Por Federico Diego van Mameren
23 Junio 2013
En los últimos días había andado merodeando por los pueblos vecinos. Todos habían sucumbido ante su presencia. No había quién se le resista. El alguacil había preparado a la población. En cualquier instante su figura atravesaría el horizonte. La consigna era muy simple: "si entra el cowboy manguero no le des conversación". Los más expertos tiradores sabían que no podían darle ni un segundo. Las mujeres y los niños también estaban adiestrados para escabullirle al bulto. Finalmente, su figura se marcó en el horizonte. Ató su caballo al palenque. Entró al salón, se sentó en una mesa de parroquianos y se puso a monologar. Estaban todos atentos al relato cuando empezó a hablar de los habitantes del condado: "…y cuando todos se preparaban para la gran batalla apareció Tomás". "¿Qué Tomás?", preguntó uno de los contertulios ya desprevenido y con la guardia baja por el relato. "…Un whisky, gracias" dijo el "cowboy manguero", feliz porque una vez más se había salido con la suya.
Aquel viejo chiste que alargaba los asados y los fogones revive en las jornadas políticas que afrontan los tucumanos. Todos sabían lo que iba a pasar y a pesar de los esfuerzos para que no aquello no pase, pasó. Los hechos se sucedieron como esas profecías autocumplidas.
Todos sabían que Alperovich no iba a ser candidato; y no fue. Todos sabían que Alperovich quería poner al "hombre que él inventó"; y lo puso. Todos sabían que Cristina, finalmente, iba a nominar a alguien de La Cámpora; y lo hizo. Todos sabían que Cano iba a ser candidato; y fue. Todos sabían que Cano no le soltaría la mano a Casañas; y no se la soltó. Todos sabían que la oposición jamás iba a lograr la unidad al estilo "Capriles"; y no la logró.
Las tres negaciones
Alperovich quiere asegurarse la gobernabilidad de los próximos dos años de gestión. Ese fue el concepto que primó en la Casa de Gobierno a la hora de hacer la lista definitiva. La encabeza un hombre obsecuente al gobernador, que forma parte del equipo titular de Cristina. Después de Juan Manzur va el más peronista de los peronistas del alperovichismo, que además sabe la contraseña de las cajas fuerte de todos los municipios de la provincia. El tercer lugar es de La Cámpora (Mabel Carrizo, esposa del legislador Jesús Salim) y el cuarto, para Miriam Gallardo, la esposa de un hombre del interior (el intendente de Lules, César Dip).
Cuando Alperovich amagó con encabezar la lista de diputados lo llamó a Domingo Amaya para que lo acompañe. Asomaba como una nómina de fuste que sintetizaba el poder que se había ido creando en la Provincia bajo el mote de peronismo. Después de que se bajó y de que puso a Manzur y a Jaldo le dieron el tercer lugar al amayismo. Fue el ex diputado y actual concejal Germán Alfaro que llegó hasta la Casa de Gobierno para decirle, con la bendición de Amaya: "quiero el segundo lugar o nada; y si es nada, igual vamos a trabajar". Y fue nada. Alperovich, que había empezado dándoles el segundo lugar, ya lo había hecho descender hasta el cuarto círculo del infierno. Del "Colorado, me ayudás" al "no hay lugar salible" no pasó mucho tiempo. Algo parecido le ocurrió a José Orellana: el mellizo se quedó a la orilla del río Famaillá rumiando su bronca y viendo cómo el matrimonio Salim ocupaba su lugar. El amayismo y los Orellana no fueron los únicos que quedaron fuera de la lista. Stella Maris Córdoba, una K de la primera hora, abandonará el Congreso luego de muchos años de fidelidad al matrimonio kirchnerista.
Cuando Alperovich se puso en primer término lo hizo pensando en la reforma, en la re-reelección y en la re tranquilidad para finalizar su mandato. La lista final se ajusta a la idea de la tranquilidad para finalizar el mandato, pero ha dejado -innecesariamente- más heridas de las previstas. Desde diciembre, tanto en el oficialismo como en la oposición, se había especulado con que las candidaturas de 2013 podían servir de trampolín para las fórmulas provinciales de 2015. ¿Qué dirá Beatriz Rojkés de Alperovich, respecto de que la dupla Manzur-Jaldo pueda sobresaltar sus sueños gubernamentales.
Las sorpresas no sólo fueron para los que quedaron afuera. También hubo sacudones para los que figuran en la nómina. "No voy a ser candidato ni alcoholizado", había dicho el intendente Daniel Toledo no hace muchos días atrás a "Radio Q"; y parece que en el "Salón Alperovichista" sobraban bebidas espirituosas, porque en el Juzgado Electoral figura su nombre entre los suplentes.
Difícil de domar
Los opositores festejan la candidatura de Manzur: "es como si Cristina eligiera a Boudou como candidato". Radicales, macristas, peronistas disidentes y otros tantos consideran que las denuncias de enriquecimiento ilícito del vicegobernador licenciado son el mejor blanco de campaña.
