Por Federico Diego van Mameren
17 Octubre 2013
Una encuesta suele ponerle dosis de ciencia a la tarea cotidiana del periodismo que se ajusta a rescatar hechos y opiniones de los distintos actores de la sociedad. La fotografía que sacó Poliarquía movió el avispero en la vida política y social de la provincia. LA GACETA, como es costumbre, recibió esa reacción a través de las distintas plataformas en la que se expresa el diario.
La primera queja fue la sensación de contradicción que arrojaron algunos resultados. Vaya sorpresa en una sociedad donde se oyen quejas en voz baja pero a la hora de elevar la voz tanto empresarios como empleados públicos recitan loas con tal de que no se enoje el jefe o no aparezca algún inspector de AFIP por el negocio. Lamentablemente es la doble moral que deambula por las calles.
Llama la atención que la gestión de Alperovich sume importante adhesión pero que al mismo tiempo sienta que no es buena la situación de la Provincia. Tucumán, como el país, vive una etapa de cambio y de transición. Al mismo tiempo se empieza a registrar el desgaste de tantos años en el poder de una misma persona. Hay una hipersensibilidad social en la que se traduce el sentir propio como la verdad irrefutable. "Si voy a votar por el oficialismo los demás están equivocados incluso los datos científicos y si voy a votar en contra hasta podría pensar que se acordaron los datos de la encuesta para hacer decir otra cosa diferente de la realidad". Paranoia pura. Sin embargo forma parte de las quejas que recibió LA GACETA.
Tucumán ha empezado a construir una oposición. Durante más de un lustro Alperovich vivió sin oposición. Hasta el propio oficialismo llegó a decir que LA GACETA era su única oposición. En esa confusión quiso poner a la sociedad Alperovich. Por estos días asoma una estructura política que lo enfrenta y esa realidad también se lee en la muestra de Poliarquía. Las dudas, las preguntas, las flaquezas se han empezado a sentir en la Capital (no tanto en el interior) y en los sectores más instruidos. Mañana sabremos cuál es la intención de voto de los tucumanos y de nuevo volverán a abrirse las conjeturas porque en esta transición la duda no es quién ganará sino si la oposición puede sacar una banca más de la prevista.
La primera queja fue la sensación de contradicción que arrojaron algunos resultados. Vaya sorpresa en una sociedad donde se oyen quejas en voz baja pero a la hora de elevar la voz tanto empresarios como empleados públicos recitan loas con tal de que no se enoje el jefe o no aparezca algún inspector de AFIP por el negocio. Lamentablemente es la doble moral que deambula por las calles.
Llama la atención que la gestión de Alperovich sume importante adhesión pero que al mismo tiempo sienta que no es buena la situación de la Provincia. Tucumán, como el país, vive una etapa de cambio y de transición. Al mismo tiempo se empieza a registrar el desgaste de tantos años en el poder de una misma persona. Hay una hipersensibilidad social en la que se traduce el sentir propio como la verdad irrefutable. "Si voy a votar por el oficialismo los demás están equivocados incluso los datos científicos y si voy a votar en contra hasta podría pensar que se acordaron los datos de la encuesta para hacer decir otra cosa diferente de la realidad". Paranoia pura. Sin embargo forma parte de las quejas que recibió LA GACETA.
Tucumán ha empezado a construir una oposición. Durante más de un lustro Alperovich vivió sin oposición. Hasta el propio oficialismo llegó a decir que LA GACETA era su única oposición. En esa confusión quiso poner a la sociedad Alperovich. Por estos días asoma una estructura política que lo enfrenta y esa realidad también se lee en la muestra de Poliarquía. Las dudas, las preguntas, las flaquezas se han empezado a sentir en la Capital (no tanto en el interior) y en los sectores más instruidos. Mañana sabremos cuál es la intención de voto de los tucumanos y de nuevo volverán a abrirse las conjeturas porque en esta transición la duda no es quién ganará sino si la oposición puede sacar una banca más de la prevista.