30 Julio 2013
Como reza el tango "Por la vuelta", en Tucumán, "la historia vuelve a repetirse" en muchos asuntos, que atormentan a la ciudadanía. Como sucede todos los años desde hace décadas, al promediar la zafra, las cenizas se convierten en protagonistas de El Jardín de la República. En julio y agosto, la quema de cañaverales llega a su máxima expresión y se extiende hasta fines de noviembre.
El viernes, esta práctica antisocial e ilegal puso en vilo a vecinos de la localidad de Arcadia. Las llamas de un campo de 10 hectáreas avanzaron hacia las casas aledañas y pusieron en peligro a sus moradores. "Defendimos las casas que estaban a la par del cañaveral; solo una calle de recolección separa las viviendas de la plantación ubicada en la zona de atrás de la población. Fueron llamas de cinco y seis metros; el viento fuerte alimentó el fuego y formó una oleada", dijo el jefe de Bomberos Voluntarios de Concepción. Afortunadamente, los servidores lograron sofocar el incendio.
El sábado, la vocación incendiaria se profundizó. A la siesta, el cielo se pobló de puntos negros, que se desplomaron sobre los tucumanos. A causa del fuego, hubo poblaciones que pasaron momentos de zozobra, como los barrios San José y 60 Viviendas, de Bella Vista, donde tuvieron que intervenir personal de Defensa Civil y la Policía. El sábado y ayer se contabilizaron denuncias por 31 focos de incendios considerados "graves", de los cuales más de un 50% correspondió a fuego en cañaverales. El sábado hubo 18 llamados por quema en lotes de caña de azúcar, cuatro en pastizales (en banquinas, entre otros tipos) y dos en basurales, de acuerdo con el informe de Defensa Civil.
En el mediodía del sábado, en Yerba Buena, localidad cercana a Monteros, un tractorista bebió su propia medicina. Las llamas destruyeron su tractor, luego de que fuese alcanzado por el fuego de las plantaciones que él mismo había incendiado y que habían sido derribadas y dispuestas para ser transportadas al ingenio Ñuñorco.
El secretario provincial de Medio Ambiente admitió que en este fin de semana aumentaron los focos ígneos. "Se detectaron tanto por quema de rastrojos (desechos de cultivos) como por caña en pie, en algunos sectores. Se efectuaron de forma accidentada o intencional", dijo.
Como se sabe, la ley 6.253, en su artículo 38, prohíbe la quema de caña como método auxiliar de la cosecha. En enero de 2007, la norma fue modificada por la ley 7.459, por la cual los ingenios están impedidos de recibir caña quemada. El monto de la sanción por esta práctica se elevó de $200.000 a $3 millones.
Sin embargo, todos los años, una o dos veces, miles de hogares suelen quedar sin luz porque algunas de las líneas de distribución han sido alcanzadas por el fuego, como sucedió ayer. Como hemos señalado en otras ocasiones, no es difícil detectar a los infractores: basta un recorrido en helicóptero para identificar los campos que están en ignición, así como a sus propietarios. No se conoce que alguien haya sido sancionado con la máxima pena. ¿Por qué se permite que un grupo de inadaptados perjudique a toda la ciudadanía? ¿Para qué diseñamos leyes si no las hacemos cumplir ni las acatamos? ¿Cuál será el impedimento para que el Gobierno no aplique la ley? En otros lugares, se puede ir a la cárcel por esta causa, pero en Tucumán, la triste historia siempre vuelve a repetirse.
El viernes, esta práctica antisocial e ilegal puso en vilo a vecinos de la localidad de Arcadia. Las llamas de un campo de 10 hectáreas avanzaron hacia las casas aledañas y pusieron en peligro a sus moradores. "Defendimos las casas que estaban a la par del cañaveral; solo una calle de recolección separa las viviendas de la plantación ubicada en la zona de atrás de la población. Fueron llamas de cinco y seis metros; el viento fuerte alimentó el fuego y formó una oleada", dijo el jefe de Bomberos Voluntarios de Concepción. Afortunadamente, los servidores lograron sofocar el incendio.
El sábado, la vocación incendiaria se profundizó. A la siesta, el cielo se pobló de puntos negros, que se desplomaron sobre los tucumanos. A causa del fuego, hubo poblaciones que pasaron momentos de zozobra, como los barrios San José y 60 Viviendas, de Bella Vista, donde tuvieron que intervenir personal de Defensa Civil y la Policía. El sábado y ayer se contabilizaron denuncias por 31 focos de incendios considerados "graves", de los cuales más de un 50% correspondió a fuego en cañaverales. El sábado hubo 18 llamados por quema en lotes de caña de azúcar, cuatro en pastizales (en banquinas, entre otros tipos) y dos en basurales, de acuerdo con el informe de Defensa Civil.
En el mediodía del sábado, en Yerba Buena, localidad cercana a Monteros, un tractorista bebió su propia medicina. Las llamas destruyeron su tractor, luego de que fuese alcanzado por el fuego de las plantaciones que él mismo había incendiado y que habían sido derribadas y dispuestas para ser transportadas al ingenio Ñuñorco.
El secretario provincial de Medio Ambiente admitió que en este fin de semana aumentaron los focos ígneos. "Se detectaron tanto por quema de rastrojos (desechos de cultivos) como por caña en pie, en algunos sectores. Se efectuaron de forma accidentada o intencional", dijo.
Como se sabe, la ley 6.253, en su artículo 38, prohíbe la quema de caña como método auxiliar de la cosecha. En enero de 2007, la norma fue modificada por la ley 7.459, por la cual los ingenios están impedidos de recibir caña quemada. El monto de la sanción por esta práctica se elevó de $200.000 a $3 millones.
Sin embargo, todos los años, una o dos veces, miles de hogares suelen quedar sin luz porque algunas de las líneas de distribución han sido alcanzadas por el fuego, como sucedió ayer. Como hemos señalado en otras ocasiones, no es difícil detectar a los infractores: basta un recorrido en helicóptero para identificar los campos que están en ignición, así como a sus propietarios. No se conoce que alguien haya sido sancionado con la máxima pena. ¿Por qué se permite que un grupo de inadaptados perjudique a toda la ciudadanía? ¿Para qué diseñamos leyes si no las hacemos cumplir ni las acatamos? ¿Cuál será el impedimento para que el Gobierno no aplique la ley? En otros lugares, se puede ir a la cárcel por esta causa, pero en Tucumán, la triste historia siempre vuelve a repetirse.