Forjaron nuestra Universidad Nacional de Tucumán, creada en el siglo pasado personas de las que podemos estar orgullosos; hombres que le dieron vida sin pedir nada a cambio, como Miguel Lillo, Abel Peyrano, Juan B. Terán, Klaes Olrog, Joaquín V. González… y tantos más. No es que no solamente no pidieran nada a cambio, sino que hicieron donaciones muy generosas que hasta el presente la benefician. Del otro lado están los traidores, los que humillaron a la casa de estudios que los formó (o que intentó formarlos); los que la habrían sometido a robos como el ex rector que podría estar a punto de ir a prisión, como el ex gobernador que ya está en prisión. Sin contar con otros personajes siniestros como una ex Presidenta, un ingeniero y otros muchos que fueron y son traidores a la patria. Y, a nivel nacional, héroes como Luis F. Leloir, René Favaloro y otros centenares que honraron a la patria. Sin embargo, tengo la sensación de que eran más los héroes que los traidores hace 100 años… tanto en Tucumán como en la Nación. Tengo también la sensación de que Dios y la Patria están empezando a reclamar a algunos de esos traidores.
Franco Eugenio Nanni
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