Por Fabio Ladetto
11 Julio 2025
CAMINO ABIERTO. Ligia Piro recordó a Mercedes Sosa.
La carrera de Ligia Piro está atravesada por la música desde la cuna, pero fue desarrollada por mérito propio, con premios y reconocimientos conseguidos en base a una mezcla justa de talento, perseverancia y responsabilidad con cada propuesta.
A tres semanas de cumplir 54 años, hace ya mucho tiempo que se emancipó de ser la hija de Susana Rinaldi y de Osvaldo Piro, y consiguió su espacio personal. Actriz y cantante, la Fundación Konex la distinguió en dos oportunidades (la última, este año por su carrera como Solista de Jazz en la última década), y recibió nominaciones y distinciones en los premios ACE (de los cronistas de espectáculos) y Gardel.
Esta noche, su voz llenará el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601) desde las 21.30 para confirmar que es una de las voces más personales y versátiles en un recorrido entre zambas, chacareras y clásicos del rock nacional de Luis Alberto Spinetta, Charly García y Fito Páez. Los socios de Club LA GACETA tienen 2x1 en entradas.
- ¿Qué implica este retorno a la provincia luego de siete años?
- Estoy muy emocionada. Volver a Tucumán tiene un valor muy especial para mí. Su gente siempre me recibió con los brazos abiertos, con mucho afecto y calidez. Reencontrarme con toda esa energía es algo que espero con mucha alegría. Son de esos lugares que uno guarda en el corazón, y que te hacen feliz.
- ¿Qué sentís que te une a la provincia y a su público?
- Siento que hay una conexión genuina, sincera. La cultura, la tradición y la pasión que tienen por la música me conmueve mucho. Hay un público que escucha con el corazón, que se entrega y emociona, y eso es un regalo inmenso para el artista. Tucumán tiene un vínculo muy fuerte con la música popular argentina, y eso también nos hermana.
- Venís con un repertorio de folclore y rock, pero no se anuncia el jazz con el que tanto se te identifica. ¿Por qué?
- Siento que el repertorio refleja parte del recorrido de mi vida y de la música que me marcó. El folclore es la base de nuestra identidad y con la música latinoamericana tienen que ver con mi historia familiar; y el rock nacional es la banda sonora de distintas generaciones. Rescato los momentos en los que el público se conecta y canta conmigo. Es hermoso ver cómo las canciones trascienden el tiempo y nos siguen uniendo. Siempre hay lugar para una sorpresa… El jazz es parte de mí, de mi manera de sentir y de interpretar. Es probable que aparezca en algún momento como un guiño, como un pequeño homenaje a un género que me acompaña desde siempre.
- ¿Cuánto pesan los genes y cómo llevás tus apellidos?
- Con respeto y con naturalidad. Soy consciente del legado familiar, pero también siempre sentí la necesidad de encontrar mi propia voz y mi propio camino. Mis padres son artistas enormes, y nunca me impusieron nada; al contrario, me alentaron a ser auténtica. Se que el verdadero peso no está en el apellido, sino en la responsabilidad con el arte y con el trabajo diario.
- ¿Haber logrado tener un espacio ganado por mérito propio es un logro particular?
- ¡Sí! ¡Totalmente! Es un camino largo, de mucho esfuerzo, constancia y amor por la música. Poder mirar hacia atrás y ver que fui construyendo un espacio propio con autenticidad y honestidad, es un absoluto orgullo. No hay satisfacción más grande que saber que uno está donde está por el trabajo realizado con la perseverancia y el corazón.
- Participaste del homenaje por los 90 años de Mercedes Sosa en el teatro Colón. ¿Qué significa ella para vos?
- Mercedes es una figura inmensa, no sólo para la música argentina sino para toda Latinoamérica. Su voz es un símbolo de compromiso, de belleza y verdad. Ella abrió caminos para todos los que vinimos después, y su legado sigue vigente. Transformó las canciones en algo universal y celebro su legado con alegría y humildad; agradezco además tener la posibilidad de ser parte de esa memoria que ella ayudó a construir.
- ¿Qué importancia tuvo ese tributo en medio de un entorno nacional de retroceso en el apoyo a la cultura?
- Es un evento necesario y profundamente simbólico. En tiempos en los que la cultura parece ser relegada, homenajear a Mercedes Sosa es un modo de recordar la importancia del arte como un encuentro de reflexión social. La cultura nos representa, nos mantiene unidos como sociedad, nos permite expresarnos y no podemos dejarla de lado. Nunca.
- ¿Te preocupa la situación actual en lo social y artístico?
- Me preocupa. Estamos viviendo tiempos difíciles, de mucha incertidumbre, donde muchas personas la están pasando muy mal. El arte, en estos contextos, es importante porque nos da un espacio para encontrarnos, para reflexionar, para sanar un poco. Hay que seguir defendiendo la cultura, la educación y el acceso al arte para todos.
- ¿A quiénes estás escuchando actualmente?
- Escucho mucha música, de todo tipo. Desde artistas clásicos que siempre me acompañan, hasta nuevos talentos que me sorprenden. Me gusta descubrir nuevas voces (mis hijos escuchan de todo y me muestran temas, son una gran ayuda), ver qué están diciendo, qué sonidos nuevos traen. Y por supuesto, siempre vuelvo a los grandes intérpretes y referentes de nuestra música popular, porque ahí hay una sabiduría enorme.
- ¿Alguno de tus hijos piensa seguir tu camino, aparte de que Elisa ya haya grabado contigo?
- Por ahora, sólo Elisa se ha acercado de manera más concreta a la música. Cantar con mi hija fue una experiencia maravillosa, muy movilizadora. Su sensibilidad, su entrega, aunque por supuesto lo tomamos como un juego, me emocionó muchísimo. El arte no se impone… aparece. Quiero dejar que cada uno de mis hijos siga su propio camino, con total libertad.
- ¿Qué tiene de particular cantar con tu madre o con tu hija?
- Cantar con mi madre fue compartir el escenario con una mujer a la que admiro y que me enseñó mucho, no sólo sobre el arte sino sobre la vida. Y cantar con mi hija es ver cómo la música sigue por la huella, latiendo en la familia, cómo se transforma y se renueva. Hay algo muy mágico en esos momentos, que no se puede explicar con palabras… Es puro amor profundo.
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