"Sólo quiero un minuto sin corrupción"

Karina Pellasio, quien le gritó el año pasado "ladrona" a la senadora Rojkés en un bar de Yerba Buena, no se retractó de sus dichos. La esposa del gobernador, José Alperovich, no fue a la audiencia conciliatoria. El tribunal entendió que su presencia no era necesaria

EN EL PALACIO DE JUSTICIA. Fátima Pellasio, la mujer que le dijo ladrona a Beatriz Rojkés, ingresa a la sala de juicio. La acompañan sus abogados. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARáOZ EN EL PALACIO DE JUSTICIA. Fátima Pellasio, la mujer que le dijo "ladrona" a Beatriz Rojkés, ingresa a la sala de juicio. La acompañan sus abogados. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARáOZ
15 Junio 2013

María Karina de Fátima Pellasio decidió que no quería pedir disculpas por haberle dicho "ladrona", el año pasado, a la senadora nacional Beatriz Rojkés de Alperovich. Sentada en el sector de los acusados, a la izquierda del tribunal, la vecina de Yerba Buena optó por afrontar la imputación de injurias que impulsó la primera dama provincial y tercera autoridad en el orden de sucesión presidencial. Si bien aquel polémico episodio puede costarle $ 250.000 -cifra que exige la oficialista en la demanda-, Pellasio se mantuvo firme en sus dichos. De hecho, la ama de casa sostuvo que no aceptó la conciliación propuesta en la audiencia de ayer, celebrada en el Palacio de Tribunales, porque la senadora nacional no se había hecho presente.

"Yo esperaba (que viniese) para que me explique por qué me está querellando. Soy una ciudadana común. Si bien su abogado (Carlos Guido Cattáneo) aseguró que ella representa a miles de tucumanos, me hubiera gustado que dé la cara y diga qué la hizo sentirse tan agraviada", le contó ayer Pellasio a LA GACETA.

Incidentes en un café

La causa sobre el polémico episodio, producido en septiembre del año pasado en el bar Tennesee, de Yerba Buena, recayó en la sala III de la Cámara Penal, integrada por Dante Julio José Ibáñez (presidente) y Carlos Santiago Caramuti (la vocal Ana Lía Castillo de Ayusa se encuentra de viaje). Según la demanda, Rojkés de Alperovich estaba tomando café con un grupo de personas cuando apareció Pellasio. "¡Usted es una ladrona! ¡Devuelva todo lo que robó!", le expresó la vecina de Yerba Buena a la esposa del gobernador, José Alperovich, según consta en la causa.

Ayer, poco antes del inicio de la audiencia, los magistrados decidieron mudar el acto judicial de la sede de Tribunales de avenida Sarmiento al 400, al Palacio situado en calle Congreso y La Madrid. Hasta entonces, no se había confirmado si Rojkés asistiría al acto. Finalmente, no lo hizo.

La primera parte del debate se centró en este punto. Juan Roberto "Chino" Robles, codefensor de Pellasio junto a su hijo, Juan Andrés Robles, les solicitó a los jueces, antes de pronunciarse respecto a la posibilidad de un acuerdo amistoso, que la senadora nacional participara del debate. "Tratándose de un supuesto delito contra el honor, se nos priva del derecho de interrogar, examinar y conversar personalmente con la querellante para saber qué parte de su honor ha sido afectado", dijo el penalista, ex legislador y secretario general de la UCR. Luego, enunció doctrina referida a la necesidad de la presencia del supuesto afectado durante el proceso conciliatorio.

El letrado Cattáneo, representante de la primera dama tucumana, refutó esas apreciaciones. También enumeró normas y textos jurídicos que avalaban el avance del trámite con la sola participación del abogado de la denunciante. "Ante lo que la ley expresa, no hace falta tanta interpretación que, con esfuerzo, ha hecho la defensa", agregó.

Los magistrados Ibáñez y Caramuti deliberaron durante casi una hora, y decidieron darle lugar a la postura de Cattáneo.

Luego, se insistió con la pregunta a los defensores: ¿existe la posibilidad de conciliación? La respuesta, otra vez, fue negativa.

"Mi mandante (Pellasio) representa a cientos de miles de personas que protestan cada día contra la corrupción y la impunidad. La querellante es parte de este régimen", dijo "Chino" Robles.

Cattáneo le contestó que estaba "sorprendido". "Quien representa a miles de personas es la querellante, que ha sido votada, y cuyo honor y dignidad se han visto afectados", remarcó. Y solicitó el avance del proceso penal.

"Ciudadana cansada"

Pellasio se mantuvo en silencio durante la fracasada audiencia de conciliación. A la salida, ante la prensa, afirmó que actuó "como una ciudadana que está cansada de la corrupción". La vecina de Yerba Buena -cuyo padre es primo de Jesús Pellasio, dirigente de Uatre y peronista disidente-, afirmó que reaccionó de esa manera "quizás por una emoción del momento", aunque aclaró que pretende "un país digno para mi familia y mis hijos".

"Me parece vergonzoso por parte de alguien a quien tantos ciudadanos han votado, querer reclamar $ 250.000 de indemnización por daño. Si ella realmente considera que mis dichos son una injuria, pienso que debería haber descartado (el proceso) y seguir su camino con dignidad. Evidentemente, las cosas no son así", afirmó la acusada.

Pellasio agregó que siente sorpresa por las derivaciones del incidente. "Pero no puedo volver atrás. Soy una persona responsable, que afronta las situaciones de la vida, tal y como se presentan. Tengo coraje para seguir", dijo la mujer.

- ¿Qué recuerda de ese día?

- Yo estaba desayunando en el bar, al que llegó la senadora con su comitiva. Fue un rapto de emoción lo que me aquejó en ese momento. (...) No hubo escándalo, como dicen muchos medios. Le hablé casi cara a cara, y seguí mi marcha normal. Antes de entrar al banco Nación, donde iba a pagar unas cuentas, me interceptan dos personas: una era, evidentemente, un guardaespaldas; la otra, una señora que me invitaba a hacer la denuncia. Todo en tono amenazador. Después de hacer los trámites, me encuentro con la Policía a pleno afuera, esperándome. Me pidieron mis datos. Dicen (por la querella) que se 'enteraron' de mi nombre, pero lo hicieron gracias a la Policía.

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- ¿Cómo fueron estos meses?

- Para mí, tranquilos. Soy ama de casa y me dedico a mis hijos.

- ¿Se interesó por la política?

- No soy afiliada a ningún partido, y quiero dejarlo en claro. De mi parte, no hay ningún interés en eso. El abogado de ella dijo que yo buscaba "un minuto de gloria". Eso no me interesa en lo más mínimo: no quiero un minuto de gloria, sino un minuto sin corrupción.

- ¿En qué pensaba cuando estaba en el sector de los acusados?

- Por un momento sentí un poco de vergüenza. Pero luego, recapacitando y tratando de tranquilizarme, me parece que no soy yo la que debe sentir vergüenza. No voy a instar a nadie a que haga lo mismo que yo; no me parece correcto. Pero creo que actué como una ciudadana común que aspira a vivir en una provincia libre de corrupción.

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- ¿Participó de "cacerolazos"?

- Sí, porque trato de ser coherente con mis principios y convicciones. Nadie nos puede quitar ese derecho.

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