Cartas de lectores: Robarle al gobernador

21 Junio 2025

En plena reunión de fraternal compañerismo, entre  abrazos y efusivos saludos, en La Cocha -un pequeño pueblo a 90 kilómetros de la Capital-, el gobernador, Osvaldo Jaldo, fue hábilmente despojado de su teléfono celular. De nada le valió tenerlo escondido entre su ropa, ni la mirada (¿celosa?) de sus custodios, que no podían creer. Este es un humilde pueblo laburante, cuya única habilidad es trabajar. Mas, como dice el refrán: “En todas partes se cuecen habas”. Y Tucumán no es la excepción. Tal parece que algunos ejemplos a nivel nacional avivaron la mente de humildes ladronzuelos, como esa vecina que usó el viejo truco del abrazo para deslizar sus uñas en bolsillos ajenos, desde el cual le quedó pegado el valioso aparato. Por una fortuita circunstancia ya fue recuperado. Jaldo tuvo mejor  suerte que nosotros, pueblo argentino, que fuimos despojados de más de U$S 500 millones, también por una mujer. Con tal maestría, según profundas investigaciones, que ni sus propios adoradores lo pueden creer. Y lo niegan a muerte.

Darío Albornoz

lisdaralbornoz1@gmail.com

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