Países de Europa contra el plan israelí para Gaza

Netanhayu insiste en que ocupar el enclave palestino es lo mejor para terminar la guerra. La ONU advierte sobre una nueva “calamidad”.

DESPLAZADOS Y HAMBRIENTOS. Refugiados palestinos saquearon un camión con ayuda alimentaria en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. DESPLAZADOS Y HAMBRIENTOS. Refugiados palestinos saquearon un camión con ayuda alimentaria en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
11 Agosto 2025

NUEVA YORK, Estado Unidos.- Cinco países europeos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas -Reino Unido, Francia, Dinamarca, Grecia y Eslovenia- condenaron la decisión del Gobierno israelí de ampliar sus operaciones militares en la Franja de Gaza.

Los representantes advirtieron que el plan impulsado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, podría violar el derecho internacional y agravar la crisis humanitaria en el enclave palestino.

Samuel Zbogar, embajador de Eslovenia ante el Consejo, sostuvo que la medida “violaría el derecho internacional humanitario” y llamó a Israel a revertirla de manera urgente.

El comunicado alertó que la ofensiva no favorecería la liberación de los rehenes israelíes -atrapados en Gaza desde hace 22 meses- y, por el contrario, pondría sus vidas en mayor riesgo, además de “empeorar la ya catastrófica situación humanitaria” en la zona.

El pronunciamiento se conoció en el marco de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad, en la que un alto cargo de la ONU advirtió que el plan probablemente desencadenará “otra calamidad” en Gaza, donde más de dos millones de personas están en riesgo de hambruna generalizada según estimaciones del organismo.

Desde Jerusalén, Netanyahu defendió la iniciativa, asegurando que “no busca ocupar Gaza” sino desmilitarizarla. En una conferencia de prensa, afirmó que esta estrategia es “la mejor forma de terminar la guerra rápido” contra Hamas. Según dijo, Israel controla entre el 70% y el 75% del territorio y se concentra ahora en dos “bastiones” restantes: Ciudad de Gaza y campos en el centro de la Franja.

El plan contempla cinco puntos: desarmar a Hamas, liberar a los rehenes, desmilitarizar Gaza, mantener un control de seguridad israelí y establecer una administración civil “pacífica” no israelí.

Netanyahu sostuvo que permitirá a la población civil evacuar de forma segura las zonas de combate y que se garantizará el ingreso de ayuda humanitaria mediante “corredores protegidos” y un aumento de puntos de distribución.

Hamas rechazó las declaraciones del primer ministro, acusándolo de “mentir” y de intentar “engañar a la opinión pública”.

La reacción europea se sumó a la de España y otros siete países del continente, que calificaron el plan como potencial causa de “una cifra inaceptablemente elevada de víctimas mortales” y un riesgo adicional para los rehenes.

El frente interno

En Israel, la propuesta también generó divisiones. Decenas de miles de personas se manifestaron en Tel Aviv y exigieron un acuerdo para el regreso de todos los cautivos a cambio del fin de las hostilidades.

Desde la ultraderecha, ministros como Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir criticaron la estrategia y reclamaron el control total de la Franja y su colonización. El líder opositor Yair Lapid calificó el plan como “una catástrofe” que movilizará a cientos de miles de reservistas y “desmantelará el país desde dentro”.

La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando un ataque de Hamas causó 1.219 muertes en Israel, en su mayoría civiles. Desde entonces, la ofensiva israelí ha dejado 61.430 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del enclave, cifras que la ONU considera fiables. La mayoría de las víctimas son civiles.

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