Sólo palmadas en la espalda

El oficialismo aturdido de las PASO se exhibe hoy relajado. Quienes compartieron el desayuno de esta semana con el gobernador, José Alperovich, tomaron nota de los datos que arrojó la encuesta de Poliarquía Consultores para LA GACETA. Pero sólo de algunos; los otros, esos números que ponen en duda la altanería alperovichista, fueron pasados por alto.

Como si dos de cada tres tucumanos no hubiesen respondido que la situación de la provincia es mala o regular, en Casa de Gobierno hasta ¿bromearon? con relanzar la reforma constitucional para habilitar la reelección indefinida, luego de conocer que la gestión de Alperovich tiene un grado de aceptación del 58%. También aprovechó el núcleo de antiamayistas para endulzarle los oídos al gobernador advirtiéndole que el gran perdedor de este proceso electoral será el intendente Domingo Amaya. Según Poliarquía, el jefe municipal aparece al final de la grilla de "potables" sucesores, empatado por Osvaldo Jaldo en la consideración de la gente ante una consulta espontánea por el político que más le gusta y tercero, pero lejísimo del radical José Cano, como "el" opositor al alperovichismo.

Como contrapartida, los oportunistas le sugieren a Alperovich que no se equivocó al ubicar a Juan Manzur como su candidato. El ministro nacional aparece segundo en imagen positiva y tercero en "instalación". Ninguno reparó en que Beatriz Rojkés presenta la imagen negativa más alta de los "gobernables", pero sí en que Cristina Fernández tiene muy buena imagen entre los tucumanos. A días de la elección, el oficialismo decidió darle palmadas en la espalda al gobernador, el peor error que podría cometer el alperovichismo. Se lo demostraron las PASO de agosto.

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