PRESENTE. "Vitín" Rodríguez volvió a Concepción FC para retribuirle todo lo que el club le dio.
El sonido de una bicicleta recorriendo las calles de Concepción se convirtió en el primer escenario de un sueño. Arriba iba un niño, acompañado por su padre, rumbo al estadio ubicado en Octaviano Vera y Shipton. Ese niño era Víctor “Vitín” Rodríguez, que a los siete años empezó a sentir la pasión por el fútbol en la institución donde se formó como persona y jugador. Con botines gastados, canilleras que parecían demasiado grandes y la ilusión intacta, comenzó un camino que lo llevaría de la humildad de su ciudad natal a la gloria en La Ciudadela.
Concepción Fútbol Club fue su primer hogar deportivo, el lugar donde entendió el significado de pertenencia. Con el paso del tiempo, la gente lo empezó a reconocer dentro y fuera de la cancha. El apodo “Vitin” no tardó en hacerse popular: “A mi padrino también le decían así, y creo que de ahí viene que me llamen así desde que nací”, explicó Rodríguez en diálogo con LA GACETA.
Su crecimiento fue natural, acompañado por la entrega y la constancia. Hasta que llegó el momento de dar un salto que parecía inalcanzable: a fines de 2015, través de su representante Daniel Meija, San Martín lo incorporó como una de las promesas del fútbol tucumano. Para él fue más que un arribo: era cumplir la ilusión que había tenido desde niño, cuando miraba el césped de La Ciudadela desde la tribuna.
“Siempre me tiró San Martín. No es fácil llegar a una institución tan grande y siendo tucumano. Para mí fue un orgullo enorme, una satisfacción muy grande que queda marcada”, confesó “Vitín”.
Su debut con el “Santo” coincidió con una etapa crucial: el club debía salir del Federal A, ese torneo que parecía interminable y que lo tenía atrapado.
Rodríguez se ganó un lugar en el equipo de Diego Cagna que, a fuerza de fútbol y carácter, protagonizó una campaña histórica en 2016. “Todos los partidos eran lindos porque jugábamos a cancha llena. Pero si me preguntás cuál queda marcado, es la final en Andalgalá. Ganamos, se desató la locura y fueron días interminables de festejo con la familia, con la gente… inolvidables”, contó “La Joya”.
Ese ascenso no fue uno más. Para San Martín significó escapar del “infierno” y recuperar la ilusión. Para “Vitín”, fue uno de los recuerdos más grandes de su carrera. “Esos recuerdos quedan grabados para toda la vida. Conseguir un objetivo tan grande en ese club ha sido muy importante. Quedan recuerdos que uno no se olvida jamás”, aseguró.
GRAN PASO. Víctor Rodríguez integró el plantel que logró el ascenso del Federal A.
La salida de San Martín
Pero el fútbol, como tantas veces, también lo enfrentó a decisiones duras. En 2018, con el ascenso a Primera ya consumado, la llegada del técnico Rubén Forestello lo dejó sin lugar. “Me expresó que no me iba a tener en cuenta… si por mí fuese, yo la peleaba desde atrás, desde donde sea, pero tuve que aceptar. Son decisiones que se toman en el fútbol. Si por mí fuera, nunca me hubiera ido de San Martín”, admitió el volante con sinceridad y a corazón abierto.
Sin embargo, su salida no significó el final de la historia con el hincha “santo”. Años más tarde, continúa recibiendo mensajes de cariño. “Me siguen dando su cariño. Llegué cuando el club estaba en el Federal A y me fui cuando subió a Primera. No es algo que cualquier tucumano pueda contar. Estoy seguro de que si voy a La Ciudadela, me reciben bien”, afirmó.
Después de San Martín, su carrera lo llevó por distintos rincones del país: Güemes de Santiago del Estero, San Martín de Formosa, San Lorenzo de Alem (Catamarca) y Flandria en la B Metropolitana. Esos viajes, lejos de debilitarlo, lo llenaron de experiencia. “Recorrí varias provincias y eso suma mucho. No todos los vestuarios son iguales. Te encontrás con jugadores de experiencia y otros con menos. Aprendés a lidiar con distintas situaciones. Todo eso te da aprendizaje, dentro y fuera de la cancha”, explicó.
EN FAMILIA.
Regreso al Sur
Pero el círculo volvió a cerrarse cuando decidió regresar a Concepción FC, el lugar donde había comenzado todo. No fue una cuestión económica ni de comodidad: fue un acto de amor. “Volví porque el club no estaba pasando un buen momento y sentía que podía aportar. Nunca me importó lo económico: vine por la camiseta. Soy un nacido en este club y me tienen para toda la vida”, dijo con firmeza sobre su amor por el “Cuervo del Sur”.
Hoy encuentra un equipo mucho más sólido y organizado que aquel en el que debutó. “ Todo está blanqueado y organizado. Eso es muy importante para un jugador y para la expectativa de seguir ganando cosas”, valoró.
La historia de “Vitín” Rodríguez es la de un chico que soñó con jugar en San Martín y lo consiguió, que supo lo que era llenar estadios y celebrar ascensos inolvidables, y que nunca se olvidó de dónde salió.
Hoy, de regreso en Concepción Fútbol Club, escribe un nuevo capítulo con la misma pasión de siempre. Su nombre ya quedó grabado en la memoria de los hinchas y su legado seguirá vivo cada vez que alguien recuerde que los sueños, con esfuerzo y humildad, también se cumplen.





















