DENUNCIA. Los dueños de Canigó ya informaron lo sucedido al Renar para que dar de baja las armas robadas lgplay CAPTURA DE VIDEO
Una empresa de correos denunció que robaron de su galpón 30 armas de fuego, que habían sido compradas por una reconocida empresa de Tucumán que se dedica a la venta de insumos de pesca, caza, armería y accesorios. La Justicia está investigando el paradero de las armas y a los delincuentes detrás del robo.
El hecho habría ocurrido el lunes a la mañana, en el galpón de una empresa que se dedica al transporte de paquetes de larga y corta distancia. Una semana antes, la firma Canigó había realizado un encargo de 30 armas de fuego de calibre 9, 22 y 380 milímetros a la empresa Bersa Thunder. El pedido fue despachado desde la fábrica de armas, ubicada en Ramos Mejía, Buenos Aires. Se trataba de tres cajas envueltas donde estaban almacenadas las pistolas con sus respectivos accesorios.
Según la denuncia consignada por J.N.M., el encargado de la compañía de transporte, el viernes 25, alrededor de las 18.20, llegó el camión de carga a la zona de depósito, en un galpón ubicado en el kilómetro 1.285 de la ruta 9, a la altura del acceso sur de San Miguel de Tucumán. Al día siguiente, pasado el mediodía los empleados cargaron el furgón con la mercadería que debía ser repartida a sus destinatarios luego del fin de semana, cerraron el vehículo pero quedó sin su candado ya que estaba estacionado en el playón.
El lunes 28, aproximadamente a las 8, el camión llegó a la calle 24 de Septiembre al 300, donde se encuentra el local comercial y cuando quisieron entregar el correspondiente pedido notaron que faltaban las tres cajas de su propiedad. El chofer rápidamente alertó a sus superiores lo ocurrido e iniciaron una investigación interna.
“Me fijé en las cámaras de seguridad instaladas donde logré ver que el 28 de septiembre a las 7.10, aproximadamente, una persona de sexo masculino abrió las compuertas del furgón y extrajo las tres cajas”, relató el encargado. También informó que solicitó los registros de las cámaras de seguridad de la estación de servicio que funciona al lado del galpón y puso a disposición de la Justicia un listado con los empleados que ingresaron antes del horario del hecho y de los empleados de seguridad que trabajaron ese día.
Disgusto y preocupación
El robo generó preocupación entre los dueños de Canigó, no sólo por el perjuicio económico que sufrieron, sino también por el peligro que implica que haya armas de fuego que están desaparecidas. “Nosotros queremos alertar a la sociedad y que sepan lo que está sucediendo, que hay 30 armas que no sabemos dónde están. Lo hacemos especialmente para que estén atentos por si ven que en las redes sociales ofertan armas de fuego similares a las que robaron”, le dijo a LA GACETA Ernesto Vidal, uno de los dueños de la empresa.
El hombre explicó que cada arma tiene un CUIL y un número de serie para ser identificada y dijo que con esos datos están registradas en el Registro Nacional de Armas (Renar) junto con los datos de los compradores. “Canigó está habilitado por el Renar como usuario comercial y colectivo para comprar y vender armas y municiones. Nosotros ya presentamos la denuncia y la documentación necesaria para explicar que las armas jamás llegaron a nuestro poder porque fueron robadas. Esa información es instantáneamente cargada al Sistema de Gestión Integral de Materiales Controlados (Sigimac) y son dadas de baja”, indicó.
“Son armas bastante frecuentes, muy parecida a la que usa la Policía de Tucumán. Muchos la compran para defensa o para práctica de tiro”, dijo Alejandro Ferrer, gerente de la tienda Canigó. El encargado destacó que en más de 100 años de historia del comercio, nunca habían sufrido un hecho de este tipo. “No es algo habitual, es una excepción. Estamos tranquilos, pero atentos a la recuperación del material. Si aparecen, quedarán en manos de la Justicia, y veremos si pueden volver a ingresar a nuestro sistema o serán decomisadas”.
La investigación del robo es dirigida por el fiscal Carlos Saltor, de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos. En paralelo un equipo de la División de Robos y Hurtos de la Policía, siguen las órdenes de los comisarios Miguel Carabajal y Diego Bernachi para ahondar la pesquisa. Por el momento, la prioridad sería identificar al autor del robo, establecer las fallas en los protocolos internos y rastrear el paradero de las armas, ante el riesgo que representa su circulación ilegal.
























