ZAFRA CITRÍCOLA. Los limones tucumanos se embarcan con destino europeo.
La reciente aceleración del dólar, con una suba del 14% en julio, genera impactos dispares en el entramado productivo argentino. En el NOA, donde el agro ocupa un rol clave, la mirada del sector refleja esa dualidad: mientras algunas actividades exportadoras se verán beneficiadas, otras podrán sufrir el encarecimiento de insumos y la falta de correlación entre sus precios y el tipo de cambio. La relación entre el campo y la divisa norteamericana vuelve a quedar en el centro del escenario económico.
El presidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), José Frías Silva (h), planteó justamente que el impacto se dará de distintas formas sobre las actividades productivas de la provincia.
“Hay que diferenciar dónde genera beneficios y dónde no. Las producciones que generan dólares directamente, como los granos o el limón, se ven favorecidas al moverse el tipo de cambio, ya que se genera mayor cantidad de pesos por sus exportaciones. Eso nos permite licuar costos fijos que venimos arrastrando en pesos”, explicó.
Sin embargo, fue claro en señalar que muchas economías regionales, como el sector azucarero, no tienen el mismo margen de ganancia. “En el caso del azúcar, por ejemplo, vendemos en pesos, entonces el salto del dólar no impacta en el precio de venta. Al contrario, muchas veces nos encarece los insumos que están dolarizados. Por eso no es un beneficio generalizado”.
Frías Silva hizo hincapié en que, “para el país, siempre es mejor la estabilidad económica” que los sobresaltos cambiarios. “Las actividades que generan dólares pueden aprovechar este contexto a corto plazo: ayuda a licuar costos, pero a la larga hay que volver a la eficiencia productiva”, remarcó en una entrevista con el noticiero “BUEN DÍA”, de LG Play.
El dirigente rural marcó así las miradas que existen dentro del arco agroindustrial de Tucumán por este nuevo escenario económico, potenciado por la suba de los tipos de cambio -ayer hubo un leve corte al ascenso y cayó el cotización 0,3%, a $1.375, mientras que los dólares financieros tomaron envión en la city porteña-. La atención referida al segmento exportador y de insumos para la producción.
Limón
En el sector del limón, el titular de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa), Roberto Sánchez Loria, enfatizó que “no hay que asustarse tanto con la suba” de la moneda de Estados Unidos (EEUU).
“En estos niveles, el dólar es un alivio desde el punto de vista exportador. Un tipo de cambio bajo no favorece a las empresas que están en proceso de exportación. Lo ideal sería que este movimiento cambiario no se traslade a los precios (internos), que sea una especie de flotación. El Gobierno nacional intentará que se ubique en torno de los $1.300”, expresó el referente de la industria del limón.
A la vez, señaló que las empresas de este sector trabajan con componentes pesificados y no tienen relación directa con el dólar. “Esos se podrían poner más pesados”, enfatizó.
Azúcar
Sebastián Budeguer, miembro del Directorio del Grupo Budeguer –a cargo de los ingenios Leales y La Esperanza (Jujuy), entre otras firmas- expresó que “en lo que respecta al azúcar, la situación actual mejora las condiciones para la exportación: permite obtener mejores precios a partir de los mercados internacionales, ofrece una alternativa viable para colocar los excedentes y, al mismo tiempo, contribuye a equilibrar los precios en el mercado interno”.
“En cuanto a los costos, es cierto que algunos insumos, como los agroquímicos, están dolarizados. Sin embargo, no estoy seguro de que esta reciente suba del dólar se traduzca de forma inmediata o significativa en un aumento de precios”, añadió.
Granos
Sobre la situación de los granos, el presidente de la Sociedad Rural de Tucumán manifestó que el contexto es favorable. El dirigente realizó estas declaraciones al considerar que coincidieron en la semana el salto de la divisa, la reciente suba de la soja en el mercado interno (no así en los internacionales) y las reducciones de las retenciones anunciadas por Javier Milei el fin de semana pasado en Buenos Aires.
“Los granos están beneficiados por esta coyuntura. A eso se suma que entró en vigencia la baja de retenciones que anunció el Presidente y el movimiento del tipo de cambio. Todo eso representa un buen beneficio para el momento actual”, describió.
Respecto de una eventual aceleración en la comercialización de soja y maíz, el dirigente fue prudente: “el productor no especula con esas cosas. Siempre vendió cuando necesita pagar. Siempre fue así y hoy no va a cambiar. Ahora, el productor si ve una posibilidad financiera, como colocar ese dinero en Lecap (Letras del Tesoro Nacional capitalizables en pesos), por ejemplo, puede decidir vender. Es decisión de cada uno. La situación mejoró respecto a la semana pasada, y eso puede hacer que algunos decidan liquidar”.
Frías Silva dejó en claro que el comportamiento de los productores sigue siendo según cada caso y el estado productivo. “El productor sale a cubrir sus necesidades con su producto. Si uno ve que tiene la posibilidad financiera, liquidará su producción. Sí es cierto que, con un contexto más favorable, es posible que haya más ventas”, concluyó el dirigente rural, luego de una semana marcada por las variaciones en el mercado cambiario y de granos.
Liquidaciones: julio cerró con récord histórico
Alentada por la baja de retenciones, la liquidación de cereales trepó U$S 4.102 millones durante julio y se transformó en un récord histórico. El ingreso de dólares del campo fue 57% superior a la del mismo de 2024 y 10,5% mayor a la de junio de este año. De esta forma, en siete meses la exportación de cereales trepó a US$ 19.522 millones, un avance interanual del 43% , según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Proyecciones: el aporte a futuro del campo
Según la Bolsa de Comercio de Rosario, la combinación de la rebaja en las alícuotas de retenciones anunciada por el Gobierno nacional y la eliminación de la brecha cambiaria proyecta un incremento del 8% en la producción agroindustrial argentina hacia 2035, lo que implicaría una inyección acumulada de U$S 28.800 millones a lo largo de la próxima década. Todo esto dinamizará al transporte, ventas de insumos, servicios financieros y logísticos, acondicionamiento, exportación y empleo rural, entre otros.

























