una vida en muchas vidas. Sin duda así son los grandes. El hito más repetido y reverenciado por la conciencia social es quizás un periplo heroico por el que comienza siendo rico y termina su vida siendo pobre. Esto es un llamado a la razón de ser de la política. Mirar alrededor y ver cuánto ganan, dónde viven y en qué medio de transporte se desplazan los que dicen trabajar por la patria, es una curiosidad y un anhelo que mira al bien común como utopía. La austeridad de los políticos los legitima en la opinión pública casi tanto como los proyectos que diseñan o las acciones que concretan. Manuel Belgrano, el más creyente de nuestros próceres, el más incisivo en su clamor por una patria latinoamericana, indígena, progresiva y universal, murió en junio, en este mes dedicado al Corazón de Jesús por el catolicismo. Que la Bandera y los valores, el amor de Cristo, refuercen a nuestra historia en su fragmentación y desamparo, parafraseando aquel “Ay patria mía” que hoy tiene ecos de gloria.

Graciela Jatib                                       

gracielajatib@gmail.com

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