Los nuevos "telos" apuntan a las parejas estables y ofrecen servicios de alto confort

Ahora el mercado ofrece opciones con secciones de spa, gastronomía de autor, mini pistas de boliche y habitaciones para cuatro.

DE LUJO. Los hoteles alojamientos más modernos ofrecen servicios vip, como este hidromasaje en el que las parejas pueden pasar un buen rato. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA - ALVARO MEDINA DE LUJO. Los hoteles alojamientos más modernos ofrecen servicios vip, como este hidromasaje en el que las parejas pueden pasar un buen rato. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA - ALVARO MEDINA

No era fácil entrar a un "telo" hace 40 años,cuando el negocio empezaba a crecer. Muchas mujeres iban escondidas en el asiento trasero del auto, llevaban un pañuelo en la cabeza y anteojos de sol. Evitaban, ante todo, ser reconocidas. Esa sensación de trampa, de estar en la clandestinidad, ha ido desapareciendo poco a poco. Los hoteles alojamiento ya no son los mismos: ahora ofrecen secciones de spa, gastronomía de autor y otro tipo de estética y decoración. Y piensan, por sobre todas las cosas, en las parejas estables más que en las que viven una aventura pasajera. 


Fueron estigmatizados, asociado a la baja moral, a la vulgaridad e incluso a la prostitución, detalla Néstor Casaprima, presidente de la Federación Argentina de Hoteles Alojamiento (Fadaph). Pero con los años fueron cambiando su reputación, se alejaron del tabú y lograron integrarse al menú aceptado de la diversión en cualquier ciudad, añade.

¿Qué cosas se transformaron? "En la actualidad, están cerrando moteles porque cambiaron las costumbres de la sociedad. Hoy la juventud tiene libertad de quedarse en la casa de sus padres con su pareja. Hemos perdido estos clientes, pero hemos ganado otros: los matrimonios que buscan salir de la rutina y buscar un espacio propio para el amor y las fantasías. Entonces, muchos alojamientos se están renovando para ese público, incorporan más confort y apuntan a ser mejores que un cinco estrellas", detalla.

Todos saben que...
No tienen publicidad convencional. Pero se sabe dónde están. La mayoría son moles de cemento que aparecen en medio de las rutas, con su arquitectura llamativa. No hay señales luminosas ni de incitaciones al pecado. Unas pocas luces de neón son la última pista que dan los dueños de estos refugios del sexo por horas.

En Tucumán, este mundillo está compuesto por unos 30 establecimientos (al menos los legales). Son pocos los que han podido renovarse y adecuarse a las tendencias de los grandes "telos" del país. Pero que los hay, los hay. A la clásica música funcional, el jacuzzi, los sistemas de luces tenues y los espejos en sitios impensados, ahora se agregó la posibilidad de que la mujer pueda sentirse una vedette bailando en torno a un caño de acero inoxidable. También están los que ofrecen sex shop, sauna, pileta y hasta una mini discoteca.

"Esto ya no es cama y mesa de luz. Nuestras habitaciones se parecen más a una pista de boliche que a un cuarto convencional", señala Manuel, empleado de uno de los hoteles más modernos de la provincia. En unos meses, este albergue transitorio, que cuenta con cocina gourmet para sus clientes, incorporará dos cuartos para festejar a lo grande: con capacidad para 60 y 70 personas. "La idea es ampliar el abanico de ofertas para un servicio que tiene mucho éxito: acá se hacen mini fiestas privadas, despedidas de solteros, cumpleaños y celebraciones de divorcios", comentaron desde el alojamiento, aunque prefirieron no dar información oficialmente. Eugenia, encargada de Amadeus, comenta que desde que abrió el hotel hace nueve años, la idea siempre fue apuntar a un perfil alto. "Tenemos habitaciones muy sofisticadas, todas de madera, con sauna e hidromasaje. Mucha gente nos elige porque venir aquí no es como ir al clásico telo, sino más bien a un hotel cinco estrellas", resalta.

Cualquiera que no conociera qué hay adentro de Amadeus, al verlo desde afuera podría imaginarse que se trata de la mansión de un multimillonario. Entre sus productos destacados, hay un departamento de tres pisos con ascensor, apto para los que les gusta mirar y ser mirados. Es una habitación para cuatro personas: hay un living, un jacuzzi y dos camas enfrentadas en el tercer piso.

Nuevas costumbres
Desde hace unos años, los matrimonios, en busca de mayor intimidad y motivación, se convirtieron en los "grandes clientes" de los albergues transitorios. "Tenemos cuatro hijos chicos, nuestra vida sexual se limitó muchísimo. Por eso decidimos, aunque sea dos veces por mes, ir a un hotel alojamiento", confiesa Ricardo, un empresario que está casado desde hace 20 años. Alberto Mollinari, encargado de uno de los moteles que está sobre la ruta 305, cuenta que en la actualidad la gran mayoría de los clientes son parejas estables. "Para ellos, visitarnos representa una salida. Aquí vienen, cenan, miran una película y se quedan toda la noche si es día de semana", explica. "Creo que la mujer de hoy tiene menos pudor. Les gusta venir con sus maridos porque salen del ámbito de sus hogares; se relajan", añade Irma Abraham, dueña de los moteles Ovni, Halley y Sideral. En sus albergues, como en la mayoría de los moteles, hay alcobas temáticas, enormes murales con figuras pechugonas y dioses deseosos de lujuria.

Los viernes y sábados por la noche siguen siendo los días más concurridos en los "telos". Durante la semana, las mañanas y las siestas son horarios favoritos. En el ambiente dicen que volvieron a los "muebles" quienes los colmaron en los '80. Son aquellos que con el milagro del viagra se dan "un gustito". "Es muy lindo ver entrar a los abuelos, vienen con sus esposas", cuenta la encargada de Amadeus.

Para ganar más clientes, en muchos albergues ahora se puede disfrutar de tres horas al precio de un turno de dos. También ofrecen la posibilidad de pernoctar. Algunos incluso le sacaron jugo a la ley de las 4 AM y tienen promociones especiales para los que van después de que se acaba la movida nocturna.

Parejas que eligen reencontrarse desde otro lugar y animarse a jugar, amantes de momento, viejecitos que siempre piden la misma habitación; recién casados que van por su noche de bodas, deportistas que quieren ver el partido en directo… Dentro de un "telo" pasa de todo, pero nada del otro mundo se respira en este ambiente kitsch y fetichista.

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CLÁSICOS Y MODERNOS

1
confort para cuatro

Para aquellos que disfrutan de mirar y ser mirados, hay cuartos especiales para dos parejas. En general, las camas están enfrentadas y separadas por un amplio espacio.

2
rincones de descanso

En la mayoría de las habitaciones se destina un espacio para un juego de mesas y sillas o sillones en los que las parejas pueden comer y conversar.

3
el tradicional jacuzzi

El jacuzzi es un clásico infaltable -y muy pedido- en los "telos". En los cuartos más completos también podés encontrar saunas e hidromasajes.

4
como si fuera un spa

Las piletas con agua templada son una de las últimas novedades de los hoteles alojamiento. La idea es incorporar servicios similares a lo de un spa.

5
comida de calidad

Si querés saltear el paso por un restaurante, podés hacerlo tranquilamente. Muchos "telos" incluyen servicio de cocina gourmet, con un amplio menú para explorar.

6
El pool va incluido

Las habitaciones más sofisticadas incluyen entretenimientos variados, como mesas de pool u otros juegos. La hora del placer es también la del esparcimiento.

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