Camino a la escuela se exponen a ser las próximas víctimas del cruce de la muerte

Alumnos, docentes y padres de la Guido y Spano pintaron dos estrellas para recordar a una alumna y a una mamá que murieron en el cruce de la 9 y la 306.

GRITARON BASTA. Alumnos, padres y docentes de la escuela Guido y Spano se pararon junto al pavimento en el cruce de la muerte y pidieron la construcción de una rotonda y que los conductores sean más prudentes. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA GRITARON "BASTA". Alumnos, padres y docentes de la escuela Guido y Spano se pararon junto al pavimento en el cruce de la muerte y pidieron la construcción de una rotonda y que los conductores sean más prudentes. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA
26 Abril 2013
Se puso en cuclillas y apretó el pincel contra el pavimento áspero. Con letras gruesas, Lucía Villarrubia escribió "Naty 10-12-05" y sus trazos tiñeron la ruta de amarillo recuerdo, de amarillo pena, de amarillo miedo, de amarillo bronca. En ese mismo lugar, a su alumna la mató un camión que cargaba ladrillos. La vida de Viviana Nataly Centeno terminó a los ocho años. Y su nombre pasó a engrosar la lista de víctimas del cruce de la muerte. Ayer, los alumnos, los docentes y los padres de la escuela Carlos Guido y Spano pintaron dos estrellas amarillas en la intersección de las rutas 9 y 306: una para recordar a la nena; la otra, en memoria de Zulema Herrera, la mamá de dos estudiantes que murió en el mismo lugar.

Al menos 40 de los 180 alumnos de la escuela atraviesan el cruce a diario para ir y volver de clases. "Y uno se va a su casa preguntándose si los chicos habrán llegado bien a las suyas. A la mañana, cuando venimos para acá, los vemos caminar por la banquina y exponerse al peligro. Me pregunto ¿cómo puede ser que estemos reclamando por seguridad vial, si es algo que ya debería estar garantizado?", interrogó Silvana Rigazzo, la profesora de Artes Plásticas que ayudó a los chicos a pintar las estrellas en el pavimento.

Esta es la segunda vez en menos de un año que los docentes y los alumnos de la Guido y Spano realizan una campaña de educación vial en el cruce de la muerte. Los accidentes ya se cobraron la vida de dos miembros de la comunidad educativa de Pacará Pintado y nada garantiza que entre ellos no haya futuras víctimas. Además de pintar las estrellas, ayer, unos 120 chicos y varias decenas de padres repartieron volantes a los conductores que circulaban por el cruce (la Policía montó un operativo para evitar accidentes).

Grutas del dolor
En ese sector se interceptan la 9, que es nacional y depende de Vialidad Nacional, y la 306, que corresponde a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV). El pavimento de ambos caminos está deteriorado, la señalización horizontal desapareció, son pocos los carteles y la iluminación es pobre. Lo que sobra son las grutas que recuerdan a las personas que murieron. Dos fueron levantadas en memoria de Naty y de Zulema. A pocos metros de ellas pintaron las estrellas.

Es que esta actividad se realizó en conjunto con el grupo Estrellas Amarillas Tucumán. Marcela Reales (hermana de Cecilia, quien murió en un choque en Yerba Buena) fue contundente: "Lo que ocurrió en este lugar no fueron accidentes, sino hechos de tránsito, porque se podrían haber evitado. Por ejemplo, la gente pide semáforos o una rotonda. Los puntos negros de la seguridad vial son un problema de toda la sociedad".

Justamente, este cruce de caminos está señalado por la Dirección de Transporte de la Provincia como uno de los 42 puntos negros (sectores de alto riesgo) de Tucumán. De hecho, sólo el año pasado perdieron la vida en ese sitio al menos cinco personas.

El grupo Estrellas Amarillas cumple un año de actividades en la provincia. Y la cifra que exponen sus miembros es impactante. "En 12 meses hemos pintado más de 170 estrellas. Buscamos crear conciencia, porque la mayor parte de las personas que mueren en los hechos viales son jóvenes, individuos en la plenitud de la vida y esto no puede seguir ocurriendo", afirmó Reales. Dora Gallo, la directora de la escuela, está desilusionada. Hasta ahora, lo único que lograron es la instalación de un par de carteles de señalización. "Esta es la segunda campaña que hacemos en el cruce y prácticamente no hemos obtenido respuestas. Ni siquiera la Municipalidad de Banda del Río Salí manda inspectores para controlar el paso de los chicos. La próxima medida que vamos a tomar es pedir audiencias con los diputados tucumanos y con los legisladores que trabajan con temas vinculados al transporte para que gestionen fondos y se hagan las obras que necesitamos. Acá hace falta por lo menos una rotonda", aseguró.

Una de las peores maldiciones que sufre el cruce es la ausencia del Estado: ni la Nación ni la Provincia parecen estar dispuestos a hacerse cargo de él. Vialidad Nacional elaboró un proyecto (cuenta con el visto bueno de la DPV) que propone elevar la 9 por encima de la 306. Pero aún no fue aprobado.

Mientras tanto, los chicos de la escuela continúan atravesando ambas rutas a diario y se exponen a engrosar la lista de las víctimas del cruce de la muerte.

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