Los tucumanos califican peor la situación nacional

La imagen positiva de Tucumán supera a la del país, pero la valoración negativa es la misma en ambos casos, según muestra el relevamiento.

13 Octubre 2013
José Alperovich comparte el proyecto político de Cristina Fernández y ambos, bajo el "movimiento kirchnerista", administran el poder (provincial y nacional) desde hace una década. Sin embargo, para los tucumanos, la situación general del país -que gobierna Cristina- y de la provincia -que administra Alperovich- no son iguales.

Según el relevamiento realizado por Poliarquía Consultores, el 35% de los comprovincianos respondió "positiva" cuando se le consultó qué opinión personal tenían sobre la situación general de Tucumán. Pero la cifra descendió a 28% cuando se les inquirió respecto de la situación general del país.

Pese a la diferencia de siete puntos entre la percepción positiva del estado global de la provincia y de la Argentina, los encuestados compartieron la porción de respuestas a la hora de calificar como "negativa" a la situación de ambos distritos: un 26% consideró que tanto la situación de Tucumán como del país es mala. En el medio, el 38% de los consultados respondió que Tucumán posee un estado generalizado regular, mientras que un 46% dio la misma respuesta cuando le preguntaron sobre cómo observan la situación de Argentina.

Detalles por segmento

Si se analizan los datos según los segmentos sociodemográficos, es posible vislumbrar que las mujeres califican mejor la situación nacional que los hombres (30% contra 26%) y que la edad prácticamente no incide entre los tucumanos en igual respuesta (28% de 18 a 29 años; 30% de 30 a 49 años; 27% de 50 en adelante). Una singularidad estadística es que en los resultados según la zona geográfica, los números varían significativamente: en el Gran San Miguel de Tucumán, el 32% calificó de negativa la situación de la Argentina, mientras que igual porcentaje la consideró positiva en el interior provincial. La contestación según el nivel educativo también muestra diferencias. El 35% de los encuestados con formación terciaria o universitaria consideró negativa la situación del país, mientras que el porcentaje baja al 21% entre quienes tienen un nivel educativo primario.

Esta dicotomía en la percepción de los tucumanos ya se había evidenciado durante la campaña para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Según candidatos de la oposición y del propio oficialismo, las encuestas que les acercaban a la mayoría de ellos daban cuenta de que en la provincia no habían hecho tanta mella a Alperovich, sino a la Presidenta las denuncias de corrupción y los escándalos en los que se habían visto involucrados la jefa de Estado y varios de sus principales colaboradores. Por ello, el gobernador había optado, antes de las PASO, en apoyarse en su propia figura para apuntalar a sus candidatos y no ligarlos a la imagen presidencial. En contrapartida, algunos opositores hicieron foco en "pegarle" a la mandataria más que al gobernador tucumano, teniendo en cuenta esta sensación de malestar generalizada hacia el Gobierno central. A la hora de explicar esta situación, los expertos no sólo apuntan a las denuncias que aparecieron en los medios en contra de personajes clave del kirchnerismo, sino también a la disminución del ritmo de la economía, a la inflación y al cepo al dólar, tres problemas que golpean en el bolsillo de los trabajadores y que no tienen que ver directamente con la administración tucumana, sino con las decisiones que se toman en la Casa de Gobierno.

Si bien la percepción negativa o regular de los tucumanos respecto de la situación general de la Argentina no es equiparable a una pregunta en la que se indague directamente sobre la opinión sobre la gestión nacional, ambos conceptos están estrechamente ligados. Además, si se suma el 26% que tilda de negativa la situación del país con el 46% que la califica como regular, se observa que el 72% de los tucumanos no posee una percepción positiva del país que hace 10 años es comandado por el mismo grupo político. El dato puede mostrar el desgaste de la administración o el inconformismo con lo realizado hasta aquí por el matrimonio que gobernó durante la última década a los argentinos.

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