Medina, con hinchada propia

Los padres del central estuvieron en el estadio y prometieron acompañarlo a todas partes.

EN LA PREVIA. Marisa y Aníbal (p) posan en la plaza 9 de julio, en Salta capital, horas antes de que comience el partido en el que San Martín cayó ante Juventud. EN LA PREVIA. Marisa y Aníbal (p) posan en la plaza 9 de julio, en Salta capital, horas antes de que comience el partido en el que San Martín cayó ante Juventud.
19 Agosto 2013
SALTA.- (De nuestro enviado especial, Miguel Décima) Cada vez que pueden Aníbal Medina (p) y Marisa, se dan su tiempo para ver a sus hijos en acción. Esta vez fue el turno de Aníbal Germán, que en Salta estaba dando uno de sus pasos más importantes en su carrera futbolística: debutar oficialmente con la camiseta de San Martín.

Aunque sabían que está vedada la presencia del público visitante, ellos se arriesgaron y estuvieron ayer en el "Padre Ernesto Martearena". "Por nada del mundo me quería perder estar junto a mi hijo en este momento tan trascendental en su vida. Por eso, desde hace varios días, a Aníbal padre le pedí que me trajera y al final cumplió. Estar junto a mi hijo es algo que va más allá de cualquier resultado", dijo Marisa que tiene otros hijos por los que se desvive: Germán que juega que juega al fútbol en Villa Mitre y Carolina que empezó jugando al hockey en San Martín y ahora viste los colores de Villa Mitre de Tafí Viejo.

Marisa, pese a que siente que debe estar a donde estén jugando sus hijos, reconoce que no puede ocultar los nervios. "Hay mucha adrenalina. Como para toda madre, mis hijos son los mejores del mundo y se llevan los mejores aplausos de la familia" dijo Marisa mientras sonreía. Ella reconoce que hasta que se casó no le gustaba el fútbol. "Luego Aníbal me comenzó a llevar a los estadios y mucho más cuando empezaron a jugar mis hijos. Ahora soy una fanática más", dijo la jefa de la casa situada en Barrio Vial.

El que también está orgulloso y desparrama halagos para su hijo es el padre. "Soy un apasionado del fútbol desde muy chico. Si antes lo vivía con pasión imaginate lo que es ahora que mi hijo pudo darse el lujo de jugar en uno de los dos mejores equipos de Tucumán. Como acompañamos a cada uno de los chicos, estamos dispuestos a viajar al estadio donde juegue San Martín", dijo el padre y así dejó constancia de su promesa: irán donde vaya el central "santo".

Aníbal (p) reconoce que luego de los partidos le gusta sentarse con su hijo y analizar como se desarrolló el juego. "Soy muy crítico de mi hijo y él, como sabe que lo hago por su bien, acepta mis críticas, como así le gustan mis felicitaciones cuando juega bien. No nos importa tanto el resultado, sino que Aníbal pueda dar lo mejor por el equipo. Es una persona que no le gusta guardarse nada dentro del campo de juego", aseguró el hombre.

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