La pelota parada promete ser un arma decisiva en el cruce entre River y Racing. Mientras los de Marcelo Gallardo arrastran un karma con los centros al área, el equipo de Gustavo Costas ha convertido casi una cuarta parte de sus goles recientes por esa vía. Esa diferencia puede inclinar la balanza en un partido de eliminación directa.
River llega con un historial preocupante: cinco de los últimos doce tantos que recibió nacieron de una pelota parada. Libertad, Palmeiras, Estudiantes, Atlético Tucumán y Riestra explotaron ese déficit, ya sea por desatenciones colectivas o errores puntuales. Incluso ante Palmeiras, en Brasil, un córner mal defendido derivó en el empate de Vitor Roque.
Del otro lado, Racing aprovechó con eficacia. Referentes como Rojo, Pardo, Sosa y "Maravilla" Martínez fueron protagonistas en el juego aéreo, con Gabriel Rojas como ejecutor confiable. En la Libertadores, por ejemplo, el pase a cuartos se selló con dos goles de cabeza en jugadas preparadas frente a Peñarol.
La última conquista de la Academia por esta vía llegó en el clásico contra San Lorenzo, cuando Colombo definió tras un córner peinado. Aunque no todo fue favorable: también sufrió en el área propia, como en el empate de Peñarol y el gol de Unión tras una mala salida de Arias.
Clave del partido
“Será como una final”, repitió Gallardo en la previa. Si River no corrige su talón de Aquiles, Racing podría sacar provecho de su mejor arma. En un cruce tan ajustado, el fuego aéreo puede ser el detalle que defina la clasificación.





















