Miguel Kiguel.
El economista Miguel Kiguel cuestionó con dureza la estrategia financiera del gobierno de Javier Milei, al advertir sobre la precariedad con la que se enfrentan los compromisos de deuda externa. El director de la consultora Econviews sostuvo que una economía del tamaño de la argentina no debería vivir en vilo por un vencimiento menor.
"Un país que quiere pensar realmente en crecer no puede estar pendiente de U$S4.000 millones para pagar un bono. Argentina es una economía de U$S700.000 millones; lo preocupante no es si se va a pagar o no -porque se pagará-, sino que tengamos que estar discutiendo de dónde sale la plata a último momento. El Gobierno administra sobresaltos en lugar de juntar reservas para pagar", sentenció.
Reservas y dólar; el nudo del problema
Según Kiguel, el eje de la discusión no debería ser el valor nominal del dólar, sino la inacción del Banco Central (BCRA) para acumular divisas. "Lo importante es que el Central no está comprando dólares para pagar los compromisos", alertó.
De cara al vencimiento de enero, el economista señaló la falta de previsibilidad: aún no se definió si el Gobierno recurrirá a un préstamo bancario (REPO), a bonos locales o, como última instancia, a la ayuda del Tesoro de los Estados Unidos. "Siempre estamos ahí, administrando sobresaltos en lugar de resolver el problema de fondo", criticó.
Respecto de la política cambiaria, sugirió que la única salida estructural es dejar flotar la moneda. "A mediano plazo, la única manera de terminar con los sobresaltos es que el tipo de cambio lo determine el mercado. Si está 'mal' o 'bien', no importa; es el precio que define la realidad", explicó.
El "Tío Sam" y la inflación que viene
Sobre el financiamiento externo, Kiguel reveló detalles del swap con Estados Unidos. Explicó que, si bien existe un respaldo disponible, el Gobierno intenta evitar "pedirle al tío" para no profundizar la dependencia política. Asimismo, confirmó que el préstamo bancario de U$S20.000 millones que se rumoreaba nunca prosperó porque "nunca estuvo clara la garantía".
Finalmente, analizó el cierre del año en materia de precios. Proyectó que la inflación de noviembre superará el 2% y que diciembre será un mes estacionalmente difícil. Aunque se mostró optimista sobre la tendencia a la baja ("llegaremos a un dígito anual"), advirtió que el proceso es lento y que será "difícil pulverizar la inflación como quisiera el Presidente" debido al reacomodamiento tardío de precios en sectores clave como la carne.























