La provincia de Teruel guarda rincones únicos que, aunque menos conocidos que las montañas de Huesca o los parajes de Zaragoza, sorprenden por su autenticidad. Entre ellos destaca Bello, una pequeña localidad situada en la comarca del Jiloca que muchos consideran el pueblo más bello de Aragón.
Este municipio no solo presume de un pasado que se remonta a la Edad de Bronce, sino también de un entorno natural excepcional: la Laguna de Gallocanta, el mayor lago salado de Europa occidental y un paraíso para las aves migratorias.
Un pueblo con orígenes prehistóricos
El nombre de Bello proviene del término celtibérico ligado a la tribu de los Belos, lo que evidencia su larga tradición histórica. De hecho, el municipio llegó a dar nombre en su día a la desaparecida Comarca de Bello.
Entre sus puntos de interés destacan la Casa del Ermitaño, la Ermita de la Trinidad y los restos de murallas celtibéricas, vestigios que recuerdan la importancia defensiva y habitacional que tuvo este enclave en épocas pasadas.
La Laguna de Gallocanta: un espectáculo natural único
A escasos kilómetros del casco urbano se encuentra la Laguna de Gallocanta, considerada uno de los humedales más importantes de Europa. Con una superficie de unos siete kilómetros de largo y dos de ancho, en épocas de lluvia alcanza hasta dos metros de profundidad.
Cada año, más de 60.000 grullas hacen parada en este ecosistema durante sus migraciones, ofreciendo un espectáculo natural que atrae tanto a turistas como a ornitólogos. Desde Bello es posible disfrutar de rutas de senderismo, miradores estratégicos y actividades organizadas por la Red Natural de Aragón.
El Centro de Interpretación de la Laguna de Gallocanta completa la experiencia con exposiciones interactivas y programas educativos que permiten comprender mejor la riqueza del entorno.
Cómo llegar a Bello (Teruel)
Desde Teruel: aproximadamente 1 hora en coche por la carretera A-23.
Desde Zaragoza: 1 hora y 25 minutos también por la A-23.
Un destino perfecto para turismo rural
Bello combina historia, patrimonio y naturaleza en un entorno tranquilo y auténtico. Sus paisajes agrícolas, sus tradiciones y la cercanía a la Laguna de Gallocanta lo convierten en un destino perfecto para quienes buscan desconectar y descubrir el Aragón más genuino.




















