22 Junio 2013
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, nominó para dirigir al FBI a James Comey, un hombre que durante el gobierno de George W. Bush fue el número dos del Departamento de Justicia, la cartera tristemente recordada por haber firmado los memos que autorizaron la tortura.
Comey debe aún ser confirmado por el Senado estadounidense, en donde aún resuenan los simbronazos del último escándalo de espionaje telefónico y por internet que marcó el final de Robert Mueller, el anterior director del FBI que llevaba 12 años en el cargo y había sobrevivido los dos gobiernos de Bush hijo.
En un acto de nominación en los jardines de la Casa Blanca, Obama caracterizó a Comey como un experimentado fiscal y republicano de 52 años, que se destaca por "su profunda integridad" y "su feroz independencia". Según Obama, Comey "entiende que en tiempos de crisis no somos juzgados sólo por el número de complots que desmantelamos o por cuántos delincuentes llevamos ante la justicia, sino también por nuestro compromiso con la Constitución que hemos jurado defender y los valores y libertades civiles que hemos prometido proteger". Por ello, Comey "será un líder que entiende cómo mantener seguro a Estados Unidos y permanecer fiel a nuestros ideales fundadores", agregó el presidente estadounidense.
Comey se hizo famoso en 2004 cuando tuvo que asumir temporalmente el cargo de secretario interino de Justicia porque el número uno de esa cartera, John Ashcroft, sufría de problemas de salud.
Desde ese cargo, se opuso a algunos aspectos del programa de vigilancia y escuchas a comunicaciones ordenado por el ex presidente Bush después de los atentados contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001, y en el marco de la llamada "Guerra contra el Terrorismo". Con ese antecedente, su nominación intenta recuperar la confianza de aliados demócratas y opositores republicanos, después del escándalo que causó la filtración a la prensa de dos programas secretos de vigilancia para recopilar registros telefónicos y datos de internet de millones de usuarios estadounidenses.
Pero Comey también tiene otros antecedentes. Fue el número dos del Departamento de Justicia de 2003 a 2005, los mismos años en que desde esa cartera se redactaron y firmaron los ya famosos memos en los que el gobierno de Bush "legalizó" la tortura en los interrogatorios realizados en el exterior a sospechosos de terrorismo. Por esa razón, cuando empezó a circular el nombre de Comey como uno de los candidatos para dirigir al poderoso FBI, la Unión Americana de Libertades Civiles advirtió que existen "muchas preguntas" sobre el pasado del ex funcionario. (Télam)
Comey debe aún ser confirmado por el Senado estadounidense, en donde aún resuenan los simbronazos del último escándalo de espionaje telefónico y por internet que marcó el final de Robert Mueller, el anterior director del FBI que llevaba 12 años en el cargo y había sobrevivido los dos gobiernos de Bush hijo.
En un acto de nominación en los jardines de la Casa Blanca, Obama caracterizó a Comey como un experimentado fiscal y republicano de 52 años, que se destaca por "su profunda integridad" y "su feroz independencia". Según Obama, Comey "entiende que en tiempos de crisis no somos juzgados sólo por el número de complots que desmantelamos o por cuántos delincuentes llevamos ante la justicia, sino también por nuestro compromiso con la Constitución que hemos jurado defender y los valores y libertades civiles que hemos prometido proteger". Por ello, Comey "será un líder que entiende cómo mantener seguro a Estados Unidos y permanecer fiel a nuestros ideales fundadores", agregó el presidente estadounidense.
Comey se hizo famoso en 2004 cuando tuvo que asumir temporalmente el cargo de secretario interino de Justicia porque el número uno de esa cartera, John Ashcroft, sufría de problemas de salud.
Desde ese cargo, se opuso a algunos aspectos del programa de vigilancia y escuchas a comunicaciones ordenado por el ex presidente Bush después de los atentados contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001, y en el marco de la llamada "Guerra contra el Terrorismo". Con ese antecedente, su nominación intenta recuperar la confianza de aliados demócratas y opositores republicanos, después del escándalo que causó la filtración a la prensa de dos programas secretos de vigilancia para recopilar registros telefónicos y datos de internet de millones de usuarios estadounidenses.
Pero Comey también tiene otros antecedentes. Fue el número dos del Departamento de Justicia de 2003 a 2005, los mismos años en que desde esa cartera se redactaron y firmaron los ya famosos memos en los que el gobierno de Bush "legalizó" la tortura en los interrogatorios realizados en el exterior a sospechosos de terrorismo. Por esa razón, cuando empezó a circular el nombre de Comey como uno de los candidatos para dirigir al poderoso FBI, la Unión Americana de Libertades Civiles advirtió que existen "muchas preguntas" sobre el pasado del ex funcionario. (Télam)