09 Junio 2013
POR EL PISO. Cacace buscará terminar con el arco en cero tal como lo hizo en dos partidos en esta temporada: justo ante la "lepra" y Brown, pero en la primera rueda.
Las casualidades harán que Ezequiel Cacace haya comenzado la temporada como titular y la termine de la misma manera. Más que las casualidades, serán los infortunios de Cristian Lucchetti los que le posibiliten un escenario digno de arqueros dueños del puesto, algo que en este caso no es. Para Ricardo Rodríguez, el dueño fue el "Laucha" pero ahora mismo, toda su confianza está depositada en Cacace. Aún a pesar de la situación que vivió en Mendoza, cuando a la hora de descolgar un centro sintió el contacto con un delantero y debió soltar la pelota, lo que derivó en el gol de Independiente.
Pero no solo es su entrenador el que confía. Él mismo dice estar listo para afrontar el compromiso de hoy a las 15.30 en el Monumental frente a Almirante Brown.
El proceso para "superar" un gol extraño como este, no fue sencillo. Luego del partido y con el viaje de vuelta a cuestas, encontrar una repetición de la jugada era casi imposible en la inmediatez, sabiendo que el encuentro no había sido televisado. Recién al otro día pudo sacarse la duda ya que del contacto estaba seguro pero el autor del mismo, era su incógnita en ese momento. "(Víctor) Píriz Alves me decía que no proteste, que me había chocado con un compañero mío, algo que no fue así. Él se agachó y me lo provocó", aseguró.
Lo mismo, intentaba decirle Alejandro Castro, el árbitro, a quien tuvo que creerle hasta que vio la jugada. "Una vez me pasó lo mismo jugando en la B Metropolitana. Me hicieron foul, no lo cobraron y fue gol. Pero el árbitro en el entretiempo me vino a admitir que había sido falta", contó y así dio lugar al segundo paso para seguir con la procesión: recordar episodios pasados para no perder la cordura. "Después de eso no tuvo errores y estuve tranquilo", dijo y los que estuvieron, dan fe de ello.
El tercer paso para digerir, más allá de que consideró que fue falta el delantero rival, fue admitir su parte. "Me hago cargo del gol porque soy un actor principal en la jugada, se cobró y listo", dice aunque pone un asterisco a su confesión: "en otro contexto, si hubiera habido gente o un poco de presión externa para el árbitro, era un foul cobrable. Fue raro".
Con las intermitencias de un arquero suplente, la obsesión por no fallar siempre estuvo en Cacace. Desde la primera fecha en la que atajó ante Crucero del Norte en Misiones por la llegada sobre la hora de Lucchetti a Tucumán cuando se convirtió en refuerzo hasta esta chance por la operación en la nariz del "Laucha", que lo marginó por el resto del campeonato y le permitirá jugar hoy y el último duelo ante Douglas. "Estoy enojado porque cuando venís de mucho tiempo si jugar intentás hacerlo bien. Insisto con que para mi fue foul o por lo menos es una jugada discutida y quedé expuesto, pero ya está", agrega.
El cuarto paso es aprender de lo que haya pasado en este caso y no repetirlo si es que se puede. Si es así, táchenlo de la lista de Cacace porque ya lo hizo. "Me ocupo del tema, pero no me preocupo. En la próxima me fijaré bien quien está atrás, no sé... Actuaré de otra manera. Pero estaría preocupado si hubiese cometido un error técnico", dijo.
El quinto y último paso es la resignación: "el fútbol tiene estas cosas y hay que bancárselas. Lo bueno y lo malo". Según Cacace, lo bueno está por venir.
Pero no solo es su entrenador el que confía. Él mismo dice estar listo para afrontar el compromiso de hoy a las 15.30 en el Monumental frente a Almirante Brown.
El proceso para "superar" un gol extraño como este, no fue sencillo. Luego del partido y con el viaje de vuelta a cuestas, encontrar una repetición de la jugada era casi imposible en la inmediatez, sabiendo que el encuentro no había sido televisado. Recién al otro día pudo sacarse la duda ya que del contacto estaba seguro pero el autor del mismo, era su incógnita en ese momento. "(Víctor) Píriz Alves me decía que no proteste, que me había chocado con un compañero mío, algo que no fue así. Él se agachó y me lo provocó", aseguró.
Lo mismo, intentaba decirle Alejandro Castro, el árbitro, a quien tuvo que creerle hasta que vio la jugada. "Una vez me pasó lo mismo jugando en la B Metropolitana. Me hicieron foul, no lo cobraron y fue gol. Pero el árbitro en el entretiempo me vino a admitir que había sido falta", contó y así dio lugar al segundo paso para seguir con la procesión: recordar episodios pasados para no perder la cordura. "Después de eso no tuvo errores y estuve tranquilo", dijo y los que estuvieron, dan fe de ello.
El tercer paso para digerir, más allá de que consideró que fue falta el delantero rival, fue admitir su parte. "Me hago cargo del gol porque soy un actor principal en la jugada, se cobró y listo", dice aunque pone un asterisco a su confesión: "en otro contexto, si hubiera habido gente o un poco de presión externa para el árbitro, era un foul cobrable. Fue raro".
Con las intermitencias de un arquero suplente, la obsesión por no fallar siempre estuvo en Cacace. Desde la primera fecha en la que atajó ante Crucero del Norte en Misiones por la llegada sobre la hora de Lucchetti a Tucumán cuando se convirtió en refuerzo hasta esta chance por la operación en la nariz del "Laucha", que lo marginó por el resto del campeonato y le permitirá jugar hoy y el último duelo ante Douglas. "Estoy enojado porque cuando venís de mucho tiempo si jugar intentás hacerlo bien. Insisto con que para mi fue foul o por lo menos es una jugada discutida y quedé expuesto, pero ya está", agrega.
El cuarto paso es aprender de lo que haya pasado en este caso y no repetirlo si es que se puede. Si es así, táchenlo de la lista de Cacace porque ya lo hizo. "Me ocupo del tema, pero no me preocupo. En la próxima me fijaré bien quien está atrás, no sé... Actuaré de otra manera. Pero estaría preocupado si hubiese cometido un error técnico", dijo.
El quinto y último paso es la resignación: "el fútbol tiene estas cosas y hay que bancárselas. Lo bueno y lo malo". Según Cacace, lo bueno está por venir.