El radical José Cano está en la cresta de la ola y viene mostrando trabajo y suerte. Llegó con la candidatura a diputado a los tumbos. En pos de lograr la unidad se subió a un brioso corcel que nunca logró domeñar. Tal vez debió haberse quedado sentado esperando que le trajeran el caballo domado, pero no fue así. Se ha granjeado enemigos inesperados. Pero ese es el destino que ha elegido el senador radical. Nunca sus prolegómenos electorales fueron tranquilos. Mientras sus amigos radicales se ponen la camiseta de enemigos, sus enemigos se visten con la casaca de amigos para afrontar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). De aquí en adelante, tendrá que manejar bien las riendas, porque muchos de los que están a su lado nunca ganaron nada y él está obligado a hacerlo. La UCR renueva una banca. Si lo logra, ¿habrá triunfado? La oposición sueña con que el alperovichismo no gane las cuatro bancas. Si logra un 3 a 1, parecerá un empate con sabor a derrota y si llegan a un 2 a 2 será un empate con sabor a gloria.
De lo que están seguros es que más allá de las bancas que obtengan, el radicalismo va a contar mucho más votos de lo que imagina; y aunque no alcance, será un aliciente para 2015.
La oposición no logró hacer la "Gran Capriles"; y detrás de las principales fuerzas que marcan las encuestas están un gran número de candidatos que más que en 2013 están pensando en 2015, cuando se elige de todo en Tucson.
El otro partido
El embrollo que provoca la antesala de las PASO, cuyo primer capítulo se selló anoche a las 24, es muy parecido al de la Universidad Nacional de Tucumán. El oscilante rector juega con el ábaco mientras La Cámpora celebra cómo le va ganando espacios a Franja Morada y al radicalismo. Las cuentas de Juan Cerisola llegan hasta 18. "Nos faltan sólo tres votos para que el Consejo Superior avale la reforma del estatuto", dicen los que ya están pergeñando cómo negociarán la re-reelección en la Asamblea Universitaria.
Los cerisolistas trabajan a contrarreloj y tratan de frenar cualquier jugada de Cano y de su amigo diputado Luis Sacca, a quien La Cámpora está dispuesta a esmerilarle su poder. Los camporistas husmean antecedentes laborales de Sacca en la UNT de la época en que era ayudante de trabajos prácticos; y mientras escuchan críticas por su penetración en la casa de altos estudios, responden que ellos trabajan para poner orden. Tantos saltos e idas y venidas del rector prometen que sus próximos días lo tengan a los trotes por sus propias decisiones.
Lo mejor de lo peor
Como en la vieja humorada del "cowboy manguero" todos están seguros de lo que va a ocurrir aún cuando tratan de que no ocurra. Una rara lógica argentina que hace que las apuestas sean a que pase lo que no se quiere. La lógica debería ser más lógica y las palabras más ciertas. Si revisa el proceso de composición de las listas tienen más engaños, mentiras y trampas que certezas; y eso que lo que se está ofreciendo es lo mejor para los electores.
Aquel viejo chiste que alargaba los asados y los fogones revive en las jornadas políticas que afrontan los tucumanos. Todos sabían lo que iba a pasar y a pesar de los esfuerzos para que no aquello no pase, pasó. Los hechos se sucedieron como esas profecías autocumplidas.
Todos sabían que Alperovich no iba a ser candidato; y no fue. Todos sabían que Alperovich quería poner al "hombre que él inventó"; y lo puso. Todos sabían que Cristina, finalmente, iba a nominar a alguien de La Cámpora; y lo hizo. Todos sabían que Cano iba a ser candidato; y fue. Todos sabían que Cano no le soltaría la mano a Casañas; y no se la soltó. Todos sabían que la oposición jamás iba a lograr la unidad al estilo "Capriles"; y no la logró.
Las tres negaciones
Alperovich quiere asegurarse la gobernabilidad de los próximos dos años de gestión. Ese fue el concepto que primó en la Casa de Gobierno a la hora de hacer la lista definitiva. La encabeza un hombre obsecuente al gobernador, que forma parte del equipo titular de Cristina. Después de Juan Manzur va el más peronista de los peronistas del alperovichismo, que además sabe la contraseña de las cajas fuerte de todos los municipios de la provincia. El tercer lugar es de La Cámpora (Mabel Carrizo, esposa del legislador Jesús Salim) y el cuarto, para Miriam Gallardo, la esposa de un hombre del interior (el intendente de Lules, César Dip).
