Penurias camino a Tucumán

La lluvia trastacó planes y generó muchas demoras.

AL MAL TIEMPO, BUENA CARA Y UN POCO DE PACIENCIA. Un grupo de pilotos y asistentes saluda a la cámara del helicóptero mientras espera para poder avanzar por los fangales que dejó la lluvia en los valles. AL MAL TIEMPO, BUENA CARA Y UN POCO DE PACIENCIA. Un grupo de pilotos y asistentes saluda a la cámara del helicóptero mientras espera para poder avanzar por los fangales que dejó la lluvia en los valles.
13 Enero 2013
Si en el futuro alguien piensa en un guión cinematográfico de una peli de acción, que reúna todo tipo de emociones sin perder un ápice de la atención que pueda darle el público, tendrá tarea fácil si toma como inspiración la etapa 8 del Rally Dakar 2013. No era sencilla, pero sí bastante menos complicada que las anteriores en territorio peruano y chileno. Pero las malas condiciones climáticas la tornaron imposible. De hecho, se corrió poco, muy poco; y se esperó mucho. Y entre las polémicas suscitadas por la clasificación final de Autos, la angustia por lo que sucedió en los caminos y por las demoras que atrasó todo el esquema de la organización, quedó una competencia, que el público logró vivir a full, pese a todas las circunstancias.

La cadena de hechos desafortunados comenzó a armarse el viernes a la noche, con la torrencial lluvia que se abatió en Cachi, una localidad salteña normalmente exenta de este tipo de fenómenos. Esto anegó las rutas e hizo crecer los ríos. Resultado: después de efectuar una verificación general, la organización decidió suspender la primera parte de la etapa.

Vale aclarar: durante la jornada, una multitud de fanáticos se habían desplazado a la zona para ver el paso de los competidores.

Se determinó entonces que quedaba firme la segunda parte de la jornada, que iba a concentrarse en Campo Arenal, en Catamarca. Esa zona, normalmente, tiene un muy bajo registro de lluvia. Hasta ayer.

La tormenta, primero de viento y tierra y luego de agua, fue tornando imposible las condiciones de competencia. El río Hualfín, fantasma la mayor parte del año, se materializó para mal de la carrera. Pasaron las motos, pasaron los cuatriciclos, pasaron algunos autos, pero no más.

Pero mientras los competidores vivieron las de Caín para poder completar la etapa, fue el público apostado en la ruta 307 el que vivió su propia desventura. Si bien en la zona de Amaicha del Valle reinó el buen tiempo, en El Infiernillo, Tafí del Valle y El Mollar, la tormenta dejó secuelas. Solo el intocable espíritu fierrero de los tucumanos (se incluye a fanáticos y sus familias) hizo que el mal momento fuera superado de la mejor manera posible.

Así, una jornada que apuntó para inmejorable, terminó como inolvidable, por el espectáculo general y porque las condiciones generales así lo impusieron.

Hoy será día de descanso, pero habrá mucho para disfrutar en la zona del hipódromo. Fuerza Bruta actuará a las 20.30, 21.30 y 22.30. Y en el Village, tanto como en el óvalo, la acción será a fondo.

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