Pusieron fin a la usurpación con piedras y represión

Aún no había amanecido cuando los policías entraron al predio. Algunos usurpadores se sorprendieron por el operativo. Otros esperaban que llegaran en cualquier momento. Hubo quienes levantaron su improvisada vivienda en silencio, pero también estuvieron aquellos que resistieron hasta el último instante, y decidieron enfrentar el embate policial.

El desalojo de las 16 hectáreas de la ex fábrica "Pacífico" se resolvió ayer violentamente, luego de haber estado ocupado ilegalmente por tres semanas. Al mediodía, y luego de tres horas de enfrentamiento en las que volaron piedras, balas de goma y un par de bombas molotov, los policías se fueron contra el grupo que estaba atrincherado detrás de un auto.

Puertas y ventanas fueron reventadas para aprehender a los supuestos usurpadores que resistieron el desalojo. En las corridas no se discriminó edad ni sexo. Tampoco los policías se tomaron el tiempo de distinguir entre quienes habían participado del enfrentamiento y las personas que vivían allí y que fueron protagonistas involuntarios en la represión.

El saldo final fue de 19 personas aprehendidas y una veintena que fueron asistidas en el policlínico de San José. Tres de ellas fueron derivadas a hospitales de la capital. Según la Policía, ellos tuvieron un número igual de heridos.

Una larga negociación

El predio había sido usurpado el 5 de septiembre por unas 350 familias. Los vecinos afirmaban que el grueso de los habitantes del nuevo asentamiento vivían en los alrededores y que los que habían venido desde otros lados eran los menos. La Policía, por su parte, comentó que a poco de haber ocupado el lugar comenzaron a vender los predios. Además, varias personas se habrían presentado como representantes de distintos políticos prometiendo la regularización de la usurpación.

Hace 10 días la Justicia les había notificado a los ocupantes que tenían hasta el fin de semana pasado para desalojar el predio. Hubo un grupo que se retiró, pero el resto dijo que nunca les entregaron algún papel.

Palos y piedras

Aunque la Policía aseguró que en un primer momento el desalojo se estaba realizando con tranquilidad, varios vecinos desmintieron esa afirmación. "Estaba en mi carpa y la levantaron de prepo. Golpearon a ancianos, a mujeres y a chicos", afirmó un joven.

El grupo que más resistió el desalojo se ubicó sobre calle Batalla de Tucumán. Usaron como escudo un viejo auto amarillo que estaba en un taller, y desde atrás arrojaron piedras a la Policía. Con un carro acercaron los cascotes a la trinchera y se pudo ver a un hombre con un arma de fuego.

Del otro lado respondieron con balas de goma y piedras. Los manifestantes mostraron luego proyectiles de plomo que, según ellos, les arrojaron los policías. Hacia el mediodía se produjo la represión.

Uno de los ejemplos del exceso policial fue el caso de David Monteros. Varios manifestantes intentaron resguardarse en su casa, y los policías rompieron ventanas y patearon la puerta. El ojo izquierdo de Monteros quedó morado por el palazo que recibió de un policía. Alberto Muñoz estaba saliendo en su auto cuando la represión llegó a su casa. Le dispararon con balas de goma en la espalda. Al hijo de Miguel Marchese, que se estaba cambiando para ir a trabajar, lo aprehendieron.

La médica Juana Cardozo Arce, del policlínico de San José, informó que un adolescente de 14 años sufrió una grave herida en una pantorrilla y una mujer, Beatriz Lescano, fue internada en el hospital Padilla porque le dieron en la cabeza con una bala de goma. Tres embarazadas fueron atendidas por crisis de nervios.

A la tarde la calma había retornado al barrio, en apariencia. "Algunos amenazan con volver a entrar apenas la Policía se descuide", advirtió Marta.

Terrenos ocupados en la ciudad

El domingo intentaron usurpar una parte de Campo Norte. Estuvieron dos días en la vereda y se reunieron con el fiscal de Estado para conseguir tierras.

Unas 50 familias derribaron una pared del Club Tiro Federal y se instalaron  en el predio, hace 40 días. La Policía los desalojó, pero ayer volvieron a ingresar.

Cinco días después de la usurpación al predio ex Pacífico de San José ocuparon otro terreno de los mismos dueños, en Viamonte y Manuel Estrada.

En marzo usurparon un predio de avenida América y Corrientes que pertenece a la iglesia. El Arzobispado aclaró que el lugar no se encuentra en venta.