Cuando Alperovich amagó con encabezar la lista de diputados lo llamó a Domingo Amaya para que lo acompañe. Asomaba como una nómina de fuste que sintetizaba el poder que se había ido creando en la Provincia bajo el mote de peronismo. Después de que se bajó y de que puso a Manzur y a Jaldo le dieron el tercer lugar al amayismo. Fue el ex diputado y actual concejal Germán Alfaro que llegó hasta la Casa de Gobierno para decirle, con la bendición de Amaya: "quiero el segundo lugar o nada; y si es nada, igual vamos a trabajar". Y fue nada. Alperovich, que había empezado dándoles el segundo lugar, ya lo había hecho descender hasta el cuarto círculo del infierno. Del "Colorado, me ayudás" al "no hay lugar salible" no pasó mucho tiempo. Algo parecido le ocurrió a José Orellana: el mellizo se quedó a la orilla del río Famaillá rumiando su bronca y viendo cómo el matrimonio Salim ocupaba su lugar. El amayismo y los Orellana no fueron los únicos que quedaron fuera de la lista. Stella Maris Córdoba, una K de la primera hora, abandonará el Congreso luego de muchos años de fidelidad al matrimonio kirchnerista.
Cuando Alperovich se puso en primer término lo hizo pensando en la reforma, en la re-reelección y en la re tranquilidad para finalizar su mandato. La lista final se ajusta a la idea de la tranquilidad para finalizar el mandato, pero ha dejado -innecesariamente- más heridas de las previstas. Desde diciembre, tanto en el oficialismo como en la oposición, se había especulado con que las candidaturas de 2013 podían servir de trampolín para las fórmulas provinciales de 2015. ¿Qué dirá Beatriz Rojkés de Alperovich, respecto de que la dupla Manzur-Jaldo pueda sobresaltar sus sueños gubernamentales.
Las sorpresas no sólo fueron para los que quedaron afuera. También hubo sacudones para los que figuran en la nómina. "No voy a ser candidato ni alcoholizado", había dicho el intendente Daniel Toledo no hace muchos días atrás a "Radio Q"; y parece que en el "Salón Alperovichista" sobraban bebidas espirituosas, porque en el Juzgado Electoral figura su nombre entre los suplentes.
Difícil de domar
Los opositores festejan la candidatura de Manzur: "es como si Cristina eligiera a Boudou como candidato". Radicales, macristas, peronistas disidentes y otros tantos consideran que las denuncias de enriquecimiento ilícito del vicegobernador licenciado son el mejor blanco de campaña.
El radical José Cano está en la cresta de la ola y viene mostrando trabajo y suerte. Llegó con la candidatura a diputado a los tumbos. En pos de lograr la unidad se subió a un brioso corcel que nunca logró domeñar. Tal vez debió haberse quedado sentado esperando que le trajeran el caballo domado, pero no fue así. Se ha granjeado enemigos inesperados. Pero ese es el destino que ha elegido el senador radical. Nunca sus prolegómenos electorales fueron tranquilos. Mientras sus amigos radicales se ponen la camiseta de enemigos, sus enemigos se visten con la casaca de amigos para afrontar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). De aquí en adelante, tendrá que manejar bien las riendas, porque muchos de los que están a su lado nunca ganaron nada y él está obligado a hacerlo. La UCR renueva una banca. Si lo logra, ¿habrá triunfado? La oposición sueña con que el alperovichismo no gane las cuatro bancas. Si logra un 3 a 1, parecerá un empate con sabor a derrota y si llegan a un 2 a 2 será un empate con sabor a gloria.
De lo que están seguros es que más allá de las bancas que obtengan, el radicalismo va a contar mucho más votos de lo que imagina; y aunque no alcance, será un aliciente para 2015.
La oposición no logró hacer la "Gran Capriles"; y detrás de las principales fuerzas que marcan las encuestas están un gran número de candidatos que más que en 2013 están pensando en 2015, cuando se elige de todo en Tucson.
El otro partido
El embrollo que provoca la antesala de las PASO, cuyo primer capítulo se selló anoche a las 24, es muy parecido al de la Universidad Nacional de Tucumán. El oscilante rector juega con el ábaco mientras La Cámpora celebra cómo le va ganando espacios a Franja Morada y al radicalismo. Las cuentas de Juan Cerisola llegan hasta 18. "Nos faltan sólo tres votos para que el Consejo Superior avale la reforma del estatuto", dicen los que ya están pergeñando cómo negociarán la re-reelección en la Asamblea Universitaria.
Los cerisolistas trabajan a contrarreloj y tratan de frenar cualquier jugada de Cano y de su amigo diputado Luis Sacca, a quien La Cámpora está dispuesta a esmerilarle su poder. Los camporistas husmean antecedentes laborales de Sacca en la UNT de la época en que era ayudante de trabajos prácticos; y mientras escuchan críticas por su penetración en la casa de altos estudios, responden que ellos trabajan para poner orden. Tantos saltos e idas y venidas del rector prometen que sus próximos días lo tengan a los trotes por sus propias decisiones.
Lo mejor de lo peor
Como en la vieja humorada del "cowboy manguero" todos están seguros de lo que va a ocurrir aún cuando tratan de que no ocurra. Una rara lógica argentina que hace que las apuestas sean a que pase lo que no se quiere. La lógica debería ser más lógica y las palabras más ciertas. Si revisa el proceso de composición de las listas tienen más engaños, mentiras y trampas que certezas; y eso que lo que se está ofreciendo es lo mejor para los electores.