A raíz de la interesante propuesta municipal para revalorizar al ilustre barrio Ciudadela, es bueno recordar y ampliar algunos conceptos vertidos en una carta que me fuera publicada en junio de 2016. Para algunos historiadores, el epicentro de la Batalla de Tucumán tuvo lugar en la actual intersección de General Paz y Pellegrini, dato a corroborar, o no, por los estudiosos y especialistas. Esa contienda constituyó uno de los destacados antecedentes que desembocaron en una ansiada Independencia, que nos liberó del yugo realista y “de toda denominación extranjera”. Fue testigo privilegiado de las primeras revueltas estudiantiles, siendo foco principal la calle Pellegrini, donde acamparon soldados y tanques en la vereda del Club, que vinieron de Salta y Jujuy, a fin de no comprometer a conscriptos tucumanos; el que cobijó al imborrable e imperecedero Mercado de Abasto, al cual un olvidable ex gobernador quiso derrumbar por completo; al Solar de los Deportes, ex sede civil de los “cirujas”, donde además existía un cine al aire libre; el que alberga a la Facultad de Ciencias Naturales y su prestigioso Instituto Miguel Lillo; a las escuelas Belgrano 259 y secundaria Manuel Belgrano, ejes educativos de estudiantes que residían, o residen en la zona, y de barrios aledaños; el que alberga templos, iglesias, bares y destacados comercios, como así también a los clubes Nicolás Avellaneda, Balcarce, Centro Pro Adelanto Ciudadela y, como cereza del postre, al glorioso y popularísimo San Martín, con su pasional hinchada, y el que supo cobijar, asimismo, a conspicuos vecinos, entre los que se cuentan maestras, profesionales, políticos, comerciantes y deportistas. Ya lo sabes caminante o peregrino: si transitas las arterias o caminas las veredas de este destacado y prestigioso barrio, recuerda que lo estarás haciendo sobre una importantísima y distinguida historia tucumana. Historia de la buena.
Ramón Alfredo Maldones
Pellegrini 738 - S. M. de Tucumán


















